RFK Jr. avivó por años la desconfianza hacia las vacunas. Estas personas resultaron afectadas.

ARCHIVO - Robert F. Kennedy Jr., izquierda, junto a manifestantes en el Capitolio en Olympia, Washington, el 8 de febrero de 2019, donde se opusieron a un proyecto de ley para endurecer los requisitos de vacunación contra el sarampión, las paperas y la rubéola para los niños en edad escolar. (AP Foto/Ted S. Warren, Archivo)

Cuando Braden Fahey, de 12 años, se desplomó durante un entrenamiento de fútbol americano y falleció, fue sólo el principio de la pesadilla de sus padres.

Hundidos en su duelo unos meses más tarde, Gina y Padrig Fahey se enteraron de algo que los impactó profundamente: una de las fotos favoritas de su querido hijo aparecía en la portada de un libro que sostiene falsamente que las vacunas contra el COVID-19 causaron un aumento de las muertes súbitas entre personas jóvenes y sanas.

El libro, titulado “Causa desconocida”, fue copublicado por un grupo antivacunas dirigido por Robert F. Kennedy Jr., sobrino del difunto presidente John F. Kennedy, quien se postula actualmente a la presidencia. Kennedy escribió el prólogo y promocionó el libro en Twitter, ahora X, diciendo que detalla datos que demuestran que “las vacunas contra el COVID son un crimen contra la humanidad”.

Los Fahey no podían entender cómo el rostro de Braden había llegado a la portada del libro, ni por qué su nombre aparecía en su interior.

Braden nunca recibió la vacuna. Su muerte, en agosto de 2022, se debió a la malformación de un vaso sanguíneo en su cerebro. Nadie se puso en contacto con ellos para preguntarles sobre la muerte de su hijo, o para solicitar permiso para utilizar la foto. Nadie les pidió que confirmaran la fecha de su muerte (que el libro reporta equivocada por un año). Cuando los Fahey y sus vecinos de la ciudad californiana donde viven trataron de contactar a la casa editorial y a su autor para que quitaran a Braden y su fotografía del libro, nadie contestó.

“Nos pusimos en contacto de todas las formas posibles”, dijo Gina Fahey a The Associated Press en una entrevista. “Esperamos una respuesta durante meses y meses, y nada”.

Los Fahey se preguntaban cómo era posible que un miembro de una de las dinastías políticas más influyentes en la historia de Estados Unidos pudiera estar involucrado en un proyecto tan mal hecho e irresponsable.

La historia de Braden es sólo un ejemplo de cómo Kennedy, hijo del difunto senador Robert F. Kennedy, se ha aprovechado de su renombre para difundir información falsa sobre las vacunas y otros temas en una época en que divulgar teorías de conspiración se ha convertido en una poderosa herramienta para cosechar votantes. Un análisis de la AP sobre su obra y el impacto que ha tenido reveló que Kennedy había ganado dinero, fama e influencia política mientras deja sufriendo a personas como los Fahey.

Ahora, la decisión de Kennedy de no buscar la candidatura presidencial demócrata y postularse como independiente le da nuevo protagonismo en unas elecciones que actualmente se perfilan como una revancha entre el presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump. Existe la preocupación en ambos partidos de que Kennedy pueda convertirse en un aguafiestas que pueda afectar al resultado de la campaña de forma inesperada. Y, en un momento en que los precandidatos republicanos a las elecciones de 2024 también siembran dudas acerca de la eficacia de la vacuna, esto amenaza con promover todavía más desinformación dañina que ya ha cobrado vidas.

Una madre contó a la AP cómo postergó un tratamiento importante para su hijo porque creía en las falsedades sobre la vacuna que difundió Kennedy. Doctores y enfermeras relataron cómo el trabajo de Kennedy ha perjudicado a gente dentro y fuera de Estados Unidos.

