Reseña: “Ministry of Ungentlemanly Warfare” amplifica historia de la Guerra Mundial

La más reciente película de Guy Ritchie, “The Ministry of Ungentlemanly Warfare”, está sustentada en la historia real, pero amplifica una operación de la Segunda Guerra Mundial con suficientes nazis muertos como para hacer sonrojar a “Inglourious Basterds” (“Bastardos sin gloria”).

El resultado es una película alegremente entretenida, pero también una fusión incómoda. La película de Ritchie, que se estrena en Estados Unidos el viernes, toma la afición cada vez más prolífica del director por la ultraviolencia arrogante y explotadora y la aplica a una misión de la vida real que habría sido lo suficientemente emocionante si se hubiera contado con un poco de precisión histórica.

En 2016, se desclasificaron documentos que detallaban la Operación Postmaster, en la cual un pequeño grupo de agentes especiales británicos navegó a la isla de Fernando Po, en África Occidental, entonces una colonia española, en el Golfo de Guinea. España era entonces neutral en la guerra, lo que hizo que la táctica aprobada por Churchill fuera audaz. En enero de 1942, se colaron en el puerto y zarparon con varios barcos, incluido el buque mercante italiano Duchessa d’Aosta, que estaban siendo utilizados en la guerra atlántica.

Suena como una película bastante buena, ¿verdad? La historia incluso presenta al autor de James Bond, Ian Fleming, lo que le da suficiente material para ser una gran película de la Segunda Guerra Mundial. “Operación Postmaster” también habría sido un mejor título que el desgarbado “Ministry of Ungentlemanly Warfare”. Ritchie, sin embargo, ya tiene un título con la palabra operación, “Operation Fortune: Ruse de Guerre” (“Operacion Fortune: El gran engaño”) del año pasado- en su filmografía.

El director, que convirtió a Sherlock Holmes en una estrella de acción, siempre ha preferido reforzar sus películas. Es un efecto secundario menos notorio de la era de los superhéroes que los viejos héroes normales también han sido sobredimensionados, como si los esfuerzos de tamaño humano ya no fueran suficientes. Y “The Ministry of Ungentlemanly Warfare”, en la que un puñado de agentes matan a aproximadamente mil nazis, tiene un dúo fino y musculoso con Henry Cavill y Alan Ritchson.

En la escena inicial de la película, se relajan en un pequeño barco en el Atlántico cuando los alemanes se apresuran a subir a bordo. Después de unas cuantas risas y un monólogo nazi que suena como una versión pobre de la magistral declamación de Christoph Waltz en “Inglourious Basterds”, el dúo los hace rápidamente picadillo, dejando sangre salpicada en la camisa henley de Anders Lassen (Ritchson, un destacado encantador).

Aunque Ritchie ha cambiado el tweed por suéteres blancos de marinero en una divertida aventura en alta mar, al igual que en las películas anteriores del director, todo el mundo parece estar pasando un buen rato. Del mismo modo, Ritchie se deleita con la despreocupación de sus personajes mientras inflige todo tipo de salvajismo.

Se dice que los agentes de la operación son un grupo de delincuentes e inadaptados, aunque se adhieren firmemente a los modales educados de los anteriores protagonistas de Ritchie. Pueden matar con impunidad sedienta de sangre, pero lo que realmente importa es mantener un sentido del estilo de la vieja escuela.

Cuando los agentes encubiertos Marjorie Stewart (Eiza González, sedosa y a la vez afilada como un cuchillo en la película) y el Sr. Heron (Babs Olusanmokun, excelente) viajan en un tren controlado por los nazis de camino a Fernando Po, miran con disgusto las salchichas alemanas que les sirven. Más tarde, alguien dirá: “Odio a los nazis no porque sean nazis, sino porque son muy torpes”.

En las escenas hábilmente montadas, Ritchie agrega un poco de clase. Ahora que se ha convertido en un cineasta que produce una película al año, en muchos sentidos se ha convertido en un director más completo. Es experto en dar a los múltiples miembros de su gran elenco momentos para brillar, incluidos Henry Golding, Alex Pettyfer, Cary Elwes, Freddie Fox como Fleming, Til Schweiger como un nazi bárbaro y Rory Kinnear como Churchill.

Y una vez que la película, basada en el libro de no ficción de Damien Lewis, se instala en un entorno sórdido y soleado de África Occidental y el final nocturno con un atraco, “The Ministry of Ungentlemanly Warfare” demuestra ser una diversión enérgica, aunque groseramente exagerada.

“The Ministry of Ungentlemanly Warfare”, un estreno de Lionsgate, tiene una clasificación R (que requiere que los menores de 17 años la vean acompañados de un padre o tutor) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por violencia fuerte y constante así como algunos diálogos. Duración: 92 minutos. Dos estrellas y media de cuatro.