Revelan el llamativo error que habría causado el abrupto descenso del vuelo de Latam en un Boeing
AUCKLAND.- Una investigación preliminar reveló la posible causa del incidente que provocó una fuerte sacudida en un vuelo de un Boeing 787 Dreamliner de Latam en el tramo Sídney-Auckland que dejó 50 personas heridas y sumó un nuevo capítulo a la larga lista de problemas que presenta la empresa de aviones estadounidense en el último tiempo.
El diario estadounidense The Wall Street Journal cita a funcionarios aeronáuticos de Estados Unidos al tanto de la investigación preliminar sobre el incidente que señalaron que “una azafata de Latam Airlines presionó un interruptor en el asiento del piloto mientras servía una comida, lo que provocó que una función motorizada empujara al piloto hacia los controles y empujara hacia abajo la nariz del avión”.
El diario precisa que se trata de un interruptor ubicado en el respaldo del asiento del piloto, que generalmente está cubierto y que no debe usarse mientras el piloto esté sentado.
Los pasajeros a bordo del Boeing 787 relataron que el avión descendió abruptamente durante su trayecto entre Sídney y Auckland el lunes, sembrando el pánico en la cabina. El vuelo, que tenía como destino final Santiago de Chile, viajaba con 263 pasajeros y nueve miembros de la tripulación a bordo.
A passenger documented scenes of panic after a Boeing 787 operated by LATAM Airlines, after it dropped abruptly mid-flight from Sydney, Australia to Auckland, New Zealand. https://t.co/VfXCzPn9e8 pic.twitter.com/p8sVpKKzcL
— ABC News (@ABC) March 13, 2024
A partir de esta nueva información, Boeing emitió un memo este jueves por la noche a los operadores de aviones 787 recomendando que inspeccionen los asientos de la cabina del piloto y chequeen si ese interruptor está cubierto. Además, indicó cómo apagar el motor del asiento del piloto si fuera necesario y dijo que está considerando actualizar los manuales de la tripulación de vuelo.
“Cerrar el protector del interruptor del respaldo del asiento accionado por resorte sobre una tapa del interruptor basculante suelta/desprendida puede potencialmente atascar el interruptor basculante, lo que resulta en un movimiento involuntario del asiento”, decía el memo, al que tuvo acceso The Wall Street Journal.
Según el memo, este problema ya había sido detectado en el pasado y Boeing había emitido un aviso relacionado en 2017. El texto, sin embargo, no menciona si esta situación fue determinante en el incidente de Latam.
El lunes, después que se conocieran videos y relatos del vuelo de terror, la aerolínea con sede en Chile señaló que el avión había sufrido un “evento técnico durante el vuelo que provocó un fuerte movimiento”.
La investigación continúa y más adelante pueden surgir pruebas que contradigan las conclusiones preliminares. La publicación industrial Air Current informó anteriormente que el movimiento del asiento de la cabina era el foco de la investigación.
El avión regresó a Chile durante un vuelo con sólo tripulación a bordo y desde entonces, quedó parado en el aeropuerto de Santiago.
La autoridad aeronáutica chilena, la Dirección General de Aeronáutica Civil de Chile (DGAC), lidera la investigación sobre el incidente y, para eso, un equipo viajó esta semana a Auckland. Se tomó esa decisión porque el incidente ocurrió en espacio aéreo internacional y la matrícula del avión involucrado es chilena.
Investigadores de accidentes en Nueva Zelanda indicaron el martes que comenzaron a recoger evidencia, “incluyendo la incautación de las grabadoras de voz y datos de vuelo de la cabina”.
Brian Adam Jokat, ciudadano canadiense residente en el Reino Unido que viajaba en el avión, dijo que vio a otro pasajero golpear el techo del avión antes de caer y romperse las costillas contra un apoyabrazos. “Estaba contra el techo del avión, de espaldas, con la cabeza hacia mí mirándome. Era como El exorcista”, contó el pasajero a RNZ, en referencia a una recordada escena de la película de terror de 1973 del director William Friedkin.
Las fotos tomadas por Jokat tras el incidente mostraban los daños sufridos en el techo del avión, donde, según dijo, se habían golpeado otros pasajeros.
Verónica Martínez, una administradora de ventas, comentó que se sintió como si el avión se hubiese detenido en pleno vuelo y luego “nos desplomamos”. “La gente estaba volando, bebés cayeron, fue horrible, mucha gente quedó herida”, contó Martínez.
Los problemas de Boeing
El suceso se suma a una larga saga de fallos y problemas en aviones del fabricante estadounidense Boeing que han puesto en cuestión la seguridad de sus aparatos.
Sus aviones 737 MAX fueron inmovilizados durante casi dos años por dos accidentes en vuelos de la indonesia Lion Air y de la etíope Ethiopian Airlines en 2018 y 2019.
En enero, en un avión de Boeing 737 MAX de Alaska Airlines, una puerta se desprendió poco después del despegue provocando varios heridos leves.
La semana pasada, un Boeing 777 dirigido a Japón tuvo que aterrizar de emergencia tras el despegue en San Francisco por el desprendimiento de una rueda.
Los reguladores estadounidenses dieron este mes a la empresa 90 días para solucionar sus problemas en el control de calidad y la instaron a comprometerse en “mejoras profundas y reales”.
Agencias Reuters y AFP