El equipo de campaña de Kennedy no respondió a varios correos electrónicos solicitándole comentarios para este artículo, pero después de que la AP se puso en contacto con Kennedy y otros implicados en el libro la semana pasada, el presidente de Skyhorse Publishing, que lo coeditó, envió un mensaje de texto a los Fahey para dialogar. Gina Fahey dijo a la AP que creía que se había puesto en contacto sólo cuando quedó claro que la situación podía dañar su reputación.

“Aún hay una falta de compasión que siempre estuvo ahí desde el inicio”, dijo Fahey, y agregó que ahora duda en entablar una conversación con ellos porque no confía de sus intenciones. “Sólo ahora se ponen en contacto, días antes de saber que esta historia va a salir a la luz”.

Los padres de Braden han leído los crueles comentarios de personas que falsamente culpan a las vacunas por la muerte de su hijo. Afirman que ha sido sumamente doloroso ver como Kennedy y otros distorsionan el recuerdo de Braden.

“Cuando apenas sientes que puedes volver a respirar, esto te vuelve a golpear y derribar”, afirmó Gina Fahey.

“Es muy manipulador. Y, además, está ganando dinero con nuestras tragedias”, comentó. "¿Cómo puedes querer que alguien que actúa así dirija nuestro país ?”

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Muchos años antes de que los activistas antivacunas explotaran la pandemia para llevar sus ideas a una mayor cantidad de estadounidenses, Kennedy, un abogado especializado en medio ambiente, figuraba entre los más influyentes difusores del miedo y la desconfianza hacia las vacunas. Durante mucho tiempo ha defendido la idea desacreditada de que las vacunas causan autismo. Ha dicho que las vacunas habían causado un “holocausto” y ha viajado por todo el mundo difundiendo información falsa sobre la pandemia.

En los últimos años, Kennedy ha utilizado su nombre y sus habilidades retóricas para convertir su grupo antivacunas, Children’s Health Defense, o CHD, en una fuerza influyente que difunde información falsa y engañosa. Una investigación de la AP reveló anteriormente cómo Kennedy había aprovechado la pandemia para convertir a CHD en un multimillonario motor de desinformación.

Una de las formas en que Kennedy y CHD han ganado dinero es a través de la venta de libros. La editorial de Kennedy, Skyhorse, se unió a CHD para crear una serie de libros que ha publicado títulos como “Vax-Unvax”, “Profiles of the Vaccine Injured (“Perfiles de los dañados por las vacunas”) y el libro que incluía a Braden Fahey: ”Cause Unknown" (“Causa desconocida”).

Escrito por Edward Dowd, un exejecutivo de BlackRock, ese libro se basa en la falsa premisa de quelas muertes súbitas de personas jóvenes y sanas van en aumento. Los expertos afirman que estas raras complicaciones médicas no son nuevas ni se han vuelto más frecuentes.

“No vemos nada que lo indique”, afirma el doctor Matthew Martinez, del Atlantic Health System, en el Centro Médico Morristown, que investiga los problemas cardiacos entre atletas profesionales.

La AP encontró que decenas de personas incluidas en el libro murieron por causas conocidas no relacionadas con las vacunas, incluyendo suicidio, asfixia por intoxicación, sobredosis y reacción alérgica. Una persona murió en 2019.

La AP hizo varias preguntas sobre el libro al equipo de campaña de Kennedy, al CHD, a Edward Dowd y al presidente de Skyhorse, Tony Lyons, como por qué eligieron a Braden, por qué no hablaron primero con su familia y qué procedimientos tomaron para verificar los datos.

La única persona que respondió fue Lyons, quien también es presidente de la junta directiva del American Values 2024, un comité de acción política que apoya la campaña presidencial de Kennedy.

En los correos electrónicos, Lyons no explicó por qué Braden fue elegido específicamente para la portada, pero defendió su inclusión diciendo que las noticias y su obituario no mencionaban la causa de su muerte.

