Las redes sociales pueden perjudicar a los niños. La Florida debe actuar para romper su dominio sobre los menores | Opinión

Antes de que los fabricantes de medicamentos puedan venderlos, deben someterse a rigurosas pruebas para garantizar su seguridad, incluido el riesgo de adicción. Vergonzosamente, los arquitectos de las redes sociales diseñaron a propósito sus plataformas para que crearan adicción, como una droga. Como resultado, las redes sociales dominan nuestra cultura e impregnan la vida de nuestros hijos.

En el escalofriante documental The Social Dilemma, los arquitectos de las redes sociales lamentan haber participado en su diseño y advierten de sus amenazas para la sociedad. Describen cómo las plataformas despliegan algoritmos adictivos y funciones liberadoras de dopamina, como el desplazamiento infinito y las notificaciones, para mantener enganchados a los niños. Estas características adictivas atraen a los niños hacia las plataformas, buscando sin cesar el siguiente golpe de dopamina.

Tras décadas de experimentos sociales, sabemos que el uso de las redes sociales está relacionado con el aumento de los problemas de salud mental entre los niños. Los niños que usan las redes sociales tres horas al día tienen el doble de probabilidades de sufrir depresión. En general, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) descubrieron que el 57% de las niñas de secundaria experimentaron sentimientos persistentes de tristeza o desesperanza en el año anterior; el 41% experimentó una mala salud mental en los últimos 30 días, y casi una de cada tres chicas consideró seriamente el suicidio el año anterior. Si usted no tiene tiempo para leer un estudio, pregunte a cualquier padre de adolescentes.

Las exhaustivas investigaciones del Wall Street Journal sacaron a la luz documentos internos que revelaban que Meta sabía: “Empeoramos los problemas de imagen corporal de una de cada tres adolescentes ... Las adolescentes nos dijeron que no les gusta la cantidad de tiempo que pasan en la aplicación, pero sienten que tienen que estar presentes”.

A pesar de reconocer que sus productos eran tóxicos para la salud mental de los jóvenes usuarios, ignoraron las quejas y acallaron las críticas para mantener sus beneficios.

Meta admitió que “[s]i perdemos el punto de apoyo adolescente en Estados Unidos, perdemos el canal [de alimentación]”. Solo en 2021, gastaron $390 millones en reclutar a jóvenes de 13 a 15 años. Las empresas de redes sociales pueden ganar cientos de miles de millones en beneficios si enganchan a nuestros hijos a una edad temprana, sabiendo que se convertirán en usuarios de por vida.

Dado que el cerebro y el juicio de los niños no están completamente desarrollados, los padres y el público han acordado establecer requisitos de edad mínima en una amplia variedad de ámbitos: cigarrillos, alcohol, juegos de azar, conducción, voto, trabajo y matrimonio, entre otros. Del mismo modo, existe un interés público imperioso en restringir el acceso de los menores de 16 años a las plataformas de redes sociales. En este período de sesiones legislativas, hemos propuesto el Proyecto de Ley 1 como un paso necesario para proteger a nuestros hijos de los daños de estas plataformas adictivas.

A diferencia de otros estados que se centraron en el control de contenidos, el HB 1 prohíbe de forma estricta el acceso a aquellas plataformas que despliegan una tecnología adictiva que, a su vez, perjudica la salud emocional y mental de los niños. Si se aprueba, la ley obligaría a estas plataformas a usar un proceso de verificación de edad de terceros, comercialmente razonable. Los terceros verificadores no podrían compartir ninguna información fuera del proceso de verificación y estarían obligados a eliminar toda la información una vez finalizado.

En la Florida, ya vemos resultados positivos al ayudar a los niños a reconectarse con el mundo que tienen delante. El año pasado, aprobamos una ley que impide a los alumnos de educación básica usar sus teléfonos móviles durante las horas de clase. Apenas seis meses después desde la implementación de la ley, maestros y administradores dicen que los estudiantes están más comprometidos, socializando e interactuando con sus compañeros, y los incidentes disciplinarios han disminuido.

Las empresas de redes sociales saben que sus plataformas perjudican a los niños. Sin embargo, su modelo de negocio depende de la monetización de esos niños, por lo que esperamos que cabildeen y contraten abogados para oponerse a nuestras reformas. Mientras tanto, millones de niños estadounidenses seguirán sufriendo daños irreparables, perdiendo su sentido del propósito y su autoestima.

El HB1 protegerá a los niños, les devolverá su infancia y evitará que esto le ocurra a otra generación. Será una pelea, pero es una pelea que pretendemos ganar.

Paul Renner, republicano de Palm Coast, es presidente de la Cámara de Representantes de la Florida.

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