El riesgo de vivir sobre una falla geológica al norte de Chilpancingo y sin tener a dónde ir

FOTOS: Oscar Guerrero
FOTOS: Oscar Guerrero

Citlalli Guadalupe Bernabé Díaz adquirió su casa en 2003 a través de un crédito hipotecario a pagar en 30 años; 20 años después, está riesgo de perder su patrimonio por una falla geológica y el deslizamiento de una ladera contigua que hay en el terreno donde fue levantada su vivienda.

En la misma situación están otras 15 colonias del norponiente de Chilpancingo, capital de Guerrero. A todos los habitantes les afecta la falla geológica y están en alerta permanente por el posible deslizamiento de una ladera. Cada temporada de lluvias, escuchan ruidos de lo que parece ser un río subterráneo en su zona habitacional.

El hogar de Guadalupe Bernabé forma parte del conjunto habitacional Casas Geo, un espacio construido a principios de los 2000, en el que personas con algún crédito como Fovissste o Infonavit adquirieron una vivienda.

Estas construcciones son llamadas duplex y consisten en una sola construcción horizontal dividida en cinco viviendas.

Aquí viven o vivían maestros, trabajadores del sector privado o funcionarios públicos.

Sin embargo, distintos desastres naturales y la inacción de las autoridades ante un crecimiento urbano sin planeación generaron que esas viviendas se volvieran inseguras.

Para los vecinos, todo comenzó después de la tormenta tropical ‘Manuel’ y el huracán ‘Ingrid’, en septiembre del 2013, cuando las intensas y constantes lluvias reblandecieron la tierra y generaron fisuras en el suelo.

No obstante, lo más complicado ocurrió con los sismos de 2017, cuenta César Carballido, otro habitante del conjunto habitacional.

Las casas presentaron cuarteaduras, desprendimientos e inclinaciones, lo que propició que muchas personas se salieran de sus hogares.

“Como es una sola construcción, una misma cadena y trabe, si algo le pasa a una, a todas les afecta”, agrega Carballido.

Las calles del conjunto habitacional lucen levantadas, hundidas y encharcadas con aguas residuales, porque por la misma falla ya tronó las ollas colectoras.

“Todas las casas están colapsando, esto es una bomba de tiempo”, dice Guadalupe Bernabé.

Hasta hoy, 10 casas del conjunto ya fueron deshabitadas; las familias se salieron a rentar a otro lugar y, además, pagan su crédito hipotecario.

“Esto ha sido una lucha constante por el reconocimiento de nuestra situación, el municipio ha estado renuente al apoyo, dijeron que iban a hacer obras de mitigación y las han hecho mal”, denuncia la mujer.

Ella aún vive en el conjunto pese a que su vivienda ya está separada del suelo y el piso tiene algunas cuarteaduras.

“No nos vamos porque no tenemos otro lugar; si lo tuviéramos, créeme que ya no estuviéramos aquí, lo que pedimos es una reubicación, nos dicen que van a venir a hacer estudios y estudios, pero mejor que ese dinero se ocupe para ver de qué manera podemos ser reubicados”.

A la falla geológica y el crecimiento urbano sin regulación se suma que, detrás de las viviendas, se levanta un gran cerro que la agencia inmobiliaria sugirió mantener deshabitado, pero que ahora aloja un asentamiento irregular.

Ese sitio carece de tomas de agua y drenaje, por lo que se construyeron fosas sépticas. Este sistema genera el reblandecimiento de la tierra y un desplazamiento del cerro.

Existen rumores entre los mismos habitantes de que debajo del cerro pasa un río subterráneo.

El temor para las 300 personas que habitan el conjunto habitacional es que el cerro se desprenda y queden bajo tierra todos, pero para ese tema las autoridades tampoco tienen una solución.

“Con las lluvias, el peso del cerro se va a venir, pero parece que las autoridades esperan una tragedia para actuar”, agrega Guadalupe Bernabé.

“No somos parte de nadie”

Guadalupe Bernabé denunció que fueron abandonados por todas las instituciones. Casas Geo quebró en 2014 y el seguro de la vivienda no cubre lo que sucede.

“Las instituciones se escudan y nos dicen: ‘Yo no te dije que compraras, el que compró fuiste tú, yo solamente te di el dinero y tú decidiste dónde comprar, que en este caso fue Geo’, pero a Geo alguien le tuvo que dar el permiso”.

En la misma situación están 16 colonias del norponiente de Chilpancingo, de acuerdo con los reportes de la Secretaría de Protección Civil de Guerrero.

Son las colonias Villas Tlalmecac, 21 de Septiembre, Casas Geo, Edificios Geo, Casas Duplex, Fraccionamiento La Era etapa I y II, Las Estrellas, Santa Cruz Norte, Guadalupe, Siglo 21, San Rafael Norte, Ampliación San Rafael Norte, Santa Julia, La Terraza y Tlacaelle.

De acuerdo con José de Jesús Victoria Ríos, presidente del Comité de afectados del norponiente de Chilpancingo, en estas colonias hay al menos 350 familias afectadas, de las cuales 150 ya deshabitaron sus casas.

La única solución que les dieron las autoridades fue crear un semáforo por vivienda y colonia, donde rojo significa que la casa es inhabitable; amarillo, precaución, y verde, que no hay daños que comprometan la vivienda.

Pero lo que aún no les ofrecen a las personas con vivienda es un nuevo espacio dónde vivir.

“Los funcionarios nos visitan en tiempos electorales”

Los colonos afectados han pedido a las autoridades de los tres niveles de gobierno la aplicación de un plan emergente para su reubicación y la atención de las instituciones de Estado, como el Fovissste y el Infonavit, pero nadie responde de manera favorable.

Desde hace años, los colonos han recibido la visita de autoridades federales, estatales y municipales, incluso de otros legisladores, pero ninguno les ha resuelto.

“Todas las autoridades vienen y se toman la foto, se van y aquí nos dejan con el problema sin resolver”, se queja Guadalupe Bernabé.

“Es una bomba de tiempo”, concluye.

 

Este texto se publicó originalmente en el sitio Amapola Periodismo.