El regreso de Trevor Rogers va por buen camino. La temporada de los Marlins sigue un rumbo incierto

El regreso de Trevor Rogers va por buen camino. La temporada de los Marlins sigue un rumbo incierto. En su segunda apertura tras regresar de la lista de lesionados, el zurdo sumó otra apertura de calidad, pero esa definición no significa mucho por estos días cuando se lleva el uniforme de Miami.

Rogers lanzó una sólida pelota durante seis episodios y mantuvo a su equipo en juego, pero una vez más la ofensiva de quienes deben respaldarlo no fue suficiente y los peces que cayeron el miércoles en la noche 4-3 ante los Filis en Filadelfia para encajar su novena derrota consecutiva.

Cuando los Marlins hagan su recuento de temporada verán con molestias esos 53 partidos decididos por una carrera -la mayor cantidad de juegos de ese tipo en las Grandes Ligas esta temporada- y esas 32 derrotas que son el número mayor de fracasos desde que cayeran en esas condiciones y cifras en el 2011.

Esa incapacidad para generar ataque de manera consistente ha sido, entre otras cosas, lo que ha impedido a lanzadores como Rogers trabajar con cierta tranquilidad y la noción de que una remontada es posible, porque el margen de error sencillamente no existe.

Rogers lanzó por segunda vez en la contienda seis entradas y permitió tres carreras, dos por un cuadrangular con uno a bordo de Edmundo Sosa en el tercer episodio y luego por un jonrón solitario en el cuarto de Jean Segura, el héroe de Filadelfia en la jornada previa.

El siniestro, que perdió varias semanas en la lista de lesionados, mostró una gran recuperación en su salida de regreso al trabajar seis episodios de una carrera en un choque que a la postre sería ganado por los Rays de Tampa Bay, como parte de una barrida en dos desafíos.

No hay que mirar las estadísticas para constatar que Miami ha sido un equipo pésimo a la ofensiva -y eso viene ocurriendo desde hace varias contiendas- esta temporada donde ocupa el puesto 28 en las Grandes Ligas con un promedio de bateo de .227.

Los peces habían fabricado una carrera en el inicio del encuentro con una jugada de selección sobre batazo de Joey Wendle que le permitió a Charles Leblanc anotar desde tercera, y en la quinta el propio Leblanc disparó un sencillo que remolcó la segunda, pero la del empate nunca llegaría.

Como si fuera poco, los Filis aumentaron su ventaja en el séptimo con un doble remolcador de Sosa sin pensar que esa rayita sería decisiva, porque Jacob Stallings acercó a los visitantes al conectar un palo de vuelta entera en la novena entrada.

Los Marlins estaban sólo cinco partidos por debajo de .500 al llegar a la pausa del Juego de las Estrellas, pero se han hundido desde entonces. Están 18 juegos por debajo de esa marca y viven uno de sus peores momentos luego de ver cómo Tampa Bay y Atlanta les pasaban la escoba.