El libro menciona cientos de muertes, aunque Lyons dijo que sólo atribuye nueve de ellas a la vacuna. Lyons dijo que la muerte de Braden y de otras personas nunca se atribuyen explícitamente a la vacuna, y que el libro explora muchas posibles razones de los fallecimientos que han aparecido en los titulares desde 2021.

Aun así, el libro se refiere varias veces a su “tesis” de que la aplicación masiva de vacunas contra el COVID-19 causó un pico de muertes. Los padres de Braden dijeron que su aparición en el contexto del libro implica que murió por la vacuna, lo que tergiversa la causa de su deceso.

Lyons dijo que no estaba al tanto de los intentos de los Fahey por ponerse en contacto con su empresa y pidió a la AP que compartiera con ellos su información de contacto. Afirmó que haría algunas correcciones en futuras ediciones, incluida la fecha de muerte de Braden, pero dijo que estaban evaluando si se le elimina del libro o de la portada.

Lyons dijo a la AP que Children’s Health Defense tiene un acuerdo editorial con Skyhorse, aunque no quiso decir cuánto dinero le ha dejado a CHD.

Kennedy también tiene un acuerdo de consultoría con Skyhorse que le pagó personalmente 125.000 dólares desde agosto de 2022 para la búsqueda de libros para la empresa, de acuerdo con una declaración financiera que presentó. Lyons dijo que hasta el momento el acuerdo ha producido 27 libros de diferentes géneros, incluidos libros para niños, novelas policiacas y libros de cocina, pero se negó a decir cuáles son.

Lyons también elogió la labor de Kennedy en defensa del medio ambiente, como la protección del río Hudson de Nueva York, y otros trabajos que ha realizado para enfrentarse a poderosos intereses empresariales y a lo que Kennedy considera corrupción gubernamental. Kennedy también se ha centrado en estos temas durante su campaña presidencial.

La plataforma que Kennedy construyó para sí mismo tiene repercusiones. En un estudio de cuentas verificadas de Twitter, ahora X, en 2021, los investigadores Francesco Pierri y Matthew DeVerna, entre otros trabajadores para el Observatorio de Medios Sociales de la Universidad de Indiana descubrieron que la cuenta personal de Kennedy en Twitter era la principal “superdifusora” de desinformación sobre vacunas en Twitter, responsable del 13% de todos los retuits de desinformación, más del triple que la segunda cuenta más retuiteada.

Los mensajes que Kennedy comparte han convencido a una parte significativa de la población, algunos de los cuales asisten a sus actos de campaña luciendo con orgullo pins con jeringas tachadas o repitiendo los argumentos de Kennedy sobre los ingredientes de las vacunas.

La organización antivacunas de Kennedy tiene pendiente una demanda contra varias empresas de noticias, entre ellas The Associated Press, a las que acusa de violar las leyes antimonopolio por tomar medidas para identificar información errónea, entre otras cosas sobre el COVID-19 y las vacunas contra el COVID-19. Kennedy se retiró del grupo cuando anunció su candidatura a la presidencia, pero figura como uno de sus abogados en la demanda.

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Muchas personas han apostado sus vidas y las vidas de sus familias a las opiniones que defienden Kennedy y otros que se oponen a las vacunas.

La AP ha hablado con madres que alguna vez se identificaron como antivacunas y se consideraban entre las más leales seguidoras de Kennedy.

“Pensaba que era un héroe porque decía públicamente las cosas que otras personas tenían demasiado miedo de decir”, afirmó Lydia Greene.

Greene, quien vive en la provincia canadiense de Alberta, rechazó todas las vacunas para su hijo después de creer en las afirmaciones de Kennedy y de otros “gurús” antivacunas acerca de que las vacunas provocan autismo. Cuando su hijo empezó a manifestar señales de autismo, Green lo descartó sin más.

