Revelan impactante foto de un incidente del submarino Titán dos años antes de la implosión
En una de las audiencias del juicio por la catástrofe del sumergible Titán, han revelado que parte del fuselaje de la nave se desprendió antes de implosionar el pasado junio.
Más conocido como “submarino turístico”, el sumergible de OceanGate tenía un diseño cuestionable que suscitó inquietudes dentro y fuera de la empresa, y que luego llevó a la muerte de cinco hombres. El exdirector de operaciones de la compañía, David Lochridge, contó la semana pasada que fue despedido por plantear sus dudas.
Se cree que el casco de fibra de carbono del submarino, considerado por algunos expertos inadecuado para este tipo de expediciones, se debilitó durante las repetidas inmersiones hacia los restos del Titanic, que se encuentra a unos 34.200 metros de profundidad en el océano Atlántico Norte, según testificó el miércoles el ingeniero Don Kramer, miembro de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte.
Ahora, la Guardia Costera de EE. UU., que investiga el caso, ha publicado una imagen en la que se ve que la parte de la cúpula del sumergible, mediante la cual los pasajeros podían ver los restos del pecio, se desprendió cuando regresó a la superficie tras una inmersión en 2021.
Anteriormente, habían explicado cómo los tornillos que sostenían a la cúpula salieron “disparados como balas” cuando el Titán impactó contra la cubierta del barco desde el cual se operaba.
Uno de los pasajeros, Fred Hagen, testificó: “La potencia de la plataforma al golpear contra la cubierta provocó que se rompieran varios tornillos y salieran disparados como balas. Por ende, la cúpula de titanio se desprendió”.
Ese fue uno de los más de 100 fallos técnicos que sufrió el sumergible, incluido el incidente en el que al primer modelo diseñado le cayó un rayo.
La implosión de 2023 se cobró las vidas del director ejecutivo de OceanGate, Stockton Rush (61), el experto francés en el hundimiento del Titanic Paul-Henri Nargeolet (77), también conocido como Sr. Titanic, así como la del multimillonario británico Hamish Harding (58) y el magnate paquistaní Shahzada Dawood (48) junto con su hijo Suleman Dawood (19), quienes pagaron USD 250.000 cada uno para realizar la expedición.
Renata Rojas, una especialista de la excursión de 2021, afirmó en una audiencia del 19 de septiembre que el Titán “funcionaba muy bien” antes de sumergirse.
Recordó: “Creo que solo había dos o cuatro tornillos en la cúpula. Comenzó a desprenderse”.
Tras el incidente, se añadieron 18 tornillos a la cúpula, y Rojas insistió en que nunca se sintió insegura cuando se sumergió a bordo del Titán.
“Esto nunca se vendió como un viaje a Disney”, aseguró. Y agregó: “Fue una expedición en la que podían pasar cosas y había que adaptarse a eso”.
Otra situación que suscitó polémica fue el hecho de que el submarino se controlaba mediante una palanca de mando del estilo PlayStation y sus movimientos se registraban en una hoja de cálculo Excel, según declararon testigos del juicio.
Como parte de su testimonio, Lochridge manifestó que Stockton pretendía que alguien inexperto controlara el submarino porque la palanca de mando era fácil de usar, pero que era mucho más complejo que eso.
Por su parte, Antonella Wilby, antigua contratista de OceanGate, declaró: “Hubo retrasos porque primero teníamos que anotar manualmente las coordenadas y luego pasarlas a la computadora”.
En junio del año pasado, el Titán perdió contacto con la superficie tras una hora y 14 minutos de inmersión hacia los restos del Titanic. Inmediatamente, se inició una operación internacional de búsqueda y rescate, hasta que sus restos fueron finalmente hallados en el fondo del océano.
Un portavoz de la compañía declaró a The Independent: “OceanGate quiere expresar su más sentido pésame a las familias y seres queridos de los fallecidos en la trágica implosión del Titán. No hay palabras que alivien el dolor, pero esperamos que este juicio ayude a esclarecer los hechos”.
Y continuó: “La empresa ha dejado de operar y no tiene empleados, pero está involucrada en el procedimiento de investigación llevado a cabo por la Guardia Costera”.
Por último, agregó: “Ha colaborado plenamente con las investigaciones de la Guardia Costera y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) desde el inicio, incluida la audiencia pública convocada por la Guardia Costera. OceanGate cuenta con la representación legal de Jane Shvets y Adrianna Finger, del bufete Debevoise & Plimpton LLP”.
Está previsto que la audiencia pública finalice este viernes.
Traducción de María Luz Avila