Reparación del dique para contener el lago Tulare no puede esperar. Una ciudad de 22,000 habitantes está amenazada | Opinión

Solo una cosa se interpone entre la ciudad de Corcoran y unas inundaciones desastrosas: un muro de tierra de 14 millas de largo.

Ese dique de tierra protege a la ciudad de 22,500 habitantes en sus lados oeste, sur y este del creciente lago Tulare. Esa es la masa de agua que reaparece periódicamente cada vez que se producen grandes temporadas de lluvia y nieve, como este año. Alimentado por los ríos Kings, Kaweah, Tule y Kern, el lago Tulare se desarrolla en las tierras llanas de los condados de Kings y Tulare, entre Corcoran al este, Alpaugh y Allensworth al sur y Stratford al oeste.

Las imágenes televisadas de casas inundadas demostraron la extrema necesidad de reforzar los diques a principios de este año, cuando Planada, en el condado de Merced, y Pájaro, en el de Monterey, fueron arrasadas. ¿Pudiera ser Corcoran la próxima?

El administrador municipal, Greg Gatzka, ha estado intentando coordinar los esfuerzos para elevar y reforzar el dique de modo que pueda resistir al creciente lago Tulare. Se espera que fluya río abajo tanta agua procedente del deshielo de la Sierra alta que los expertos creen que pudieran pasar dos años antes de que el lago retroceda. Los huertos y los campos ya están bien sumergidos. Las pérdidas para las operaciones agrícolas se estiman en miles de millones de dólares.

Gatzka dijo que se necesitarán unos $17 millones para apuntalar el dique de modo que pueda contener el lago. Corcoran cuenta con una reserva de $5 millones, pero Gatzka necesita guardarla por si se producen otras emergencias, como que un pozo de la ciudad deje de funcionar de repente.

Está claro que hay que reforzar el dique contra el lago que se está formando. Que una pequeña ciudad como Corcoran no puede pagar por sí misma ese trabajo también es obvio.

Esperemos que todo esto sea evidente para el gobernador Gavin Newsom, quien vio el lago por sí mismo el martes por la tarde.

Petición de elevación del dique

Otros funcionarios estatales ya están en la cuenca del lago Tulare. Brian Ferguson, director de asuntos públicos de la Oficina Estatal de Servicios de Emergencia (OES), dijo a los periodistas el lunes que los funcionarios de la agencia están trabajando con sus homólogos en los condados de Kings y Tulare para identificar los riesgos de inundación y encontrar maneras de minimizarlos.

Los analistas del Estado también están haciendo un extenso modelado de la rapidez con la que la gigantesca capa de nieve en el sur de la Sierra –que se estima este año en un 300% de lo normal– se derretirá y cuáles serán los flujos de los ríos resultantes.

El Departamento de Recursos Hídricos (DWR) del estado ha creado incluso un atlas del lago Tulare: un mapa de la profundidad del lago en distintos puntos, en incrementos de un pie.

“Aunque disponemos de una tecnología asombrosa, hay muchos factores que aún desconocemos”, dijo Ferguson, como dónde pueden haber excavado ardillas de tierra en el dique y haberlo debilitado.

Ferguson dijo en la rueda de prensa: “Nadie en este momento puede decir definitivamente: ‘Sí, Corcoran se inundará’ o ‘No, Corcoran no se inundará’”.

Una cosa que no se ha estimado: lo que le ocurriría a Corcoran en caso de que falle el dique. Esto se debe a que los funcionarios del Condado de Kings no han solicitado al Estado que realice ese tipo de modelización.

Pero los funcionarios del condado han pedido al Estado que eleve el dique y proporcione protección adicional a Stratford, un poblado de 1,100 habitantes situado en la Highway 41 entre Lemoore y Kettleman City.

“Todas las solicitudes de ayuda estatal para medidas de defensa contra las inundaciones, como la elevación de diques, deben demostrar que dichas medidas no aumentan el riesgo de inundación de otras comunidades e infraestructuras críticas de la región”, declaró Bryan Byrd, de Recursos Hídricos del Estado. “El DWR está colaborando en ese análisis, que dirige el condado”.

Derretimiento de la nieve

El gran complejo penitenciario situado en el extremo sur de Corcoran se suma a la atención que presta el Estado al lago Tulare. Entre la prisión principal y un centro de abuso de sustancias contiguo, hay 8,000 reclusos. Una portavoz de la prisión estatal dijo que todavía no hay amenaza de inundación, y que ningún hombre encarcelado ha sido reubicado. Sin embargo, por ahora no se está trasladando a nadie a ninguna de las dos instalaciones.

Se prevé que las temperaturas del valle de San Joaquín alcancen los 90 grados esta semana por primera vez este año. Se espera que la escorrentía de la nieve derretida dure hasta el verano. El lago Tulare va a ser una realidad durante algún tiempo.

Así que los líderes estatales y federales –el congresista republicano David Valadao representa a Corcoran– deberían aportar fondos para las obras de los diques y evitar el desastre. Los procesos burocráticos normales de respuesta tras un suceso natural no funcionarán; es preciso actuar con rapidez para poner en marcha las obras de los diques.

Los funcionarios estatales ya han revisado algunos puntos erosionados del dique y han realizado reparaciones inmediatas. Eso está bien. Pero hará falta más tiempo para reforzar toda la berma.

Lo que no se puede pasar por alto es este hecho: el lago no espera a nadie.