¿Quiénes son las ‘bellas damas de Carolina del Norte’ que acompañan a Trump en sus eventos?
Las mujeres, que ayudan a montar los actos de campaña del expresidente, pertenecen a una iglesia radical que tiene décadas causando polémica por el trato agresivo que da a quienes considera pecadores.
El expresidente Donald Trump tiene unos cuantos recursos retóricos grotescos que le gusta emplear en sus mítines, incluyendo a los tiburones asesinos, las turbinas eólicas que matan aves y a Hannibal Lecter. Y entre tanta letanía, hay una menos macabra que suele pasar desapercibida.
“Esas bellas damas de Carolina del Norte están aquí de nuevo sin sus maridos”, observó Trump el 9 de septiembre en un mitin en Mosinee, Wisconsin, desviándose de una diatriba sobre las elecciones de 2020. Señaló hacia las gradas, a una hilera de unas 10 mujeres impecablemente peinadas y ataviadas con trajes sastres de colores brillantes, como si hubieran llegado de una gala de Pascua.
Las mujeres saludaron y lanzaron besos al expresidente, quien conjeturó que ellas ya habían asistido a “más o menos 249” mítines. “Eso quiere decir que tienen dinero”, dijo con aprobación.
Trump ha mencionado a las autodenominadas “Chicas de Carolina del Norte” en mítines celebrados este año en Wisconsin, Pensilvania, Ohio, Georgia, Arizona y Carolina del Sur, además de los actos en el estado natal de ellas. Sin embargo, además de su ubicuidad, estas mujeres son inusuales en otros aspectos.
Todas ellas pertenecen a una iglesia cristiana evangélica carismática ubicada en la pequeña localidad de Spindale (4238 habitantes), en el lado oeste de Carolina del Norte. La iglesia, Hermandad Palabra de Fe, tiene décadas suscitando polémica por su aislamiento sectario y por el trato que da a los niños y adultos a quienes los líderes de la iglesia consideran pecadores.
Como han reconocido los líderes de la iglesia durante procedimientos judiciales, Palabra de Fe utiliza una práctica conocida como oración “fuerte” o “explosiva”. Antiguos miembros de la iglesia han descrito a toda la congregación rodeando a un solo miembro y gritándole durante una hora, en un esfuerzo por expulsar el mal. Los responsables de la iglesia afirman que esta caracterización es exagerada.
A partir de la transmisión de un reportaje en el programa noticioso Inside Edition en 1995 y culminando con una serie de investigaciones de dos reporteros de Associated Press que se convertiría en un libro en 2020, numerosos exmiembros de esta iglesia han alzado la voz, describiendo haber sido agredidos físicamente durante tales oraciones.
En una entrevista, Matthew Fenner, un antiguo miembro de la congregación que dijo a los reporteros de AP que tenía 19 años cuando fue agredido y golpeado por cinco miembros de la iglesia en 2013 por ser homosexual, dijo que Palabra de Fe justificaba la brutal forma en que lo habían tratado a él y a otros. “Para ellos, no me estaban maltratando”, dijo Fenner. “Me estaban salvando y liberando”.
Palabra de Fe ha rebatido sistemáticamente estas afirmaciones. Como dijo Hannah Davies, una de las mujeres que con frecuencia se ofrece como voluntaria en los mítines de Trump, en un testimonio publicado en el sitio web de la iglesia: “Quiero que todo el mundo sepa que esta oración no es agresiva, no se golpea a nadie, no se da puñetazos a nadie, no se grita a nadie. Esta oración está llena de amor y libertad”.
En los mítines de Trump no se dice nada de la historia de la iglesia, y el expresidente no ha mencionado ni una sola vez la iglesia a la que pertenecen las mujeres de Carolina del Norte.
Las mujeres sirven como una rama de voluntarias de confianza del equipo de avanzada de la campaña. Llegan mucho antes de que empiece un acto de Trump, colocan las sillas en la sección VIP, se encargan de la mesa de registro de los medios de comunicación y desmontan la sección VIP cuando termina el mitin. Contrariamente a la afirmación de Trump de que las mujeres asisten a los mítines sin sus cónyuges, en los últimos meses se ha visto a sus maridos distribuyendo pases de acceso y vigilando las zonas VIP, todos ellos con camisas azules de manga larga con “Equipo Trump” escrito en la espalda y la inicial de su nombre, y su apellido, impreso en los bolsillos de sus camisas.
