Redut, la empresa militar rusa que recluta mercenarios para el Kremlin tras la disolución del temido Grupo Wagner
PARIS.- Tras la disolución del grupo mercenario Wagner, el 2 de noviembre, otras estructuras similares aumentan su presencia, alentadas por el ministerio ruso de Defensa. Es el caso de Redut, sociedad militar desplegada actualmente en el frente de Ucrania. Muy activa en Siria, África y Medio Oriente, una de sus misiones es la de reclutar mercenarios, sobre todo en las prisiones, como lo hacía Yegveni Prigozhin antes de morir trágicamente.
Casi tres meses después del inexplicado accidente de avión en el que falleció el patrón de Wagner, la sociedad militar privada que hacía sombra al Kremlin perdió sus fuerzas y su prestigio. Solo quedaron “algunas decenas de mercenarios del grupo en Siria”, afirmaba en noviembre el sitio de información Al-Monitor, especializado en Medio Oriente.
Wagner fue “definitivamente disuelto”, había anunciado en todo caso Andrei Kartapolov, presidente de la comisión de Defensa de la Duma (parlamento ruso), el 2 de noviembre.
“La mayoría de los combatientes están siendo transferidos hacia otras estructuras. Algunos siguen cumpliendo misiones en países de África, pero bajo otra ‘marca’. Bajo los auspicios del ministerio de Defensa, firmaron un contrato con el ejército o con la guardia nacional”, agregó.
Esa información fue parcialmente confirmada poco después por el ministerio de Defensa británico, quien aportó nuevos detalles. Para los servicios de inteligencia del Reino Unido, el grupo Wagner no fue completamente desmantelado: “Numerosos elementos de la compañía militar privada Wagner fueron asimilados a la estructura de comando de la Guardia Nacional de Rusia (Rosgvardiya). Esa rama de Wagner es ahora dirigida por Pavel Prigozhin, hijo del fallecido director de Wagner”, afirmaron los espías británicos.
Los combatientes de la sociedad militar de Prigozhin tenían, en efecto, varias opciones: incorporarse al ejército regular, deponer las armas u orientarse hacia otras sociedades militares que hubieran firmado un contrato con el ministerio ruso de la Defensa.
Entre ellas se encuentra Redut, un grupo compuesto originalmente por soldados y oficiales del GRU (los servicios militares de información rusos) después del derrumbe de la Unión Soviética. Fundada en 2008, la empresa fue reactivada cuando Rusia intervino en apoyo del régimen de Bashar al-Assad durante la guerra civil en Siria, sobre todo en la batalla de Palmira contra el Estado Islámico (EI) en 2016.
“Es una falsa sociedad militar privada, piloteada por el ministerio ruso de Defensa”, afirma Thomas da Silva, de la universidad Paris-Nanterre, especialista de combatientes irregulares rusos.
No obstante, a su juicio, “el grupo adquirió envergadura pública durante la guerra en Ucrania”.
Estrategia de sumisión
A partir de la invasión rusa a Ucrania en 2022, los mercenarios de Redut combatieron principalmente en la batalla de Kiev, alrededor de la central nuclear de Chernobyl y cerca de Kharkiv. El ejército ruso utilizó además a Redut para absorber a unas 20 formaciones que reagrupaban unas decenas de miles de voluntarios armados.
Esa trascendencia fue resultado del conflicto creciente entre Wagner y el ministerio ruso de Defensa. Estrechamente controlado por el poder ruso, dirigido de facto por el director adjunto del GRU, Vladimir Alekseyev, Redut fue un elemento clave en la estrategia de sumisión de los mercenarios de Prigozhin por parte de Moscú. Una paradoja, pues esas compañías militares privadas están prohibidas por la legislación rusa. Los británicos por su parte afirman que Redut contaría actualmente con un total de 7000 hombres.
La estructura paramilitar de Redut —también conocida con el nombre de Redoubt, Redut-Antiterror, Centre R o incluso STG Shchit— interviene en apoyo del ejército, afirma Al-Monitor. Como Wagner, sus combatientes se encargan de asegurar instalaciones, sobre todo usinas de gas y complejos de producción de fertilizantes. Según algunos expertos, hasta mediados de 2022 y después de haber operado durante años en los países del Golfo, en el Kurdistán iraquí y en Medio Oriente, Redut disponía en Siria de un centenar de hombres.
“Los salarios de los hombres de Redut son abonados por el ministerio de Defensa ruso. El grupo terminó remplazando a Wagner para asegurar la renovación de las tropas en el frente ucraniano”, detalla Da Silva. El especialista agrega que, por su estructura mucho más elástica y sus sueldos relativamente elevados, Redut puede atraer a todos aquellos que no se incorporaron a las tropas regulares. Sus miembros apoyan a otras unidades regulares o irregulares, en función de necesidades precisas.
En todo caso, una vez disuelto oficialmente el grupo de Prigozhin, el Kremlin no podía abandonar sus proyectos de consolidación de la presencia rusa en África y en Medio Oriente. Y lo hizo conservando el modelo de Wagner, que controlaba en Siria 25% de la producción de gas, petróleo y minas de fosfato en las zonas que liberaba o protegía. Para ello remplazó a Wagner con Redut.
“Los mercenarios de Wagner que quedaron en Siria se habían opuesto a ese proyecto e intentaron establecer un itinerario alternativo desde Bielorrusia hacia África, con una escala en Túnez, evitando así la base rusa de Jmeimim, en Lataquía. Pero el ejército ruso, apoyado por Redut, consiguió derrotarlos”, analiza Al-Monitor.
El sitio afirma que, después de que la mayoría de combatientes de Wagner dejaron Siria a bordo de aviones desde la base de Jmeimin, los elementos restantes del grupo entregaron sus armas a los militares rusos. El campo gasífero de Hayan y la usina Hayan Petroleum Company, que el grupo de Prigozhin controlaba desde 2017, pasaron a manos de una sociedad afiliada al ministerio de Defensa ruso, “muy probablemente a Redut”.
En medio de esa transacción, varios sistemas antiaéreos Pantsir SAM habrían sido transferidos a los islamistas del Hezbollah libanés, debido a que varios mercenarios de Wagner habrían preferido entregar ese material a los iraníes —país del cual depende el Hezbollah— que al ejército de Vladimir Putin.