Yahoo Noticias Renunció como presidente en medio de acusaciones. Vuelve a la FIU con un ligero recorte de sueldo
Después de renunciar abruptamente cuando una mujer que trabajaba en su oficina le acusó de mala conducta, el ex presidente Mark Rosenberg volverá a la Universidad Internacional de la Florida (FIU) en el semestre de primavera, cobrando unos $377,000 por impartir una clase al semestre.
Rosenberg, de 73 años, se tomó un año sabático remunerado desde que dimitió a finales de enero, y sigue cobrando su salario de $502,578. Cuando comience a impartir su clase en enero, su salario bajará a $376,933, o más del doble del salario promedio anual de $153,142 de un profesor titular en la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos Steven J. Green de la FIU, donde Rosenberg dará clases.
Rosenberg tuvo que someterse a un curso sobre acoso sexual y reunirse con el coordinador del Título IX de la FIU para revisar las políticas de la universidad sobre acoso sexual, mala conducta sexual y otros temas. Debe repetir la capacitación y someterse a la revisión de las políticas cada año.
Renunció como quinto presidente de FIU, cargo que ocupaba desde 2009, a principios de este año, después de que una joven que trabajaba con él en la oficina del presidente alegara que Rosenberg le hizo insinuaciones no deseadas durante varios meses.
Kenneth Jessell, nombrado presidente interino en enero tras la dimisión de Rosenberg, se prepara para convertirse en el sexto presidente de la universidad.
A principios de este año, Rosenberg dijo que había “creado involuntariamente un enredo emocional [no físico]” con una empleada de la FIU y se disculpó: “Asumo toda la responsabilidad y lamento mis acciones”.
“Obviamente he reflexionado mucho durante mi año sabático”, dijo Rosenberg al Herald el miércoles. “Y estoy emocionado de volver. Tengo mucho aprecio por la universidad y por la gente que trabaja en ella”.
‘Soy falible’
Como Rosenberg renunció en regla, su contrato le permitió volver como profesor titular. Comenzó en la FIU en 1976 como profesor asistente de ciencias políticas, cuatro años después de que la universidad abriera sus puertas en el suroeste de Miami-Dade.
La Junta Directiva de la FIU dejó en manos del Consejo Asesor Docente de la FIU –integrada por el vicerrector de liderazgo y éxito de la facultad, el vicerrector de planificación académica y finanzas, el director de relaciones laborales y de empleados, el director asociado de relaciones laborales y de empleados y el asesor legal adjunto de la FIU– la revisión de un reporte de investigación independiente publicado en marzo. El consejo asesor aprobó su regreso.
“Soy como la mayoría de los seres humanos; soy falible”, dijo Rosenberg el miércoles. “Afortunadamente no es un patrón. No es una rutina, no soy yo. No fui yo. Y ciertamente me arrepiento, no es que no lo haga. Si acaso estoy enfadado conmigo mismo por no tener la perfección a la que todos aspiramos.
“Esta es mi comunidad. Esta es la universidad de la comunidad. Y tengo la esperanza de que me juzgue por el trabajo y el compromiso, y si no lo hacen, lo entiendo”.
Tal y como estipula su contrato, la FIU le pagará un salario anual de $376,933.97 durante un máximo de tres años para impartir una clase por semestre. También puede recibir un estipendio anual de $30,000 para investigación.
Después del nombramiento de tres años, puede renegociar su salario y su carga de trabajo.
“Siento que he trabajado para ello, y me lo he ganado, y voy a seguir ganándolo”, dijo Rosenberg al Herald el miércoles. “Ahora bien, eso no significa que no quiera que otros salarios sean más altos. El profesorado puede ser mejor recompensado por sus logros”.
“Siento que la universidad obtendrá mucho valor de mi presencia, y siento que la comunidad también lo hará”, agregó Rosenberg. “Respeto a mis colegas y voy a intentar ayudarles en todo lo que pueda”.
Deanne Butchey, profesora de finanzas en la FIU y presidenta del Senado del Personal Docente de la FIU, declinó hacer comentarios el miércoles sobre el regreso de Rosenberg.
Martha Meyer, presidenta de la sección local de United Faculty of Florida, el sindicato del profesorado, no respondió a las múltiples peticiones de comentarios del Herald.
La perspectiva del presidente del cuerpo estudiantil
El presidente del cuerpo estudiantil de FIU, Cristhofer Lugo, dijo que confía en el proceso y en su conclusión.
“Respeto lo que la facultad decidió. Han analizado los hechos. Fueron capaces de profundizar, y si consideraron que debía volver, ¿quién soy yo, un estudiante, para decir ‘Oigan, están equivocados’?”, dijo. “Tienen mucha más información de la que vemos desde la superficie como estudiantes, y confío en el nivel de investigación que han realizado”.
No sabe los detalles bajo los cuales Rosenberg volverá, pero dijo que espera que los estudiantes no se vean obligados a tomar una clase con Rosenberg.
“No queremos poner a nuestros estudiantes en un lugar donde se sientan incómodos”, dijo Lugo.
Enseñanza en equipo
Rosenberg será “profesor en equipo” de una clase llamada “Política de América Latina”, una asignatura optativa que puede usarse para cumplir con un requisito del plan de estudios básico de la universidad, pero muchas otras clases también lo hacen, dijo la portavoz de la FIU Maydel Santana en un correo electrónico al Herald.
Rosenberg dijo que está abierto a discutir con los estudiantes lo que sucedió a principios de este año.
“Puedo asegurarles que si hay curiosidad, seré directo”, dijo. “Yo di el paso adelante. Fui yo quien acudió a la junta con esto, así que ¿por qué no iba a ser tan sincero y tan veraz como pudiera serlo, siempre que sea apropiado?”
También dijo que espera compartir con los estudiantes información sobre salud mental y otras lecciones que aprendió.
En enero, Rosenberg dijo que su salud mental se había visto afectada por la presión de cuidar a Rosalie, su esposa desde hace muchos años, quien padece demencia avanzada. Dijo que su estado había empeorado en los últimos meses y que eso llevó al incidente con la empleada.
Cuando se le preguntó qué les diría a los estudiantes que dudan de asistir a su clase, Rosenberg dijo: “Tienen derecho a opinar, y yo los respeto. Les pediría que tuvieran la mente abierta. Les preguntaría si han tenido situaciones difíciles anteriormente. Les escucharía con mucha atención.
“Son libres de no tomar mis clases. Pero confío en que más estudiantes reconocerán su valor y querrán tomar mis clases. Voy a dar lo mejor de mí a cada estudiante”.
