Vamos a recuperar la prosperidad

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SANTIAGO TABOADA

EL UNIVERSAL

Por muchas décadas, la CDMX fue símbolo de riqueza en el país. La capital atraía migración del campo y de otras ciudades del interior de la República, no sólo por la oferta educativa y cultural que concentraba, sino también —y sobre todo— por las oportunidades económicas que significaba.

Poco a poco la Ciudad de México fue perdiendo esa capacidad de atraer inversión y de generar empleo. En los últimos cinco años, el estancamiento económico ha alcanzado niveles preocupantes, con un promedio anual de sólo 0.84%. Esta cifra es menor que la que observamos en Chiapas (1.06%) y la cuarta parte de lo que ha crecido Oaxaca (3.61%), ambas entidades que han padecido un rezago económico histórico.

En materia de inversión, la problemática es aún más severa. El Análisis de Inversión Extranjera Directa de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) del gobierno local, al tercer trimestre de 2023 (último disponible al momento de escribir esta colaboración), nos muestra que 98% de la inversión captada en la capital corresponde a reinversión de utilidades y sólo 5% a inversiones nuevas. Es decir, la Ciudad de México ha dejado de ser un destino atractivo para capital nuevo. Estamos recibiendo menos inversión que, incluso, en la pandemia. En el contexto del nearshoring, que se ofrece como promesa de prosperidad, estas señales preocupan, pero no sorprenden.

Durante este sexenio, la Ciudad de México ha perdido la confianza de la inversión, entre otras cosas, porque el sistema jurídico es más incierto que nunca. Un gobierno que no cree en la transparencia, en la ley, que está dispuesto a maquillar cifras de seguridad para ganar elecciones, pero no quiere enfrentar el problema de violencia realmente, no es una buena noticia para quien piensa en invertir.

A la CDMX le urge un cambio que permita detonar la economía y convertirse en un polo de atracción de inversión. Para lograrlo, mis propuestas son claras. Algunas de ellas nacen de la experiencia que tuvimos en la alcaldía Benito Juárez, que pudimos convertir en la alcaldía más segura del país; otras de la interlocución con especialistas que nos han ayudado a plantear la política pública que necesita la Ciudad.

1.- Blindar la CDMX con una visión científica y moderna de seguridad ciudadana que permita calles, hogares y negocios seguros para detonar la economía.

2.- Programa de atracción de inversiones, a través del cual aprovecharemos todas las herramientas financieras, económicas y normativas para fomentar la inversión y el financiamiento al emprendimiento, y la economía social.

3.- Ecosistema emprendedor para que los emprendimientos chilangos, principalmente de jóvenes, cuenten con asesoría técnica y financiamiento.

4.- Ciudad global con perspectiva local, estrategia que buscará aprovechar las tendencias del nearshoring para atraer proyectos de inversión en diversos campos como: movilidad, medio ambiente y comercio local justo.

5.- CDMX capital del turismo, para construir una agenda que posicione la cultura, la gastronomía, el talento artístico, así como la riqueza natural de la CDMX y que permita la captación de turistas más grande de la historia.

En seis años, con estas acciones puntuales, vamos a cambiar el rostro de la Ciudad. Volveremos a ser el motor de la economía nacional, destino de inversión y destino turístico.

Vamos a replantear la economía, como vamos a replantear la Ciudad para ser, otra vez, motor de crecimiento y espacio de aprovechamiento.

El orgullo chilango debe convocarnos a votar el 2 de junio para recuperar esa Ciudad que crece y reparte la prosperidad. El 2 de junio tenemos la oportunidad de recuperar esta Ciudad. Ayúdanos a convocar a tu familia, amigos, compañeros de trabajo y vecinos.

La Ciudad que queremos se construye cuando trabajamos todos juntos.

Votemos, participemos, demostremos que la CDMX puede ser un mejor lugar porque el cambio ya viene.