“Ni siquiera podía ver su autismo porque en el movimiento antivacunas el autismo es lo peor que le puede suceder a un niño. Y cuando hablan de sus hijos autistas vacunados, a menudo lo hacen con un tono de resentimiento y hablan de cómo su vida está arruinada, su matrimonio está arruinado, y sólo hablan de que el niño está dañado”, dijo Greene. “Así que cuando mi hijo era diferente, no podía ver eso”.

Explicó que no pudo reconocer la condición de su hijo hasta que “salió del hoyo de los antivacunas”.

“Me di cuenta que había desperdiciado mucho tiempo valioso en el que él debería haber estado en terapia ocupacional, logopedia, terapia para el autismo basada en evidencia”, dijo Greene.

La Children’s Health Defense de Kennedy produce artículos, boletines, libros, podcasts y hasta programas televisivos para su canal CHD TV. Greene dijo que esos artículos a menudo validan los miedos de padres angustiados —no importa qué tan irracionales sean— y a la vez les hacen sentir que alguien poderoso los escucha.

Hoy día, Greene está convencida de que el grupo se aprovechó de ella.

“Eso es lo que hace CHD”, dijo. "Encuentran a los padres cuando son vulnerables. Y se aprovechan de eso”.

Debido a su renombre a nivel nacional, el trabajo de Kennedy tiene un efecto dominó que va más allá de los más devotos activistas antivacunas.

Profesionales médicos dijeron a la AP que la desinformación sobre las vacunas que difunden Kennedy y otras personas influyentes hace que los pacientes que atienden se vuelvan recelosos ante las vacunas de emergencia.

Sharon Goldfarb es una enfermera profesional de Berkeley, California, que pasó lo peor de la pandemia atendiendo a personas marginadas por la sociedad: personas sin hogar, personas que vivían ilegalmente en el país, personas con graves necesidades de salud mental. Ella ha visto de primera mano las consecuencias de la desinformación y el rechazo a las vacunas.

“Es perturbador porque tiene un enorme apellido”, dijo Goldfarb. “Cuando eres una figura pública de confianza y tienes un apellido de confianza, tienes que responder ante una autoridad superior... No lo entiendo”.

Todd Wolynn, un pediatra de Pittsburgh que trabaja para esclarecer los datos sobre las vacunas en las redes sociales, dijo que, no obstante su falta de experiencia clínica, Kennedy tiene una influencia desproporcionada sobre sus seguidores.

“Utiliza una plataforma muy grande para amplificar la desinformación que lleva a las personas a tomar decisiones que no están basadas en pruebas”, observó Wolynn. “Y como resultado eso pone en riesgo sus propias vidas, la vida de sus hijos y la vida de sus familias”.

Aunque Kennedy no contestó para este reportaje, ha dicho desde hace tiempo que no es antivacunas, y que sólo quiere que las vacunas sean probadas de forma rigurosa. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) dicen que las vacunas se someten a pruebas exhaustivas antes de que se autoricen o aprueben en Estados Unidos y se vigila su inocuidad después de ponerse a disposición del público.

Las vacunas contra el COVID-19 se desarrollaron inicialmente durante el gobierno de Trump, a través de la Operación Warp Speed. Pero lo que su gobierno republicano consideró en su momento como un motivo de orgullo se ha convertido desde entonces en un tema de crítica en los círculos republicanos, incluso entre los candidatos presidenciales del Partido Republicano que han expresado su escepticismo sobre las vacunas.

El candidato republicano y empresario de biotecnología Vivek Ramaswamy dijo en una entrevista en un podcast en julio que si hubiera tenido los datos no se habría vacunado contra el COVID-19. El gobierno del también candidato republicano Ron DeSantis, gobernador de Florida, se ha desmarcado de las directrices de los CDC y aconseja a los habitantes de Florida menores de 65 años que no se apliquen la última dosis de refuerzo contra el COVID-19.

