Rezago educativo y violencia, las secuelas que dejó la pandemia de COVID-19 en niños y adolescentes de México

Cuartoscuro
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Aunque la pandemia de COVID-19 ya no se considera una emergencia sanitaria en el país, las secuelas que dejó en la población siguen siendo difíciles de contrarrestar, especialmente en niños y adolescentes.

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la violencia, el rezago educativo y la desnutrición son algunos de los retos más fuertes que enfrenta México a raíz de la pandemia.

“En México, las familias con niños y niñas se vieron afectadas por los recortes de los ingresos lo que trajo como consecuencia la vulneración de algunos derechos de niñas, niños y adolescentes, por ejemplo, no tener acceso a alimentos saludables y la pérdida de aprendizajes por no poder asistir a clases debido al cierre de escuelas”, describe en su informe anual de labores 2022.

De acuerdo con este informe, una de las principales recomendaciones por parte del organismo internacional tiene que ver con la designación del presupuesto, pues detectaron que lo destinado a las infancias y adolescencias ha disminuido en los últimos años.

“El análisis del PPEF 2022 reveló que el gasto social destinado a la infancia y la adolescencia ha disminuido en los últimos cinco años al pasar de 26.5% en 2018 a 18% en 2023, por lo que Desde UNICEF nos hemos enfocado en abogar con distintos tomadores de decisión a revisar y revertir esta tendencia”.

El organismo detalló que sus esfuerzos se han centrado en el sector educativo, pues es donde se han detectado los retos más importantes, por lo que es necesario invertir más en la recuperación de aprendizajes y la mejora de la calidad educativa. 

A raíz de estos hallazgos, el organismo trabajó con el gobierno federal, gobiernos estatales y sociedad civil para ayudar a mitigar el impacto de la pandemia en niños, niñas y adolescentes.

Rezago educativo tras la pandemia de COVID

El cierre de escuelas durante la pandemia impactó en el aprendizaje de los estudiantes, sobre todo a familias con ingresos bajos, sin recursos tecnológicos para recibir educación a distancia y población de habla indígena.

Según el informe de la Unicef,  la matrícula escolar de educación preescolar a media superior disminuyó 4.5% durante los años de pandemia. Además se estima que los estudiantes perdieron 1.7 años de aprendizaje.

Para contrarrestar el rezago educativo, Unicef planteó a la Secretaría de Educación Pública la implementación de diversas herramientas tecnológicas para acercar la educación a los más vulnerables. 

Entre las estrategias que se implementaron fueron la plataforma Pasaporte al aprendizaje, una plataforma para estudiantes de nivel medio superior con una oferta académica de matemáticas, comunicación, química, física e inglés; MatematIA, para mejorar las habilidades matemáticas; y los Campamentos de Aprendizaje, dirigidos a estudiantes de educación básica.

La violencia en la pandemia

Otro de los grandes retos que enfrenta México tras la pandemia es la violencia a la que se han visto expuestos los niños, niñas y adolescentes tanto en sus hogares, escuela e incluso en redes sociales.

De acuerdo con el informe de Unicef, 5 de cada 10 menores de edad han sido sometidos a castigos físicos en sus hogares. Además, 1 de cada 2 adolescentes han vivido actos violentos como golpes, patadas y puñetazos.

Respecto a la violencia en las escuelas, 8 de cada 3 adolescentes de entre 15 y 17 años sufrieron violencia psicológica.

El organismo detalló que impulsó el desarrollo de mecanismos de prevención y recordo al gobierno la importancia de armonizar la legislación nacional sobre la prohibición de los castigos corporales y la de la tipificación de la violencia sexual como delito en todo el territorio nacional.

“Con el objetivo de prevenir la violencia en los hogares, desarrollamos una campaña de sensibilización para la crianza positiva, la cual ofreció orientación e información a padres, madres y personas cuidadoras para desalentar en los hogares la disciplina violenta como nalgadas, manazos o jalones de cabello”.

Para contrarrestar la violencia en línea, se lanzó un programa de habilidades digitales en seis planteles del Conalep en el Estado de México y Chihuahua para promover la ciberseguridad para los adolescentes, incluyendo la creación de contenido positivo para sus redes sociales y la prevención de la violencia en línea. 

Con este programa se beneficiaron 3,000 adolescentes de ambos estados. 

La mala alimentación, otra secuela de COVID

La desnutrición, obesidad y sobrepeso son otras de las secuelas que trajo consigo el confinamiento y la falta de seguridad alimentaria en México durante el periodo más agudo de la pandemia de COVID-19.

Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 sobre Covid-19 revelaron que el 7.8% de los menores de 5 años presentaron sobrepeso u obesidad, mientras que para la población escolar de 5 a 11 años la prevalencia de sobrepeso más obesidad fue de 37.4 por ciento. 

Además se detectó un consumo habitual de bebidas endulzadas (87%) y botanas (53%), entre niños y niñas de 1 a 4 años de edad. 

El consumo de este tipo de alimentos también incrementó en la población de 5 a 11 años de edad, la cual registró un 92% de consumo de botanas, dulces y postres.

Ante este panorama, Unicef implementó diversas campañas para informar a padres, madres y tutores sobre la importancia de mejorar la alimentación, así como la creación del programa Intervención de los 1,000 días, el cual tiene como objetivo fortalecer los servicios de nutrición proporcionados por el sistema de salud y que con ello, más niños y niñas tengan acceso a alimentación de calidad.

Pandemia en México deja exceso de mortalidad

El impacto que dejó la pandemia en México también se puede valorar con el exceso de mortalidad, el indicador más preciso para medir el impacto de esta enfermedad en las naciones, según la propia Organización Mundial de la Salud (OMS).

Hasta 2022, autoridades de Salud estimaron que en el país se registrarían 2 millones 351 mil 067 defunciones; sin embargo, ocurrieron poco más de 3 millones, es decir, un exceso acumulado de 650 mil 602 muertes.

De éstas, el 77% estuvieron relacionadas con COVID-19, de acuerdo con datos oficiales actualizados hasta enero de 2023.

Entre 2020 y 2021 se registró el mayor número de defunciones asociadas a COVID.

En 2020 las autoridades estimaron que se reportarían 770 mil 762 muertes, pero ocurrieron 1 millón 087 mil 507, un exceso de 316 mil 745; de estas 215 mil 617 estuvieron asociadas a la pandemia, es decir un 68%.