Reducción de la protección del lobo en Europa. ¿Está en riesgo la biodiversidad?
En diciembre, el comité permanente del convenio de Berna votó a favor de rebajar su estatus y aceptó una propuesta de la UE bastante controvertida. Propuesta apoyada, de hecho, por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, después de que un lobo matara a su poni en 2022.
El lobo continúa siendo una «especie protegida», pero los Estados miembros ahora van a tener más flexibilidad para sacrificarlo. Los ganaderos llevan mucho tiempo reclamando normas más flexibles sobre el sacrificio de animales. Sin embargo, las asociaciones ecologistas entienden esto como un golpe a la biodiversidad sin fundamento científico.
Datos y cifras
En la actualidad hay más de 20.000 lobos en la Unión Europea, una población que casi se ha duplicado en los últimos 10 años. El siglo pasado, esta especie se cazó casi hasta su extinción. Pero en 1979, el convenio de Berna (el primer tratado internacional para la conservación de la vida salvaje y sus hábitats) declaró al lobo "especie estrictamente protegida".
Gracias a las políticas de protección, los lobos han vuelto. Este logro se considera uno de los mayores éxitos de Europa en lo que respecta a la conservación de la fauna salvaje. Pero dicho éxito ha tenido un precio. Cada año, en la UE se matan al menos 65.500 animales de granja, y los Estados miembros gastan casi 19 millones de euros anuales en indemnizaciones.
Aun así, el uso de medidas preventivas ha dado sus frutos, y en varias regiones han disminuido los ataques al ganado. En cuanto a los humanos, hace 40 años que no se producen ataques mortales en Europa.
Francia, el país europeo con más indemnizaciones
En Francia, el lobo se erradicó totalmente en 1937 tras una intensa política de caza. Los primeros ejemplares reaparecieron mediante recolonización natural en 1992, procedentes de Italia. Actualmente hay más de mil lobos en Francia.
Eric Vallier, agricultor del Parque Regional del Vercors, heredó la granja de sus padres en 1997. Desde entonces, ha sufrido cuatro ataques y ha perdido varias ovejas y cerdas.
"Hoy en día es muy complicado ser ganadero", explica Eric. "Hay muchos altibajos, es un trabajo muy duro que apenas da dinero. Los lobos son solo un problema más de un tema de por sí ya peliagudo".
Eric admite que llevaba años esperando que el estado de protección de los lobos disminuyera.
"Estos ataques podrían minimizarse", comenta. "Los animales siguen sufriendo. Yo llevo ya 30 años preocupado por si al levantarme por la mañana me voy a encontrar a animales muertos".
Eric siempre ha exigido el derecho a defender a su ganado con un arma. En Francia, los lobos se pueden sacrificar pero, cada año, el personal especializado puede acabar con un 19% de la población de lobos. Población que, en 2023, disminuyó por primera vez en unos 10 años.
¿Necesitamos menos lobos, o más medidas protectoras?
En los Alpes franceses, más de la mitad de las granjas que recibieron subvenciones del estado para introducir medidas de protección no sufrieron ataques.
Para las asociaciones ecologistas, las medidas de protección son la clave del éxito de la convivencia del hombre y el lobo.
Unas 300 asociaciones ecologistas están convencidas de que el convenio de Berna tomó una «decisión política sin fundamento científico». La presidenta del Comité Permanente del convenio, Merike Linnamägi, declaró que "al dar mayor flexibilidad a los países, se pueden reducir los conflictos sociales, la caza furtiva y los envenenamientos".
Linnamägi añadió, además, que esta decisión se basaba en el hecho de que "las poblaciones de lobos han aumentado de forma muy constante". Sin embargo, también reconoce que no sabe cómo va a cambiar ahora el número de lobos en Europa y concluye: «Espero que los Estados miembros no desperdicien esta oportunidad».
Las asociaciones de defensa de animales temen que esta decisión abra la veda para rebajar la categoría de otros grandes carnívoros. El principal bloque conservador del Parlamento europeo pretende revisar la situación del oso, otra especie importante para el equilibrio ecológico pero que también supone una posible amenaza para el ganado y los seres humanos.