El rechazo a la inmigración regresa al centro de la política británica

Manchester (R.Unido), 3 oct (EFE).- La percepción negativa de la inmigración se ha disparado en el Reino Unido hasta niveles similares a los que se vivieron poco antes del referéndum del Brexit, en 2016, un factor que ha contribuido a radicalizar el discurso del Partido Conservador con vistas a las elecciones del próximo año.

La llegada de miles de personas a las costas de Gran Bretaña en pequeñas embarcaciones ha acaparado la atención de los medios en los últimos meses y ha contribuido a situar la inmigración entre los principales problemas que citan los británicos en las encuestas, junto con la crisis del coste de la vida y el sistema sanitario.

El 37 % de la población piensa que la llegada de extranjeros tiene un impacto negativo en el país, una cifra ligeramente por encima de la que arrojaban los sondeos en junio de 2016, explicó este martes Gideon Skinner, director de la firma demoscópica Ipsos, en un evento paralelo al congreso del Partido Conservador en Manchester (norte de Inglaterra).

Esa percepción ha eclipsado las quejas de múltiples sectores económicos que urgen al Gobierno a levantar los vetos a la contratación de trabajadores extranjeros para afrontar la falta de mano de obra.

También ha impulsado la carrera política de Suella Braverman, la ministra del Interior, que ha acaparado la atención en el congreso "tory" con un discurso incendiario en el que alertó contra el "huracán" que supone la futura llegada de "millones" de inmigrantes.

Sociedad Polarizada Skinner recalcó hoy que la sociedad británica está cada vez más polarizada en sus actitudes hacia la inmigración, con diferencias de opinión cada vez más distantes entre los votantes conservadores y laboristas, así como entre quienes votaron a favor y en contra del Brexit.

El 67 % de los conservadores quieren reducir la llegada de extranjeros, frente al 38 % entre los laboristas, y el 82 % de los "tories" apuesta por medidas más duras contra la llegada de embarcaciones a las costas británicas.

Con todo, más de la mitad de la población general (el 53 %) cree que la mayoría de solicitantes de asilo no son refugiados, sino que migran por motivos económicos, y el 48 % de los británicos defiende la deportación de asilados a Ruanda.

"En un país en el que los salarios reales prácticamente no han avanzado desde la crisis financiera, la gente hace una conexión intuitiva y cree que eso es debido a todos los inmigrantes que han llegado", afirmó por su parte David Willetts, miembro de la Cámara de los Lores y presidente de la Resolution Foundation.

Los ciudadanos ligan la llegada de extranjeros con los problemas para acceder a la sanidad, la vivienda y otras "presiones sobre los servicios públicos", dijo Willetts.

Deportaciones a Ruanda

Con las encuestas en contra, el Partido Conservador ve en las medidas antinmigración una de sus principales bazas para tratar de remontar terreno antes de los comicios previstos el próximo año y ha colocado a Braverman en la primera línea política.

La antigua abogada general para Inglaterra y Gales, que cree que los "tories" han tenido hasta ahora demasiado complejos por miedo a ser tachados de "racistas", es la principal defensora del plan para enviar a los solicitantes de asilo a Ruanda, bloqueado por ahora en los tribunales.

Braverman recalcó hoy que su intención es "arrestar y deportar" a todos los migrantes "ilegales" que lleguen al Reino Unido, ya sea a su país de origen o a un "tercer país".

Durante el congreso conservador, fuentes del Gobierno han sugerido al diario "The Telegraph" que se está evaluando la posibilidad de redactar una ley que le otorgue poderes al primer ministro para ignorar futuras apelaciones al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) contra las deportaciones de refugiados.

En paralelo al debate sobre los frenos a la inmigración, muchas empresas continúan sin encontrar personal suficiente para sus plantillas.

Hoteles, bares y restaurantes del Reino Unido han reducido sus horarios y su capacidad en torno a un 20 % por falta de trabajadores, aseguró hoy Katherine Nicholls, consejera delegada de UKHospitality, patronal británica del sector hostelero.

El Gobierno "está centrado en este momento en los trabajadores cualificados, ellos pueden venir casi sin restricciones, el problema son los no cualificados", afirmó Nicholls, para quien "tener limpiadores en los hospitales es tan importante como tener empleados cualificados".

"Si ampliáramos las rutas legales para venir (al Reino Unido) podríamos comenzar a reducir las ilegales. No hay respuestas fáciles, pero es el momento de revisar el sistema", agregó.

Sunder Katwala, responsable de la organización sin ánimo de lucro British Future, indicó que las prioridades del actual sistema migratorio las fijó el ex primer ministro conservador Boris Johnson tras el Brexit.

"Una vez has retomado el control, las cosas empiezan a ponerse más complicadas, porque entonces debes decidir qué haces con él", señaló.

Guillermo Ximenis

(c) Agencia EFE