River entrega dos plaquetas frente a Banfield: mientras Marcelo Barovero vuelve al Monumental, ¿terminó la penitencia de Esequiel Barco?

Esequiel Barco recibirá una camiseta enmarcada por los 100 partidos que cumplió en River hace 18 días, pero se desconoce si será titular o suplente contra Banfield, por la Copa de la Liga Profesional.
Esequiel Barco recibirá una camiseta enmarcada por los 100 partidos que cumplió en River hace 18 días, pero se desconoce si será titular o suplente contra Banfield, por la Copa de la Liga Profesional. - Créditos: @Santiago Filipuzzi

En todo ciclo exitoso sostenido en el tiempo siempre surge un momento que es señalado como clave. Una circunstancia que, de no haber sido resuelta de manera favorable, habría cambiado el curso de la historia, interrumpido lo que se estaba gestando. Por supuesto que es una teoría meramente especulativa, pero ayuda a construir el relato.

En el caso del River de Marcelo Gallardo, esa bisagra se ubica en noviembre de 2014, durante el primer semestre de la gestión del Muñeco. Todo estaba por hacerse, se desconocía si el entrenador tendría destino de estatua. Y la estatua empezó a ser cincelada con el penal que Marcelo Barovero le atajó a Emmanuel Gigliotti en el segundo partido de la semifinal de la Copa Sudamericana.

Marcelo Gallardo expresa su afecto a Marcelo Barovero en el último partido del arquero en River, el 14 de mayo de 2016.
Marcelo Gallardo expresa su afecto a Marcelo Barovero en el último partido del arquero en River, el 14 de mayo de 2016.

Habían transcurrido 4 minutos, el superclásico ante Boca estaba 0-0 y poco más tarde Leonardo Pisculichi marcaría el 1-0 que le dio a River la clasificación para la final, en la que vencería a Atlético Nacional (Medellín) y conseguiría el primero de los 14 títulos de campeón en los ocho años y medio de gestión de Gallardo. En el imaginario popular, si no hubiera existido esa salvada y Boca hubiera eliminado a River, la era Gallardo se habría quedado sin esa viga maestra sobre la que se edificó todo lo que vino después.

Realidad o mera teoría sin comprobación fáctica, lo cierto es que aquella noche en el Monumental Barovero empezó a ocupar un lugar especial y preponderante en el afecto de los hinchas de River. Por supuesto que su contribución no se limitó a ese penal atajado, sino que el reconocimiento se sustenta en los 168 partidos y los siete trofeos que ganó en el club, entre 2012 y 2016. Cosecha que incluye la Copa Libertadores en 2015, que River no ganaba desde 1996.

Barovero se saluda con Matías Kranevitter antes de hacerlo con Franco Armani en la cancha de Banfield, durante la Copa de la Liga del semestre anterior; ambos arqueros son los más importantes de River en la última década.
Barovero se saluda con Matías Kranevitter antes de hacerlo con Franco Armani en la cancha de Banfield, durante la Copa de la Liga del semestre anterior; ambos arqueros son los más importantes de River en la última década. - Créditos: @Fotobaires

A todos nos marcó ese partido de la Sudamericana con Boca: veníamos de perder contra Racing unos días antes y ahí se nos fue el campeonato, River acumulaba una sequía de 17 años en títulos internacionales, podíamos quedar afuera contra el eterno rival... Ese partido podía desestabilizar un poco la estructura. Eso es lo que la gente identifica con aquella noche que significó tanto. Y además después salimos campeones, porque si no coronás, no es lo mismo. Aquél con Boca fue un partido bisagra no sólo para mí, sino también para todo el plantel y para la gente”, expresó Barovero a LA NACION durante una entrevista en 2019.

El penal que Barovero le atajó a Gigliotti

De perfil bajo, amante de la vida tranquila, Barovero emigró de River a mediados de 2016, necesitado de un respiro de la presión del fútbol argentino y de la exigencia sin concesiones que imponía Gallardo. Pasó por México (Necaxa y Rayados, de Monterrey), por el ascenso de España (Burgos), volvió a México (Atlético San Luis) y a mediados de 2023 regresó a la Argentina. Banfield y Julio César Falcioni lo buscaron para que aportara su cuota de experiencia en el vestuario e hiciera la transición como suplente hasta la salida de Facundo Cambeses, transferido a Racing a principios de este año.

Un sinfín de recuerdos le vendrá a Barovero cuando esta tarde pise el Monumental tras más de siete años y medio. Aunque lo hará como arquero visitante, sentirá el cariño de miles de hinchas que no lo olvidan. Seguramente desde las tribunas bajará el cántico “Trapiiito, Trapiiito...”. Y tendrá el reconocimiento también de los dirigentes de River, que le entregarán una plaqueta. El día será especial por partida doble para Barovero: estará cumpliendo 40 años.

Barovero también tendrá la oportunidad de volver a abrazarse con Franco Armani; son los dos arqueros más influyentes en la última década de River. Ya lo hicieron en la Copa de la Liga pasada, cuando se buscaron –Armani fue titular, y Barovero, suplente– para saludarse afectuosamente, más allá de que no compartieron el plantel millonario. Cuando el ex jugador de Huracán y Vélez se fue a México, Gallardo le dio la oportunidad a Augusto Batalla, cuyo rendimiento irregular no convenció. A mediados de 2017 se incorporó el santafesino proveniente de Nacional, de Colombia, y se cerró el debate sobre el sucesor de Barovero.

También antes del partido habrá un reconocimiento a Esequiel Barco, que transita su semana más ajetreada en River tras los dos penales que falló ante Atlético Tucumán luego de desobedecer una orden de Martín Demichelis de que no ejecutara el segundo, con el consecuente reemplazo en el entretiempo. Los dirigentes le entregarán una camiseta enmarcada por los 100 partidos que Barco cumplió en el club frente a Barracas Central. Su cuenta, en realidad, ya va por los 104, en los que logró 14 goles, 12 asistencias y 2 títulos de campeón.

Demichelis, en el banco de River en Tucumán, durante una noche caliente
Demichelis, en el banco de River en Tucumán, durante una noche caliente

¿Protagonizará Barco ante Banfield su encuentro 105? ¿Lo ocurrido enfriará el aprecio que le tiene el hincha o modificará para el entrenador el estatus de titular que tiene desde hace rato? Por lo pronto, el atacante está entre los convocados. Demichelis, para justificar su salida en Tucumán, dijo el miércoles que “no estaba emocionalmente al 100 por ciento para jugar en el segundo tiempo”. El entrenador también agregó que Barco había pedido disculpas en el vestuario. El conflicto parecía resuelto. En las horas siguientes, Miguel Borja, que en la cancha se había enojado porque Barco no le había cedido la pelota para el penal, publicó en las redes sociales un mensaje de apoyo a su compañero. También lo hizo Ariel Ortega.

Antes del encuentro con Banfield será el momento de las plaquetas. Una, para evocar el pasado más reconfortante, y la otra, para medir si la penitencia ya está cumplida.