Reporte: tecnología disponible de radiofrecuencia o ultrasonido podría causar el síndrome de la Habana

Un informe recientemente desclasificado de un panel de expertos creado por los servicios de inteligencia estadounidenses concluyó que los dispositivos disponibles comercialmente conocidos como altavoces direccionales o láseres acústicos son la tecnología más plausible detrás de los incidentes de salud inexplicables que causan el llamado Síndrome de La Habana.

Esta nueva información se suma a la confusión sobre estos eventos, ya que se hizo pública después de que los servicios de inteligencia de Estados Unidos publicaran a principios de marzo los resultados de una pesquisa que concluye que estos incidentes no fueron causados por un arma o dispositivo de energía utilizado por un adversario extranjero.

El panel de expertos— creado a petición de la Oficina de la Directora de Inteligencia Nacional y la Agencia Central de Inteligencia— escribió el estudio titulado Incidentes de salud anómalos. Análisis de posibles mecanismos causales. El reporte indican que los dispositivos que pueden haber sido utilizados para atacar al personal estadounidense en La Habana y otros lugares podrían usar tecnología comercial lista para usar, son fáciles de transportar y ocultar, y pueden funcionar con electricidad estándar o baterías.

“Los arrays paramétricos acústicos, también conocidos como altavoces direccionales o láseres acústicos, son la tecnología más plausible, aunque es posible que haya otra tecnología de ultrasonido en juego”, escribieron los expertos.

Según los autores del reporte, algunas de estas tecnologías podrían causar los efectos del síndrome de La Habana sin generar mucho calor y sin una línea de visión clara de las víctimas, dos objeciones importantes que otros han citado para refutar la teoría del arma de energía dirigida.

Los expertos, cuyas identidades no fueron reveladas, tenían autorizaciones de seguridad para acceder a información clasificada y provenían de una variedad de campos, que incluyen bioquímica, física, radiación ionizante y acústica. Ellos dijeron que entrevistaron a un gran grupo de personas afectadas por estos incidentes.

En febrero del año pasado se publicó un resumen de los hallazgos del panel, que también indica que la energía electromagnética pulsada, particularmente en el rango de radiofrecuencia, y el ultrasonido podrían causar las lesiones cerebrales y los trastornos vestibulares observados en muchos de esos pacientes, aunque existen lagunas en la información, según afirmaron.

El informe completo, obtenido por primera vez por Salon, tiene fecha de septiembre de 2022 y fue hecho público por primera vez el miércoles, tras ser recibido por el James Madison Project, una organización sin fines de lucro que promueve una mayor transparencia del gobierno, que lo había solicitado en virtud de la Ley de Libertad de Información.

Desde las primeras instancias en La Habana a fines de 2016, se han reportado casos de lo que se ha conocido como Síndrome de La Habana que ha afectado a personal estadounidense -y algunos funcionarios canadienses- en otros países, incluidos Rusia y China.

La administración de Biden puso en marcha varias investigaciones para comprender quién estaba detrás de los incidentes y qué podría causarlos. Pero diferentes agencias gubernamentales y varios grupos de expertos involucrados en este esfuerzo han llegado, en ocasiones, a conclusiones opuestas.

Los hallazgos del panel de expertos publicados esta semana parecen contradecir la opinión de la comunidad de inteligencia estadounidense publicada a principios de este mes que afirma que “no hay evidencia creíble de que un adversario extranjero tenga un arma o dispositivo de recolección que esté causando” estos incidentes anómalos.

Por su parte, el panel de expertos cree que la energía electromagnética, particularmente las señales pulsadas en el rango de radiofrecuencia, o ultrasonido, “explican plausiblemente” las características centrales de estos incidentes, que incluyen sonidos o presión a veces solo en un oído o en un lado de la cabeza que provienen de una dirección específica y otros síntomas como vértigo, pérdida del equilibrio y dolor de oído.

Estos incidentes y los síntomas asociados también tienen otra cosa en común: no pueden explicarse por factores ambientales o condiciones médicas conocidas, concluye el informe.

