Dicen a republicano la Florida que no puede participar en desfile del Orgullo de Miami Beach. Amenaza con demandar

Cuando el año pasado el representante de la Florida Fabián Basabe recorrió Ocean Drive durante el desfile del Orgullo de Miami Beach, hubo una conmoción. Manifestantes abuchearon y corearon “vergüenza” contra el legislador republicano por apoyar la legislación contra los LGBTQ. Basabe, flanqueado por policías con cascos, lanzó besos y respondió a los gritos sentado en un auto convertible.

Este año, los organizadores del desfile intentan evitar que el hecho repita durante el evento programado para el 14 de abril.

“No podemos arriesgarnos a tenerlo en el desfile de este año”, dijo a Basabe Bruce Horwich, presidente de la organización sin ánimo de lucro que supervisa el desfile, en un mensaje de texto enviado el 16 de marzo. “Nuestros estatutos establecen claramente que no podemos tener participantes que se pongan a sí mismos o a otros participantes en peligro o que antagonicen con nuestros invitados”.

Basabe, ex estrella de la reality TV y socialité que ha tenido un tumultuoso primer mandato como representante estatal, respondió amenazando con demandar a la organización y a los gobiernos locales.

“Los preparativos para presentar una demanda ante un tribunal federal están muy avanzados”, declaró Basabe al Miami Herald. “Mis libertades civiles no están en discusión”.

Horwich dice que la decisión de la junta del desfile del Orgullo de Miami Beach no fue política.

“Hemos tenido republicanos, demócratas y partidos independientes en nuestro desfile y festival en el pasado y damos la bienvenida a todos los puntos de vista políticos a menos que estén planeando o hayan demostrado en el pasado que son un riesgo para la seguridad”, escribió Horwich en el mensaje de texto a Basabe.

El viernes un abogado de Basabe escribió una carta a Horwich, diciendo que excluir a Basabe del desfile “sería coartar voluntaria, consciente e intencionadamente el derecho [de Basabe] de la Primera Enmienda a la libertad de expresión y a reunirse pacíficamente en una vía pública”.

“Los precedentes legales de los tribunales federales, incluida la Corte Suprema de Estados Unidos, han dictaminado que la preocupación de que pueda haber oposición física a [Basabe] no es una justificación legal para infringir sus derechos de expresión y reunión”, escribió el abogado Kent Harrison Robbins. “A Basabe se le debe permitir participar en el Desfile del Orgullo y se le debe notificar de inmediato a través de mis oficinas que se le permitirá hacerlo sin ningún impedimento”.

En su carta, Robbins señaló que entre los patrocinadores del desfile están Miami Beach y el Condado Miami-Dade y que el desfile es una “demostración de expresión política en la vía pública”.

“Hacemos hincapié en que deben cumplir rápidamente la ley para evitar repercusiones legales para ustedes, Miami Beach Gay Pride, Inc., la ciudad de Miami Beach y el Condado Miami-Dade”, escribió Robbins.

Un portavoz de la ciudad de Miami Beach declinó hacer comentarios.

Horwich dijo al Herald que Basabe es bienvenido a asistir al desfile como espectador, pero su grupo tiene discreción para decidir quién puede participar. La gente puede inscribirse para caminar o circular en vehículos en el desfile y pagar una cuota de inscripción a través del portal digital de Miami Beach Pride. Horwich dijo a Basabe que le devolvería el dinero si se inscribía.

“Mi prioridad número uno como presidente es la seguridad en el desfile y en el festival”, dijo Horwich. “La junta decide quién puede estar en el desfile, que es todos, siempre y cuando no sean una amenaza para los espectadores y otros participantes”.

Basabe compartió un mensaje que envió a los organizadores del evento en el que les acusaba de permitir que manifestantes “extremistas” “agitaran a la multitud e incitaran a la violencia contra mí con fines políticos” durante el desfile del año pasado.

“No tienen derecho a excluirme, ni como individuo ni como funcionario electo, ni pueden intentar tenderme una trampa de nuevo con una falsa ‘reclamación de seguridad pública’”, escribió Basabe. “Siempre he asistido pacíficamente a este desfile”.

Basabe ha arremetido contra grupos activistas LGBTQ durante su mandato, acusándoles de tergiversar la legislación que ha apoyado, como la Ley de Derechos de los Padres en la Educación, ridiculizada por los críticos como el proyecto de ley “No digas gay”, que prohibía la instrucción en las aulas sobre la identidad de género y la orientación sexual en preescolar y hasta tercer grado y más tarde fue ampliada por el estado hasta las escuelas secundarias.

Estos activistas han estado entre los detractores más ruidosos de Basabe. Días antes del desfile del Orgullo del año pasado, manifestantes de Equality Florida se concentraron frente a la oficina de Basabe en North Bay Village, afirmando que Basabe “se arrimó a Ron DeSantis y sus compinches republicanos y nos apuñaló por la espalda”.

Joe Saunders, ex representante estatal demócrata y director político principal de Equality Florida, anunció en mayo pasado que se postularía contra Basabe a finales de este año.

Mientras hacía campaña en 2022, Basabe dijo que defendería los derechos de los homosexuales y otras causas sociales liberales como el control de armas y el derecho al aborto, obteniendo el apoyo de algunos demócratas locales en el camino hacia una sorprendente victoria. Basabe no dijo nada sobre su propia sexualidad durante la campaña, a pesar de haberse presentado como “candidato gay” en una conferencia del Caucus Demócrata LGBTQ de la Florida un año antes, mientras postulaba a la Comisión Municipal de Miami Beach.

Rápidamente enfrentó la reacción de quienes se sintieron decepcionados con su historial en las votaciones. Luego fue acusado de abofetear a su asistente legislativo en un evento y, el verano pasado, acusado de acoso sexual por el asistente y una ex becaria.

Basabe negó las acusaciones. Un bufete de abogados contratado por la Cámara de la Florida para investigar la acusación de la bofetada concluyó que hubo “contacto físico” entre Basabe y su asistente, pero que ningún testigo pudo corroborar el incidente y que no era “concluyente” que se hubiera producido la bofetada.

Una investigación posterior sobre las acusaciones de acoso sexual dijo que las afirmaciones no pudieron corroborarse, pero que Basabe “probablemente debería ejercer un mejor juicio en cuanto a observar los delicados márgenes entre lo personal y lo profesional con sus subordinados”.

Los dos ex empleados interpusieron en julio una demanda contra Basabe ante el Tribunal de Circuito del Condado León que sigue pendiente.