¿Quiere usted saber lo que se siente al morir?

Es la nueva atracción que está causando furor en China: experimentar la simulación de tu propia muerte.

He aqui´un ejemplo más de lo volubles, vulnerables y manipulables que somos los seres humanos. Un ataud cutre y un tubo con efectos especiales y ya nos cambia la vida.

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En fin. Por sesenta módicos euros -es ironía, claro- un empresario de Shangai se está haciendo rico con su Death Simulator, el simulador de la muerte.

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Funciona así. Previo paso por taquilla, usted escribe primero las últimas palabras que le gustaría pronunciar antes de morir. Después, se mete en un ataud, aunque llamarlo ataud es ser muy generosos. Es más un cajón de madera forrado con tela negra.

Y ahí tienen lo que pasa.

Dentro de su ataúd de cartón piedra, usted pasará por un horno crematorio también de cartón piedra, aunque con más efectos especiales. Luces, sonidos y calorcito, vamos.

La cosa es que tienes que sentir que mueres, para luego resucitar. Con esta cara.

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El último paso del recorrido es un estrecho tubo de látex blanco que simboliza el parto y la resurrección. Según sus creadores, los usuarios dicen que al salir de la atracción uno no vuelve a ser el mismo.

“Es una sensación realmente interesante. Te da la posibilidad de reflexionar y pensar sobre los problemas de la vida. Es una sensación diferente. Cuando atraviesas esa puerta experimentarás cambios en tu mentalidad y serás diferente a como lo eras antes de entrar”, explica uno de los creadores al Mirror.

Les propongo alternativas mucho más baratas: métase en una caja de cartón de su tamaño y haga memoria de lo jodida que es la vida. Cómprese una buena novela negra y tenga pesadillas con los asesinatos. Vaya a un hospital y observe la tristeza de algunos familiares.

O viva, simpelemtne abra los ojos y viva. La muerte es lo único obligatorio de esta vida. El resto depende de nosotros. Así que mejor aprovecharlo bien.