Reseña del Vision Pro: el primer visor de Apple carece de propósito y afinación de detalles

Brian Chen, columnista de tecnología personal de The New York Times, reseña el Vision Pro, el primer producto nuevo importante de Apple en casi una década, en la oficina del buró del Times en San Francisco, el 5 de febrero de 2024. (Clara Mokri/The New York Times)
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Brian Chen, columnista de tecnología personal de The New York Times, reseña el Vision Pro, el primer producto nuevo importante de Apple en casi una década, en la oficina del buró del Times en San Francisco, el 5 de febrero de 2024. (Clara Mokri/The New York Times) ‌

Hace unos 17 años, Steve Jobs subió al escenario en un centro de convenciones de San Francisco y anunció que iba a presentar tres productos: un iPod, un teléfono y un navegador de internet.

“No son tres dispositivos separados”, dijo. “Este es un solo dispositivo y lo hemos llamado iPhone”.

Con un precio de 500 dólares, el primer iPhone era relativamente caro, pero no pude evitar querer deshacerme de mi mediocre teléfono plegable Motorola y derrochar el dinero. Hubo fallas, incluidas velocidades lentas de internet celular. Pero el iPhone cumplió sus promesas.

Durante la semana pasada, tuve una experiencia muy diferente con un nuevo producto de primera generación de Apple: el Vision Pro, un visor de realidad virtual que se asemeja a unas gafas de esquí. La computadora ponible de 3500 dólares, que fue lanzada el viernes, usa cámaras para que puedas ver el mundo exterior mientras haces malabares con aplicaciones y videos.

Apple lo llama una “computadora espacial” que combina el mundo físico y el digital para que las personas trabajen, vean películas y jueguen.

Apple se negó a proporcionar una unidad para hacer la reseña antes del lanzamiento a The New York Times, por lo que compré un Vision Pro el viernes. (Cuesta mucho más de 3500 dólares con los complementos que muchas personas querrán, incluido un estuche de transporte de 200 dólares, unos AirPods de 180 dólares e inserciones de lentes oftálmicos de 100 dólares para personas que usan anteojos). Tras usar el visor durante unos cinco días, no estoy convencido de que la gente vaya a obtener mucho valor de ellos.

El dispositivo se siente menos pulido que los productos Apple de primera generación anteriores que he usado. No es mejor para trabajar que una computadora y los juegos que he probado hasta ahora no son divertidos, lo que hace que sea difícil recomendarlo. Una característica importante —la capacidad de realizar videollamadas con un avatar digital humano que se parece al usuario— aterrorizó a los niños durante una llamada familiar a través de FaceTime.

El visor es excelente cumpliendo una de sus promesas: reproducir videos, incluidas películas de alta definición y tus propias grabaciones en 3D que te permiten sumergirte en recuerdos pasados, lo cual es a la vez genial e inquietante.

En la última década, empresas como Meta, HTC y Sony han tenido grandes dificultades para vender masivamente visores a los consumidores porque sus productos eran incómodos de usar, sus aplicaciones eran limitadas y no se veían atractivos.

El Vision Pro tiene una interfaz de usuario superior, mejor calidad de imagen, más aplicaciones y mayor potencia informática que otros visores. Pero es un poco más pesado que los visores Quest más baratos de Meta y se conecta a una batería externa que solo dura dos horas.

La estética de gafas de esquí del producto de Apple se ve mejor que los voluminosos visores de plástico del pasado. Pero los videos publicados por los primeros usuarios caminando en la calle con el visor —hombres a los que llamo “Vision Bros”— confirman que las personas todavía se ven ridículas usando gafas tecnológicas, incluso cuando están diseñadas por Apple.

Una mejor interfaz
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El Vision Pro está muy por delante de otros visores que he probado en cuanto a crear una interfaz 3D inmersiva sencilla de controlar para los usuarios con los ojos y las manos. Dejé que cuatro colegas usaran el visor en la oficina y vi cómo todos aprendían a usarlo en segundos.

Esto se debe a que resulta familiar para cualquiera que tenga un iPhone o un teléfono inteligente similar. Verás una cuadrícula de íconos de aplicaciones. Mirar una aplicación equivale a pasar el cursor del ratón sobre ella; para hacer clic en él, debes juntar el pulgar y el índice, haciendo un pellizco rápido. El gesto de pellizcar también se puede utilizar para moverse y expandir ventanas.

El Vision Pro incluye una perilla llamada corona digital. Girarla en sentido contrario a las agujas del reloj te permite ver el mundo real en segundo plano mientras mantiene las ventanas digitales de tus aplicaciones en primer plano. Al girarla en el sentido de las agujas del reloj, se oculta el mundo real con un fondo opaco.

En cuanto al trabajo

Cuando usas el visor para trabajar, puedes rodearte de múltiples aplicaciones flotantes: por ejemplo, tu hoja de cálculo puede estar en el centro, una aplicación de notas a tu derecha y un navegador a tu izquierda. Es la versión 3D de hacer malabares con ventanas en la pantalla de una computadora. Por muy bueno que suene esto, pellizcar las pantallas flotantes no hace que el trabajo sea más eficiente, porque es necesario girar la cabeza constantemente para verlas.

