Los Rangers de Texas inclinan la Serie Mundial a su favor ante D’Backs, pero cruzan los dedos por slugger cubano

Al llegar al dugout, el dolor podía verse perfectamente en el rostro de Max Scherzer.

Quizá se trataba más de una molestia emocional que física, porque el futuro Salón de la Fama quería lanzar más profundo para su equipo y la espalda se lo impedía.

Scherzer, sin embargo, no tuvo que lamentar mucho más porque los Rangers se apoyaron en una tremenda labor del bullpen y en un cuadrangular de Corey Seager para imponerse el lunes 3-1 a los Diamondback, en la porción de la Serie Mundial que se desarrolla en Arizona.

Si alguna frase pudiera definir a Texas en estos playoffs es ‘‘guerreros del camino’’, pues han vencido en sus nueve presentaciones fuera de su estadio, una tendencia que continúa ahora con este triunfo que inclina la Serie Mundial 2-1 para los dirigidos por Bruce Bochy.

Históricamente, los equipos que toman esa ventaja en una serie de playoffs al mejor de siete encuentros han pasado el desafío un 70 por ciento de las veces, de modo que las serpientes necesitan reaccionar de inmediato delante de su público.

Todo parecía marchar viento en popa para Scherzer, quien había confrontado problemas en sus primeras presentaciones de postemporada, pero que ahora logró caminar tres episodios sin mucha complicaciones, gracias a una buena mezcla de lanzamientos.

Un guerrero de los pies a la cabeza, Scherzer estaba lidiando con una cortada en el pulgar derecho y había sido golpeado por un batazo en el segundo episodio, pero cuando fue a calentar para el inicio del cuarto se notaba el dolor evidente en su rostro.

Afortunadamente para los Rangers, a Scherzer le brindaron una ventaja tempranera en la tercera entrada, primero con un sencillo impulsor de Marcus Semien y luego con un cuadrangular de dos anotaciones de Seaguer ante los envíos del novato Brandon Pfaadt.

Pero si esa ofensiva fue bien recibida, mejor les vino el trabajo que realizó Jon Gray como relevista largo, pues si Scherzer permitió dos imparables en tres entradas, su sucesor admitió solo uno en una cantidad similar de tramos para extender a seis los ceros.

Baste decir que Bochy estaba coqueteando con la idea de utilizar a Gray para el cuarto encuentro de este martes, pero había alertado de que en caso de necesidad no dudaría en echarle mano, porque todos estaban al tanto de las limitaciones de Scherzer.

Pero si el bullpen, Scherzer y Seager dejaron su marca en el juego, también lo hizo Adolis García aunque no con su bate, sino a la defensiva porque impidió con un tiro certero y potente que los Diamondbacks anotaran una carrera en la primera entrada que pudo cambiar la dinámica del choque.

Después de que Tommy Pham pegara un sencillo al jardín derecho, Christian Walker trató de anotar desde la segunda base -ignorando la señal de pare de su coach de tercera base- , pero el cubano soltó el brazo y su disparo llegó justo a tiempo para enfriar en la goma al inicialista de las serpientes de cascabel.

Sin embargo, García fue causa de preocupación porque en su último turno al bate en el octavo capítulo dio muestras de dolor y se agarró la parte izquierda de la espalda, luego de realizar un swing potente y ser retirado con elevado a la pradera central.

Por el momento se informó de rigidez en el lado izquierdo, pero su equipo cruza los dedos para que pueda continuar aportando en lo que resta de la Serie Mundial.

La única carrera de los Diamondbacks llegó en la parte baja del octavo cuando Aroldis Chapman permitió un doble de Emmanuel Rivera y luego un sencillo de Geraldo Perdomo, pero luego pudo sacar los dos outs restantes con un jugada de doble matanza, antes de que José Leclerc sacara los últimos tres outs del partido y sellara la victoria.