¿Quieres sanear tus finanzas? Hay varios tipos de protección legal contra las deudas

En medio de la alta inflación y en tiempos de nivel de endeudamiento alto, muchos buscan liberarse de sus deudas y quieren empezar de nuevo. También los acreedores pretenden cobrar deudas que podrían ser canceladas.

Una de las protecciones de las leyes federales más antiguas y sólidas de EEUU es la bancarrota, que está en boca de muchos por ser un proceso diseñado para comenzar de nuevo a sanear las finanzas.

Con una bancarrota consigues eliminar la obligación legal de pagar la mayoría de las deudas, detener la ejecución de la hipoteca de una vivienda, recuperar bienes cedidos a los acreedores, detener la retención del sueldo, cobros mayores indebidos y parar el hostigamiento por parte de los acreedores para cobrar una deuda, entre otras adversidades.

Aunque declararse en quiebra es un salvavidas al que agarrarse, siempre tiene que ser considerado como el último recurso para salir a flote ante una crisis financiera.

Los últimos en pensar en una solicitud de quiebra han sido los estudiantes, tras la decisión del presidente Joe Biden de perdonar una parte de la deuda de préstamos estudiantiles federales. Pero, de momento, las deudas contraídas por préstamos estudiantiles no se pueden cancelar a través de la ley de bancarrota. Tampoco, las deudas de impuestos recientes, las obligaciones de apoyo doméstico y pensión alimenticia, manutención de menores y las deudas de fraude y conducta intencionalmente dañina.

En el caso del Servicio de Rentas Internas (IRS), la bancarrota es una opción cuando adeudas impuestos federales morosos, que no puedes pagar. Otras opciones incluyen un plan de pagos con el IRS o un ofrecimiento de transacción.

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Consejos antes de solicitar la bancarrota

La Comisión Federal de Comercio (Federal Trade Comission) advierte a los consumidores que no te dejes engañar con los anuncios que prometen aliviar las deudas porque la mayoría están ofreciendo la presentación de una declaración de bancarrota, que quizás no te convenga en ese momento, dañe tu crédito y, además, tengas que pagar los honorarios del abogado.

Hay que tener cuidado con anuncios como “Consolide sus facturas en un pago mensual sin tomar préstamo”, “Detenga el acoso crediticio, ejecuciones, incautaciones, imposiciones fiscales y embargos”, “Conserve su propiedad”, “¡Borre sus deudas!, ¡Consolide sus facturas! ¿Cómo? Valiéndose de la protección y asistencia otorgada por ley federal. ¡Por una vez, deje que la ley funcione a su favor!”.

Contactar con los acreedores para elaborar un plan de pago modificado.

Un asesor crediticio ayuda a desarrollar un plan de pago de deuda para depositar cierta cantidad al mes. El servicio de asesoramiento es quien paga más tarde a los acreedores. Organizaciones sin ánimo de lucro como National Foundation for Credit Counciling ofrecen este servicio de asesoramiento crediticio a un precio módico o totalmente gratuito.

Considera cuidadosamente todas las opciones antes de obtener una segunda hipoteca o una línea de crédito con garantía hipotecaria. Si bien estos préstamos te permiten consolidar la deuda, también requieren tu casa como garantía.

Cuando ninguna de estas opciones es posible, declararse en bancarrota es una alternativa para liberarse de las deudas. El primer paso en el proceso para declararse en bancarrota es hacer una lista de todos los bienes y todas las deudas. A continuación, pedir una copia del historial crediticio.

Para entrar en este proceso es necesario la ayuda de un abogado especializado, quienes explican que cuando el deudor se enfrenta a demandas, ejecuciones hipotecarias o embargos de salario por parte de un acreedor, abrir un caso de bancarrota proporciona determinadas protecciones como detener de manera efectiva a los cobradores y demorar el proceso de recuperación de los bienes.

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Tipos de bancarrota

El Código de Bancarrota de EEUU presenta seis tipos de bancarrota: Capítulo 7, 9, 11, 12, 13 y 15. Seleccionar el capítulo de bancarrota adecuado es crucial para tener éxito al declararse en bancarrota ante el juez.

De los seis tipos, dos son más comunes para una bancarrota personal, no empresarial: Capítulos 13 y 7 de la Ley de Bancarrota. Ambos tipos, que se presentan en una corte federal de bancarrotas, son para una amplia gama de personas, aunque deben cumplir con ciertos requisitos. Tras la petición, los acreedores deben dejar de intentar cobrar las deudas de forma inmediata.

La bancarrota del Capítulo 11 es también es bastante común tanto para las empresas como para las personas.

Menos deudores se presentan bajo los Capítulos 9, 12 o 15, ya que estos están destinados a municipios, granjas familiares u operaciones pesqueras, y quiebras que involucran entidades en varios países, respectivamente.

Hay seis tipos de bancarrota.
Hay seis tipos de bancarrota.

Bancarrota Capítulo 13 o Ajuste de Deudas

Conocida como Bancarrota Capítulo 13 —Reorganización voluntaria de las deudas de personas físicas— este tipo es el más adecuado para aquellas personas que quieren aferrarse a cuantas más posesiones sea posible.

Es requisito imprescindible contar con ingresos estables para respaldar los pagos.

Llamado también plan del asalariado, beneficia a quienes ganan salarios, trabajan por cuenta propia y son dueños únicos de un negocio, de una sola persona.

Todos los que presenten este tipo de solicitud deben recibir ingresos a intervalos regulares, haber presentado todas las declaraciones de impuestos requeridas para los períodos tributarios que terminan dentro de cuatro años de presentar el caso de bancarrota, y también cumplir otros requisitos especificados en el código de bancarrota como deudas no garantizadas de menos de $394,725 dólares y obligaciones garantizadas de menos de $1,184,200.

Con este tipo de quiebra proteges el hogar de una ejecución hipotecaria y permite ponerse al día con los pagos atrasados ya sea de una casa o un automóvil.

La corte aprueba un plan de pago, presentado previamente, que permite usar los ingresos futuros para pagar una porción cuantificable de la deuda en un plazo de tres a cinco años, en lugar de entregar cualquier propiedad.

Puedes reestructurar otras deudas para atener más tiempo para pagarlas.

No hay ningún contacto con los acreedores, ya que los pagos se llevan a cabo a través de un administrador.

Realizados todos los pagos del plan, las personas quedan liberadas de las deudas.

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Bancarrota para Capítulo 7 o quiebra de liquidación

La quiebra de liquidación exige que se vendan la mayoría de los bienes del deudor para pagar algunas de las deudas a los acreedores.

Están exentos de liquidación algunos bienes personales para que los deudores puedan seguir viviendo y trabajando como automóviles, ropa, muebles, pensiones y parte del valor acumulado de la vivienda.

El proceso consiste en presentar una petición para solicitar la liberación o “descarga” de deudas, que se borran a cambio de renunciar a bienes como una casa y, en ocasiones, un automóvil.

No hay un plan de pago involucrado para pagar la deuda como sucede en otros tipos de bancarrota.

Este tipo de quiebra, que no permite quedarse con ningún bien en propiedad, puede demorar tan solo cuatro meses desde la presentación hasta la resolución final. Los acreedores tienen derecho a llevarse los bienes para cubrir la deuda.

Es requisito indispensable no tener demasiados ingresos disponibles, para lo cual hay que presentar lo que se denomina una prueba de medios. Si los ingresos son elevados, el tribunal puede rechazar la petición o cambiarla a una presentación de quiebra del Capítulo 13.