Pude tolerar hacer malabares con una aplicación de notas, un navegador y la aplicación Word de Microsoft durante no más de 15 minutos antes de sentir náuseas.

La parte menos divertida del Vision Pro es escribir con su teclado flotante, que requiere presionar una tecla a la vez. Había planeado escribir esta reseña con el visor antes de darme cuenta de que no iba a poder cumplir con la fecha límite de entrega.

Existe la opción de conectar un teclado físico, pero ya en ese punto prefiero utilizar una computadora portátil que no agregue peso a mi cara.

El Vision Pro también puede funcionar con computadoras Mac, donde puedes duplicar la pantalla en el visor como una ventana virtual que se puede expandir para que parezca una pantalla grande. En mis pruebas, hubo un retraso constante: cada pulsación de tecla tardó una fracción de segundo en registrarse virtualmente y el cursor del ratón se movía con lentitud. También instintivamente quise controlar la Mac con pellizcos, a pesar de que no está configurada para funcionar de esa manera, lo cual fue frustrante.

Luego, probé el visor en la cocina: cargué una receta de pizza en el navegador web mientras tomaba y pesaba los ingredientes. Moviéndome mientras miraba a través de la cámara, sentí náuseas de nuevo y tuve que quitarme el visor. El Vision Pro es más cómodo de usar mientras se está sentado. Apple aconseja a las personas que tomen descansos para reducir el mareo.

Las videollamadas son ahora una parte esencial de la vida de oficina y en este respecto el Vision Pro es especialmente inferior a una computadora portátil con cámara. El visor utiliza sus cámaras para tomar fotografías de tu rostro que se unen en un avatar 3D llamado Persona, que Apple ha etiquetado como función “beta” porque está inacabado.

Las Personas son tan vergonzosas que a la gente le dará pena usarlas en una llamada de trabajo. El Vision Pro produjo un retrato poco favorecedor de mí, sin pómulos y con orejas borrosas. En una llamada de FaceTime con mis suegros, dijeron que el desenfoque evocaba el estilo de los retratos de estudio de la década de 1980.

Una de mis sobrinas, una niña de 3 años, se dio la vuelta y se alejó al ver al tío Brian virtual. La otra, una niña de 7 años, se escondió detrás de su padre y le susurró al oído: “Se ve falso”.

¿Nos estamos entreteniendo?

El video es donde brilla el Vision Pro. Al ver películas a través de aplicaciones de emisión en continuo como Disney+ y Max, puedes pellizcar la esquina de un video y arrastrarla para expandirlo a una pantalla gigante de alta resolución; algunas películas, como “Avengers: Endgame” y “Avatar 2”, se pueden ver en 3D. La imagen se ve mucho más brillante y clara que la calidad de los productos Quest de Meta. La calidad de audio de los visores de Apple es excelente, pero las bocinas hacen mucho ruido, por lo que necesitarás unos AirPods si quieres usarlos en espacios públicos.

La duración de la batería de dos horas del visor no es suficiente para la mayoría de las películas, pero en mi experiencia, esto resultó ser irrelevante porque no pude ver películas durante más de 20 a 30 minutos antes de necesitar descansar mi cuello y ojos debido a lo pesado del visor.

El Vision Pro, el primer producto nuevo importante de Apple en casi una década, en San Francisco, el 5 de febrero de 2024. (Clara Mokri/The New York Times)
El Vision Pro, el primer producto nuevo importante de Apple en casi una década, en San Francisco, el 5 de febrero de 2024. (Clara Mokri/The New York Times)

Todavía no se han creado muchos juegos para el visor. Probé algunos juegos nuevos del Vision Pro, como “Blackbox”, que implica moverse por un entorno 3D para hacer estallar burbujas y resolver acertijos. Se veía bien, pero cuando la novedad pasó, mi interés se desvaneció. Es difícil recomendar el Vision Pro para videojuegos de realidad virtual cuando los visores Quest 2 de 250 dólares y Quest 3 de 500 dólares de Meta tienen un catálogo de juegos más nutrido.

Conclusión

El Vision Pro es el comienzo de algo, de qué exactamente, no estoy seguro.

Pero el objetivo de una reseña de un producto es evaluar el aquí y el ahora. En su estado actual, el Vision Pro es un producto de primera generación impresionante pero incompleto. Tiene problemas y tendrás que hacer grandes concesiones al usarlo. Aparte de ser un televisor personal elegante, carece de propósito.

Lo que más me llama la atención del Vision Pro es que para ser una computadora tan cara, es muy difícil compartir el visor con otras personas. Existe un modo invitado, pero no es posible crear perfiles para que diferentes miembros de la familia carguen sus propias aplicaciones y videos.

Por lo tanto, es una computadora para que las personas la utilicen solas y llega en un momento en el que buscamos reconectarnos después de años de soledad enmascarada. Ese podría ser el mayor punto ciego del Vision Pro.

c.2024 The New York Times Company