Resuelto secuestro en Surfside, 55 años después

Más de cinco decenios después que el insólito secuestro de un adolescente de Surfside ocupó los titulares de todo el país y aterrorizó a toda una comunidad, la Policía y cinco hombres, que han pasado la mayor parte de la última década investigando la desaparición del estudiante de último año de secundaria, dicen haber resuelto el crimen.

Según la Policía, Danny Goldman fue asesinado por un mafioso asociado a una conocida familia criminal de Tampa, después que su padre detalló a los investigadores federales cómo un banco local controlado por un fondo de pensiones sindical asociado a Jimmy Hoffa concedía préstamos sin garantía.

Su padre testificó ante un jurado de instrucción solo cuatro días antes del secuestro de Goldman. El testimonio dio lugar a 19 acusaciones, aunque ninguna dirigida a los principales personajes que se cree que estuvieron involucrados en el secuestro de Goldman.

Goldman, a cinco días de cumplir 18 años y a punto de inscribirse en el servicio militar, fue secuestrado en su casa delante de sus padres por un intruso que exigió $50,000 por su devolución. El cuerpo del adolescente —que se cree que fue desmembrado en un barco en el Gulf Stream– nunca se encontró.

“Creemos que el secuestro de Danny fue una represalia por la cooperación de Aaron [Goldman] con las autoridades federales en relación a las prácticas bancarias ilegales”, dijo el detective de homicidios de Miami-Dade Jonathan Grossman, en un video publicado a principios de esta semana.

Grossman también agradeció al ex alcalde de Surfside, Paul Novack, y a los vecinos Anthony Blate, David, Joe Graubart y Harvey Lasko por haber proporcionado información fundamental para el caso. Tres de ellos conocían a Goldman de sus días en la escuela secundaria Miami Beach. Los Graubart pasaban tiempo con él en su casa, a menudo reconfigurando dispositivos electrónicos.

“Oficialmente, durante varias décadas, no ha habido arrestos, procesamientos o condenas, esencialmente ninguna pista sobre lo que le ocurrió a Danny Goldman”, escribió Novack en un sitio web que durante los últimos nueve años ha detallado información sobre el caso Goldman. “Por fin, ahora todos sabemos qué le pasó y por qué a Danny Goldman. Que descanse en paz”.

En sus descubrimientos, los sabuesos de Surfside y la Policía detallan un secuestro vinculado a conocidos mafiosos a nivel nacional que salió mal y que pudo haber salido de una película de Martin Scorsese.

Titulares como este, del Miami News, fueron comunes después de que el secuestro de Danny Goldman en 1966 desconcertara a la policía y a los residentes.
Titulares como este, del Miami News, fueron comunes después de que el secuestro de Danny Goldman en 1966 desconcertara a la policía y a los residentes.

Según la Policía, Novack y sus amigos, era poco más de la medianoche del 28 de marzo de 1966 cuando un hombre llamado George Defeise, vinculado a la familia del crimen Trafficante, llegó en un taxi a la casa de los Goldman, en Surfside. La familia se despertó cuando Defeise entró a la casa a través de una puerta corredera de cristal. Ató a los padres de Danny, Aaron y Sally Goldman, y exigió $50,000 por la devolución de su hijo.

Luego se marchó. Los Goldman consiguieron desatarse y llamar a la Policía. Pero no volvieron a saber nada de Defeise. Los medios de comunicación locales publicaron fuertes titulares.

“Adolescente Secuestrado por bandido armado”, decía un gran titular en el Miami Beach Daily Sun. “Misterio No. 1 del FBI: El caso Goldman”, tituló el Miami News. “El secuestrador no llama; Intensifican persecución”, señalaba el titular de primera plana del Miami Herald.

Un grupo de hombres de Surfside, que ayudaron a resolver el caso, y la policía creen que George Defeis, arriba, secuestró a Danny Goldman hace 55 años.
Un grupo de hombres de Surfside, que ayudaron a resolver el caso, y la policía creen que George Defeis, arriba, secuestró a Danny Goldman hace 55 años.

Pese a la atención que los diarios pusieron en el suceso, resultó difícil encontrar pistas que ayudaran a resolver el secuestro. La muerte de Defeis en 1980 en North Miami dificultó aún más la tarea. El rastro se enfrió.

Hace una década, cuando Aaron y Sally Goldman murieron con dos años de diferencia, Novack y cuatro amigos se pusieron a trabajar, convencidos de que el caso de su amigo desaparecido podía resolverse.

Mediante una exhaustiva búsqueda de documentos —tanto a nivel estatal como federal—, los Surfside Five determinaron que Defeise era el secuestrador y que había trabajado con Joe Cacciatore, primo hermano del mafioso Santo Trafficante.

También descubrieron que Goldman había sido secuestrado después que su padre fue interrogado por los federales y habló con un jurado de instrucción de los vínculos de la mafia con el Miami National Bank, del que fue miembro del consejo de administración.

El banco fue adquirido en 1958 por un fondo de pensiones del sindicato controlado por Hoffa, el infame presidente sindical desaparecido en 1975. Novack dijo que su investigación descubrió que Cacciatore había ido por la ciudad quejándose de que había hecho su parte en el secuestro y que nunca le habían pagado. El coche desaparecido de Goldman fue descubierto abandonado a solo dos cuadras de la casa de Cacciatore.

El ex alcalde de Surfside, Paul Novack.
El ex alcalde de Surfside, Paul Novack.

Novack y sus compañeros también creen que el cuerpo de Goldman fue colocado en una embarcación en el puerto deportivo de Maule Lake, en North Miami Beach, antes que saliera por Haulover Inlet. El cuerpo fue desmembrado y arrojado al mar. Defeis, dijo Novack, estuvo implicado en otros tres asesinatos, pero nunca fue condenado.

Una de las claves de sus hallazgos, dijo el ex alcalde de Surfside, ocurrió siete meses después del secuestro de Goldman, cuando Defeis fue detenido por otro crimen y se le tomaron las huellas dactilares. Coincidía con una huella encontrada en la puerta corredera de cristal de la casa de Goldman. También descubrieron el testimonio de los Goldman de que el secuestrador caminaba cojo. Defeis, que tenía diabetes, cojeaba mucho.

“Esta es la culminación de una década de trabajo”, dijo Novack. “Pudimos establecer quién lo hizo y por qué ocurrió. Nadie tenía ni idea, aunque había muchas teorías. La huella dactilar fue un elemento importante”.