Republicanos intentaron acabar con las solicitudes de asilo para refugiados. Entonces habló María Elvira Salazar, de Miami | Opinión

Una propuesta del plan republicano de “seguridad fronteriza”, ahora estancada en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, es tan extrema que incluso algunos miembros del partido, en concreto María Elvira Salazar de Miami-Dade, la denunciaron, diciendo que ponía en peligro las leyes de asilo de Estados Unidos y la idea misma de que esta nación abra sus brazos por razones humanitarias a quienes huyen de sus países de origen.

En la actualidad, el statu de refugiado o el asilo pueden concederse a personas que han sido perseguidas o temen serlo por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opinión política.

La buena noticia es que la HR 29 no se someterá a votación en breve y ha vuelto al comité. El mérito es de algunos republicanos, entre ellos Salazar, cuyo distrito, que incluye Virginia Key y Key Biscayne, ha sido durante décadas un punto de entrada para quienes huían en busca de una vida mejor en Estados Unidos.

Excesivamente dura

Ella sabe lo que significa una restricción de este tipo, y la felicitamos por hablar en contra de este proyecto de ley cuando los otros legisladores republicanos del sur de la Florida, al parecer, no lo hicieron.

En general, estamos de acuerdo en que nuestras leyes de inmigración necesitan una reforma, pero el autor del proyecto de ley, el representante republicano Chip Roy de Texas, pretende conceder al secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) el poder de prohibir a los migrantes la entrada a Estados Unidos en cualquier punto de entrada. Esto incluiría a los migrantes procedentes de Cuba, Haití y Venezuela, todos ellos países sofocados por la opresión política, el caos político, la violencia o el liderazgo autocrático.

Si se aprueba y se envía al Senado, este proyecto de ley significaría que los solicitantes de asilo con peticiones creíbles ni siquiera tendrían la oportunidad de contar sus historias a un agente de inmigración antes de ser rechazados.

El razonamiento parece ser que, si no se escuchan sus peticiones, no hay que actuar en consecuencia. En otras palabras: no te enteres de lo que está mal y devuélvelos.

Pero Estados Unidos no debería funcionar así. Salazar, hija de refugiados cubanos que huyeron de la isla para escapar del comunismo, lo sabe.

‘¿Somos estúpidos?’

La oficina de Salazar no hizo ningún comentario sobre su oposición a la HR 29 cuando la Junta Editorial se puso en contacto con ella, sin embargo, fue citada en The Washington Post mientras el debate iba y venía en la Cámara el mes pasado:

“¿Somos estúpidos? Vamos. Este país se basó en mentes brillantes. Miren a Albert Einstein, le dimos un trozo de papel para que entrara”, dijo Salazar. “Estamos dejando escapar al Albert Einstein de esta época moderna”. Tales sentimientos impidieron que el duro proyecto de ley llegara al pleno de la Cámara para su votación.

Recientemente, alegando el elevado número de refugiados, Seguridad Nacional está, de hecho, rechazando a los inmigrantes que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México y por mar sin escuchar sus solicitudes de asilo. Este proyecto de ley codificaría la negativa a atender solicitudes.

Estamos de acuerdo con Salazar en que este proyecto de ley va demasiado lejos. Tanto ella como su colega republicano Tony Gonzales, de Texas, afirman que el proyecto socava las leyes de asilo.

Felicitamos a ambos por enfrentarse a sus colegas republicanos en nombre de los oprimidos.