Las mujeres y sus maridos se negaron a ser entrevistados para este artículo. En cambio, el abogado de la iglesia, Joshua Farmer, envió por correo electrónico una declaración de los miembros explicando lo que motivó su trabajo voluntario para la campaña.
“Dios ha hablado a nuestros corazones de que el presidente Trump es quien llevará a este país en la dirección correcta”, decía el comunicado. Los miembros de la iglesia no mencionaron más razones religiosas para explicar su apoyo al expresidente; en lugar de esto, citaron sus “políticas sobre temas importantes”, incluyendo “economía, inmigración, política exterior y seguridad nacional”.
En el comunicado, Farmer dijo que su esposa, Andrea Farmer, se encuentra entre las voluntarias. Otros representan el escalón superior de la jerarquía de la iglesia, empezando por los cofundadores de la iglesia, Jane y Sam Whaley. Robin Webster, su hija y profesora durante muchos años en la escuela privada de la iglesia, también es voluntaria, al igual que la ministra asociada de la iglesia, Kim Waites.
Palabra de Fe se encuentra en el condado de Rutherford, donde el presidente del Partido Republicano, Bryson Smith, miembro de la iglesia, animó a otros a viajar a Washington el 6 de enero de 2021, escribiendo en redes sociales: “¡Llamando a todos los patriotas! ¡Nuestro país los necesita! ¡Ha llegado el momento!”.
No está claro si alguno de los miembros de la iglesia estuvo presente el 6 de enero en el Capitolio, pero Holly Morris, esposa de un líder de la iglesia, publicó en redes sociales un mes antes de las elecciones de 2020 que “ningún verdadero cristiano” podría votar por el candidato demócrata, Joe Biden. Unos días antes del 6 de enero, escribió: “Nos vemos en #WashingtonDC @realDonaldTrump”.
Los republicanos dicen que la iglesia constituye un formidable bloque de votantes en el décimo distrito del Congreso, que incluye a todo el condado de Rutherford. Durante las primarias republicanas de 2020, el congresista titular, el representante Patrick McHenry, ganó cada distrito electoral en el distrito, a excepción del hogar de la iglesia en Spindale; una probable consecuencia, dijeron los republicanos, del apoyo de McHenry al cierre de iglesias durante los primeros meses de la pandemia de covid, al que Palabra de Fe inicialmente se resistió.
Durante las elecciones intermedias de 2022, varios miembros de Palabra de Fe donaron un total combinado de 7850 dólares al titular apoyado por Trump en el vecino distrito 11, Madison Cawthorn. Cawthorn fue derrotado en sus primarias, pero los miembros de la iglesia habían trabajado duro para distribuir su material de campaña en numerosos distritos electorales, según el exrepresentante estatal de la zona, Mike Hager.
“Algo diré por Palabra de Fe”, comentó Hager en una entrevista. “Se involucran mucho y se hacen oír”.
El pasado mes de julio, varios miembros de Palabra de Fe organizaron un evento de recaudación de fondos para el vicegobernador de Carolina del Norte, Mark Robinson, candidato republicano a gobernador, en casa de un miembro de la iglesia, David Caulder, destacado agente inmobiliario de la zona. La CNN ha informado que Robinson, un firme opositor a los derechos de las personas homosexuales y al aborto en cualquier circunstancia, solía frecuentar videoclubs para adultos durante la década de 1990, y se refería a sí mismo en foros de mensajes como “nazi negro”. Su campaña ha negado ambas cosas con vehemencia.
Entre los “copresidentes y anfitriones” que figuraban en la invitación al acto de recaudación de fondos estaba Whaley, cofundadora de la iglesia.
La campaña de Trump no respondió a preguntas sobre los miembros de Palabra de Fe para este artículo, excepto para decir que el expresidente y su equipo “a menudo reconocen a estas partidarias porque su apoyo entusiasta nos motiva a todos”.
Fuera de eso, Trump ha mantenido las cosas simples al describir a las mujeres, como lo hizo en un mitin en Columbia, Carolina del Sur a principios de este año: “Se ven tan adineradas y hermosas”.
Simon J. Levien colaboró con reportería.
Robert Draper
vive en Washington y escribe sobre política nacional. Es autor de varios libros y periodista desde hace tres décadas. Más de Robert Draper
Michael Gold
es un corresponsal de política del Times que cubre las campañas de Donald Trump y otros candidatos a la presidencia en 2024. Más de Michael Gold
Simon J. Levien colaboró con reportería.
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