Incluso si existen diferentes formas en que las ondas electromagnéticas podrían usarse para desencadenar estos síntomas en humanos, en cada caso, los expertos dijeron que existe una tecnología conocida que “podría generar los estímulos requeridos, se pueden ocultar y tienen requisitos de energía moderados. Usando antenas y técnicas no estándar [palabra tachada], las señales podrían propagarse con baja pérdida a través del aire de decenas a cientos de metros y, con alguna pérdida, a través de la mayoría de los materiales de construcción”.

En el caso de los ultrasonidos, dijeron, el dispositivo debe estar a corta distancia para tener estos efectos. “La energía requerida puede generarse mediante matrices ultrasónicas que son portátiles y producen un haz estrecho”, afirma el informe.

No está claro si las agencias de inteligencia no identificadas que emitieron la evaluación de principios de marzo excluyeron los arrays acústicos paramétricos de su análisis porque los dispositivos comerciales que utilizan esta tecnología no se consideran armas o dispositivos de recolección.

El panel de expertos de la comunidad de inteligencia y un estudio de las Academias Nacionales de Ciencias encargado por el Departamento de Estado llegaron a conclusiones similares con respecto a los síntomas del Síndrome de la Habana, descrito como un nuevo trastorno, que consideran consistentes con los efectos de la energía de radiofrecuencia pulsada y dirigida. No se pidió a los dos grupos de expertos que determinaran quién era el responsable de los ataques.

Pero debido a que las agencias de inteligencia que publicaron sus conclusiones en marzo no pudieron encontrar evidencia de que un actor extranjero estuviera atacando a funcionarios estadounidenses, los “síntomas informados por el personal estadounidense probablemente fueron el resultado de factores que no involucraron a un adversario extranjero, como condiciones preexistentes, enfermedades convencionales y condiciones ambientales”, dijo la directora de inteligencia nacional, Avril D. Haines, en un comunicado tras publicarse esas conclusiones.

Un funcionario del gobierno de Estados Unidos dijo que el panel de expertos creado por la comunidad de inteligencia analizó la “plausibilidad” del mecanismo y contribuyó a la evaluación publicada en marzo.

Un funcionario de inteligencia estadounidense dijo que “la evaluación de la comunidad de inteligencia del 1 de marzo de 2023 es el resultado de investigaciones rigurosas que reunieron la experiencia de todo el gobierno de Estados Unidos, incluidos expertos externos y miembros del panel de expertos de la comunidad de inteligencia”.

Los funcionarios de inteligencia en ese momento presentaron esa evaluación a los reporteros como el análisis más riguroso hasta el momento. Pero una mirada más cercana revela que algunas de las agencias involucradas en ese esfuerzo no están de acuerdo en aspectos clave del mismo.

Por ejemplo, de las siete agencias que prepararon la evaluación, tres tenían una confianza moderada “en que es poco probable que los mecanismos causales deliberados hayan causado” los incidentes vinculados al Síndrome de La Habana. Dos agencias tenían poca confianza en esta conclusión “porque juzgan que la energía de radiofrecuencia (R.F.) es un causa plausible[ de esos eventos, “basándose en parte en los hallazgos del panel de expertos de la comunidad de inteligencia y los resultados de la investigación realizada por algunos laboratorios estadounidenses”.

“Todas las agencias reconocen el valor de la investigación adicional sobre las capacidades potenciales de los adversarios en el campo de la radiofrecuencia”, agrega la evaluación, “en parte porque sigue habiendo un debate científico sobre si esto podría resultar en un arma que podría producir los síntomas observados en algunos de los casos”.

Cuál análisis es él correcto está por verse ya que gran parte de la información permanece clasificada.

La evaluación de marzo tiene una versión clasificada que no está disponible para el público en general.

Asimismo, el informe del panel de expertos publicado esta semana contiene múltiples secciones tachadas, incluidos párrafos sobre “dispositivos de detección”, detalles técnicos de los dispositivos de energía dirigida que podrían causar el Síndrome de La Habana y la mayor parte de la sección que aborda los posibles mecanismos causales.

Tampoco están disponibles otras secciones relacionadas con los programas de investigación del Departamento de Defensa y las respuestas al director de la CIA, William Burns, y a la directora de ODNI, Haines, con respecto al alcance necesario para afectar a un objetivo con estos dispositivos, así como otras preguntas técnicas sobre cómo los materiales de un edificio podrían proteger a un individuo de estas ondas

Varias recomendaciones del panel también permanecen clasificadas.