Ese tipo de retórica, junto con las creencias conspirativas que Kennedy ha compartido sobre otros temas, como la red 5G, “puede afectar al buen funcionamiento de las sociedades”, dijo Daniel Jolley, profesor de psicología social de la Universidad de Nottingham, quien ha publicado varios artículos sobre el pensamiento conspirativo y sus efectos.

Aunque el escepticismo es importante, la evaluación adecuada de la evidencia es clave, dijo Jolley. Cualquiera que promueva teorías conspirativas mientras se postula a la presidencia hace que éstas parezcan normales.

“Creo que ese tipo de retórica es realmente nociva”, afirmó Jolley. “Uno se preocupa cuando piensa en la próxima pandemia o el próximo acontecimiento o el próximo problema que se nos va a presentar”.

Jolley se pregunta si la próxima vez la gente escuchará a los médicos o a los expertos.

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El papel de Kennedy en la legitimación del activismo antivacunas no se ha limitado a Estados Unidos. Quizá el ejemplo más conocido se produjo en 2019 en la nación insular de Samoa, en el Pacífico.

Ese año, decenas de niños murieron de sarampión. Muchos factores llevaron a la ola de muertes, incluidos errores médicos y malas decisiones de las autoridades gubernamentales. Pero las personas involucradas en la respuesta que hablaron con la AP dijeron que Kennedy y los activistas antivacunas a los que apoyó empeoraron las cosas.

En junio de 2019, Kennedy y su esposa, la actriz Cheryl Hines, visitaron Samoa, un viaje que Kennedy dijo posteriormente que fue organizado por Edwin Tamasese, un activista antivacunas samoano.

Las tasas de vacunación habían caído en picada después de que dos niños murieron en 2018 por una vacuna contra el sarampión que una enfermera había mezclado incorrectamente con un relajante muscular. El gobierno suspendió el programa de vacunación durante meses. Cuando Kennedy llegó, las autoridades sanitarias estaban tratando de volver a la normalidad.

Fue tratado como un invitado distinguido, viajó en un vehículo del gobierno, se reunió con el primer ministro y, según Kennedy, con muchos funcionarios de salud y con el ministro de salud.

También se reunió con activistas antivacunas, entre ellos Tamasese y otra conocida influencer, Taylor Winterstein, quien publicó una fotografía junto a Kennedy en su cuenta de Instagram.

“Los últimos días han sido profundamente monumentales para mí, para mi familia y para este movimiento hasta la fecha”, escribió, añadiendo hashtags como #investigatebeforeyouvaccinate (investiga antes de vacunarte)

Unos meses más tarde, una epidemia de sarampión estalló en Samoa, la cual cobró la vida de 83 personas, en su mayoría bebés y niños, de una población de unos 200.000 habitantes.

Los funcionarios de salud pública dijeron en su momento que la desinformación antivacunas había hecho vulnerable al país.

La crisis de las bajas tasas de vacunación y el escepticismo crearon un ambiente “propicio para que alguien como RFK viniera y ayudara a promover esos puntos de vista”, dijo Helen Petousis-Harris, una vacunóloga neozelandesa que colaboró en los esfuerzos por recuperar la confianza en la vacuna contra el sarampión en Samoa.

Petousis-Harris recordó que los activistas antivacunas locales y regionales siguieron el ejemplo de Kennedy, de quien dijo que “está en la cima de la cadena alimentaria como fuente de desinformación”.

“Amplificaron el miedo y la desconfianza, lo que provocó la amplificación de la epidemia y un aumento en el número de niños que morían. Traían a los niños para que recibieran atención demasiado tarde”, afirmó.

El equipo de campaña de Kennedy no respondió a los correos electrónicos en busca de comentarios sobre Samoa, aunque en su página web dice que no tuvo nada que ver con el brote de sarampión. También dijo en una entrevista para un documental de próxima difusión, “Shot in the Arm”, que no tiene ninguna responsabilidad en lo sucedido.

