Antes de recibir a Javier Milei, el papa Francisco se despidió de la embajadora argentina ante el Vaticano
ROMA.- A casi una semana de su primer encuentro con el presidente libertario, Javier Milei, el papa Francisco se despidió este sábado de María Fernanda Silva, embajadora de carrera que representó a la Argentina ante la Santa Sede los últimos tres años y medio, durante la presidencia de Alberto Fernández. Tal como le fue pedido desde la cancillería, Silva regresará al país el martes próximo, dejando al frente de la legación, como encargada de negocios, a la consejera Sofía Sánchez Acosta.
La despedida, que tuvo lugar en la Biblioteca del Palacio Apostólico y de la que dio cuenta el boletín diario de la Santa Sede, duró cincuenta minutos, según pudo saber LA NACION de fuentes vaticanas. Se trató de un tiempo que reflejó “gran deferencia” del Santo Padre hacia la diplomática, inusualmente largo para este tipo de despedidas protocolares que suelen ser, en cambio, bastante breves.
Silva, que llegó a Roma en plena pandemia en abril de 2020 para suceder al embajador Rogelio Pfirter, se convirtió entonces en la primera mujer en el cargo de embajadora argentina ante la Santa Sede. La diplomática ya conocía bien el Vaticano y al papa Francisco ya que había sido número dos de la embajada ante la Santa Sede en tiempos del embajador Eduardo Valdés, a fin de 2015. Por otro lado, siendo arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio había conocido y acompañado a Silva cuando tramitó la nulidad canónica de su matrimonio con el padre de su hija, de quien se separó porque decidió ser sacerdote.
Hija de padre argentino y de madre caboverdiana, licenciada en Ciencias Políticas con especialización en Relaciones Internacionales en la Universidad Católica Argentina (UCA), con gran experiencia diplomática sobre sus espaldas, Silva fue la primera afrodescendiente incorporada al Servicio Exterior de la Nación.
En sus tres años y medio en Roma, para difundir las devociones argentinas Silva lanzó un proyecto de producción de imágenes religiosas -la Virgen de Luján, el Negro Manuel, Mamá Antula-, realizadas por personas que el papa Francisco llamaría “descartados” de la madre patria, que fueron aprendiendo un oficio y que se reintegraron a la sociedad a través de un trabajo remunerado. Además, trabajó asiduamente con el dicasterio correspondiente del Vaticano para lograr la canonización de beatos argentinos, entre ellos, Mamá Antula, que será elevada al honor de los altares el domingo de la semana que viene, en una ceremonia a la que asistirá el presidente Milei, que tendrá una primera ocasión de saludar brevemente al Papa.
“Ya no estaré presente, pero estaré a la distancia”, dijo Silva el martes pasado, en un evento de degustación de vinos argentinos que organizó en la residencia de la Via della Conciliazione para despedirse de embajadores, altos prelados, funcionarios del Vaticano y demás. En esa ocasión, al agradecer y saludar a los asistentes, la embajadora contó que justo antes de irse había logrado otra asignatura pendiente: que llegaran por primera vez productos argentinos al supermercado del Vaticano, como los vinos, que increíblemente antes no se vendían.
La última gestión de Silva fue conseguirle al presidente Milei, en tiempo récord, apenas 36 horas, una audiencia con el papa Francisco, que tendrá lugar el próximo lunes 12 de febrero, a las 10, en el Palacio Apostólico. Será el primer cara a cara entre los dos, después de un pasado marcado por agravios de parte del líder libertario, que fueron relativizados por el propio Papa, que habló por teléfono con él tras su victoria, fue invitado formalmente a viajar a la Argentina en una carta muy respetuosa por el Presidente y que, en una entrevista, días atrás, dijo que estaba listo para iniciar un diálogo.
Ese mismo lunes 12, el mandatario será recibido por el presidente de Italia, Sergio Mattarella y por la primera ministra, Giorgia Meloni. Milei llegará a Roma el viernes 9 procedente de Israel, luego de una visita oficial de tres días y, en plena política de austeridad, se alojará en la residencia de la embajada ante Italia della Piazza dell’Esquilino.