Reconstrucción mamaria: ¿derecho o decisión?

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 28 (EL UNIVERSAL).- "Eres muy joven", "tú sí tienes derecho a la reconstrucción, una señora de 50 años ¿ya para qué", son algunas frases a las que se enfrentan mujeres sobrevivientes al cáncer de mama, como Sandra Monroy, quien a los 36 años le fue diagnosticada esta enfermedad en su primera etapa.

Comunicóloga, periodista, emprendedora, fotógrafa de vocación y como sobreviviente al cáncer de mama, Sandra suma a su vida el activismo y acompañamiento oncológico para mujeres que han sido diagnosticadas con esta enfermedad.

"Jódete cáncer" vs. el betún rosa

Recuerda que después de su diagnóstico descubrió que se habla muy poco sobre lo que enfrentan las mujeres con esta enfermedad; "buscaba [en internet] cáncer de mama, mastectomía y encontraba enormes lazos rosas y mucho betún rosa, pero no encontraba nada que a mí me diera luz en mi incertidumbre, deseaba saber qué era lo que iba a pasar con mi cuerpo, con mi diagnóstico", refiere.

Para ello, recurrió a páginas de otros países que ampliaron su conocimiento del tema y a ver, por primera vez, la imagen de una mujer mastectomizada, es decir, con la intervención quirúrgica para extraer la mama.

"Empiezo a ver a mujeres que se aceptan en el día a día, que viven su corporalidad, que son cuerpos que lo habitan con una segunda oportunidad de vida, y empiezo a ver a esas mujeres de la manera más bonita, sexy, con aceptación", dice.

Sin embargo, afirma que "aquí en México pareciera que no está pasando esto, porque en México todo es tapado, que nadie se entere que estás enferma, que nadie te vaya a ver pelona, que nadie te vaya a ver el hueco", y es por esto que surgió la iniciativa "Jódete cáncer", con la cual busca visibilizar la visión de una sobreviviente que decide no reconstruirse tras la mastectomía.

Violencia en nombre de cuerpo "completo"

Para Sandra, el cáncer de mama viene acompañado de otros dos cánceres, que es el paternalismo y el machismo. Señala que las violencias con relación a la enfermedad no habían sido visibles, y que las mujeres se habían quedado calladas "porque es una enfermedad que da mucha vergüenza y que curiosamente es uno de los cánceres con más marketing, porque tiene que ver con la corporalidad femenina, con lo que se ha definido del ser mujer, como tener mamas".

En específico, habla de la violencia estética que viven las pacientes oncológicas con relación a su peso, edad, racialidad y sexualización, "al enfrentarse a los cuestionamientos ¿cómo una mujer joven se va a quedar sin pechos?, ¿cómo una mujer joven va a quedar plana?, y automáticamente se están anulando o está anulando su sexualidad, cuando lo que no han entendido en realidad es que es una libertad".

"Ser joven pareciera que es una cuestión como de eterna juventud. Y aquí también estamos sufriendo una discriminación, porque si eres joven, tú no vas a enfermar. Las mujeres jóvenes en México, cuando son detectadas, llegan a morir. Esa es una realidad", apunta.

Relata que las mismas pacientes llegan a decir: "Yo no me reconstruí porque yo ya viví", pero la frase viene acompañada de lo dicho por el cirujano plástico: "Tú, si eres joven, sí vale la pena que te las pongan, a una señora de 50 años ¿ya para qué? Como si a partir de una edad tú ya no eres candidata a desear o pedir lo que tu cuerpo necesita".

"No hay respeto por el cuerpo", denuncia la activista, tras señalar que muchas mujeres no llegan a tiempo a la atención por falta de un servicio médico, o son operadas y "las cicatrices o la forma de cerrar la hacen como si fuera un carnicero".

"Mujeres despiertan pensando que van a tener esta cicatriz plana, la respuesta del o las doctoras es: 'hoy te vas a arrepentir, pero mañana posiblemente vas a querer la reconstrucción. Entonces nosotros vamos a decidir sobre tu cuerpo'.

"Hemos normalizado la idea de lo que es un cuerpo femenino, pero no normalizado un cuerpo femenino que está cambiando a partir de un tratamiento oncológico", dice.

Sandra apuesta por visibilizar la diversidad de cuerpos que sobrevivieron al cáncer de mama y dejar atrás la idea de que una mastectomía sirve para "reconstruirte y ser una mujer completa".

Para la activista, los retos contra la violencia hacia pacientes oncológicas son enormes, debido a que no solamente es un asunto de salud pública, sino que tiene que ver con salud mental, tanatología, sexualidad, nutrición y medidas ambientales.