“No tuve nada que ver con que la gente no se vacunara en Samoa. Nunca le dije a nadie que no se vacunara. No fui allí por ninguna razón que tuviera que ver con eso”.

Pero personas que trabajaron en la respuesta al sarampión en Samoa dijeron a AP que la credibilidad que dio a las fuerzas antivacunas cuando se reunió con ellas tuvo un impacto.

Moelagi Leilani Jackson, una enfermera samoana que trabajó en la campaña de vacunación para frenar el flagelo del sarampión, dijo que recordaba que tras la visita de Kennedy, los influencers antivacunas “se hicieron más fuertes”.

“Creo que sentían que contaban con el apoyo de Kennedy. Pero también creo que Kennedy era muy… bueno, llegó y se fue”, recordó. “Y otras personas recogieron los pedazos”.

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Unas semanas después de su viaje a Samoa, Kennedy hizo una aparición en Sacramento, California, donde los legisladores debatían un proyecto de ley para que fuera más difícil obtener a una exención de la vacuna. La iniciativa era patrocinada por el senador demócrata Richard Pan, un pediatra.

Mientras una multitud se congregaba frente al capitolio, Kennedy se puso de pie para hablar. Dos grandes carteles detrás de él mostraban la imagen de Pan, con la palabra “MENTIROSO” estampada en su cara con pintura de color rojo sangre. Pan declaró a AP que creía que el montaje pretendía incitar a la multitud en su contra.

“Así que los arenga para que la gente me ataque, en esencia, personalmente”, dijo Pan, quien ya no está en el cargo.

En pocos meses, un extremista antivacunas agredió a Pan y lo transmitió en directo por Facebook. Otro arrojó sangre a Pan y a otros legisladores.

Kennedy ha mencionado repetidamente el Holocausto al hablar de vacunas y mandatos de salud pública, comparaciones que, según Pan, equivalen a una “llamada indirecta a la violencia” contra los defensores de la salud.

”¿Quién crea una atmósfera en la que se cree que lo apropiado es agredir físicamente a un legislador? Es gente como Robert F. Kennedy Jr.”, afirmó.

Pan dijo que se trata de una de las muchas veces en que Kennedy ha incitado a las personas contra los defensores de la salud pública. Kennedy también es autor de un libro que atacaba al doctor Anthony Fauci, experto en enfermedades infecciosas y científico de alto nivel del anterior gobierno, y quien ha recibido amenazas de muerte.

Estos ataques han provocado las críticas de la hermana de Kennedy, Kerry Kennedy, quien señaló el historial de violencia política contra la familia Kennedy —su padre y su tío fueron asesinados— cuando declaró a la AP en 2021 que “atacar a médicos y científicos es irresponsable porque muchos han recibido amenazas de muerte. Esto puede disuadir a la gente de esas profesiones. Nuestra familia sabe que una amenaza de muerte debe tomarse en serio”.

El 9 de octubre, Kerry Kennedy y otros tres hermanos emitieron un comunicado en el que censuraron la candidatura independiente de Kennedy, a la que calificaron de “peligrosa” y “riesgosa” para el país.

Pan afirmó que la retórica de Kennedy, que a menudo sataniza a científicos y profesionales de la salud, forma parte de una estrategia para intimidarlos y silenciarlos.

“Cuando se califica algo de holocausto, se está incitando a la violencia”, afirmó Pan.

“La verdadera consecuencia de Robert F. Kennedy Jr. es que tenemos niños muertos, y tenemos personas que de buena fe están haciendo todo lo posible para intentar proteger a la gente, incluidos los niños, quienes básicamente están siendo amenazados e incluso agredidos a causa de su retórica y sus mentiras”, dijo Pan, que ahora se ha postulado a la alcaldía de Sacramento, un cargo no partidista. “Eso perjudica a Estados Unidos”.

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El videoperiodista de The Associated Press Terry Chea contribuyó a este despacho.

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