Quedó atrapada en los escombros y él fue a su rescate

Cambiarle la vida a alguien o que alguien te regale una segunda oportunidad, podría ser sinónimo de misión de imposible, pero la memoria histórica siempre contará la relación entre Paulina y Rodrigo.

Imagen: Elizabeth Ruiz
Imagen: Elizabeth Ruiz

Rescatada y rescatista del 19S. Una historia afortunada de las tantas que ocurrieron tras el sismo de septiembre de 2017.

Paulina es reclutadora especializada en tecnologías de la información y trabajaba en el cuarto piso de Álvaro Obregón 286. Rodrigo es Contador, además de brigadista y labora en Colonia Condesa.

El día del sismo, cuenta ella, que “cuando empezó el movimiento, corrimos hacia las escaleras de emergencia como lo habíamos practicado en el simulacro. Mis compañeros se adelantaron, pero yo me regresé por el celular y por mi bolsa. Después de eso, la oscuridad total” Esa decisión le salvó la vida.

Sus compañeros no lo lograron, pero ella quedó atrapada. Su triángulo de vida lo sostuvo una maceta que estaba en el pasillo y un tronco quedó encima de su cuerpo. Aún con una fractura expuesta en el pie, dedos lastimados por los intentos de librar su torso y una lesión en la cabeza, Paulina mantuvo la esperanza más de un día.

Ella misma cuenta que nunca ha sido la persona más positiva; sin embargo, en aquel momento, sabía “no me preguntes por qué” que lo iba a lograr.

Rodrigo, quien ya tenía conocimientos como rescatista, ayudó en las labores sobre el edificio colapsado desde las primeras horas. Y aunque ya había tenido una mala experiencia el día uno en la zona cero, sabía que podrían encontrar vida entre los escombros. Así fue.

Imagen: Elizabeth Ruiz
Imagen: Elizabeth Ruiz

“Me mandaron a descansar. Tomé la moto y regresé a mi casa a las 4am del 20 de septiembre, pero ya habíamos sacado cuerpos sin vida. No pude dormir y le dije a mi esposa que había personas que me estaban esperando ahí. Tomé un baño y volví”

Junto con un equipo de rescate, lograron escuchar a Paulina, quien advirtió que había otras dos personas con vida. Eran Isaac y Lucia quienes se encontraban laborando en el tercer piso, pero al derrumbarse el edificio quedaron lo suficientemente cerca para comunicarse entre las pesadas lozas de concreto.

Luego de 36 horas del siniestro, Paulina logró salir con vida. Rodrigo documentó el rescate en videos, mismos que servían para valorar la zona y sin afán de protagonismo, más como un aliento de esperanza, colocó el material en redes sociales.

A la mañana siguiente, él era todo un héroe, su video había dado la vuelta a todo México en un par de horas. Paulina se convirtió en un símbolo de lucha, un respiro entre la tragedia. Ella, dice, aún se encuentra armando las piezas de su rompecabezas. Pensando en qué le queda por hacer en su vida después de ganarse una segunda oportunidad.

MÁS QUE UNA HISTORIA DE RESCATE

Tiempo después, ya que todo estaba más en orden para ella, Paulina tomó la decisión de finalmente platicar frente a frente con Rodrigo.

Más allá del rescate, ellos tenían conexiones. Personas cercanas que los unían, en su trabajo, en sus vidas.

Después de eso, la vida los unió más y ahora tienen planes juntos; ayudar a los damnificados, específicamente en Xochimilco, otro sector afectado por el temblor.

Imagen: Elizabeth Ruiz
Imagen: Elizabeth Ruiz

Rodrigo sigue preparándose como rescatista y Paulina se mantiene en recuperación después de la operación.

Esta es una historia de heroísmo y fuerza a un año del 19S, donde Paulina y Rodrigo recordaron aquel día que les cambió la vida, ambos, desde el lugar de los hechos.

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