12-O: Qué ha cambiado de un año a otro -y qué no- tras la salida de Carlos Lesmes

Tras la salida de Lesmes, la renovación de los máximos órganos judiciales en España, que lleva bloqueada por el PP más de cuatro años, se complica todavía más. Foto: Getty
Tras la salida de Lesmes, la renovación de los máximos órganos judiciales en España, que lleva bloqueada por el PP más de cuatro años, se complica todavía más. Foto: Getty

El día de la Hispanidad ha recuperado este miércoles todo su esplendor tras la pandemia de 2020 y la celebración a medio gas de 2021. Más de 4.000 hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas marcharon por el Paseo de la Castellana junto a 150 vehículos y 84 aeronaves que sobrevolaron los cielos de la capital. El público regresó a las gradas dispuestas en el recorrido y en el palco de autoridades se colocaron las principales autoridades del país.

Se habla de normalidad postpandémica... a excepción de la ausencia en los fastos de Carlos Lesmes, el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo (TS), que ha dimitido esta semana del cargo ante el bloqueo al que PP y PSOE han llevado a la Justicia.

Su movimiento fue la comidilla de la habitual recepción que los Reyes ofrecen a las autoridades en el Palacio Real. Fueron pocos, muy pocos, los corrillos en los que los invitados no charlaron de la espantada de Lesmes que ha agrandado la anormalidad judicial que vive España desde hace varios años. Y fueron muchas las voces que resaltaron positivamente esa “última oportunidad” que se han dado PSOE y PP para hallar una salida negociada de la crisis sin precedentes en el ámbito de la judicatura. Como si fuera un gran logro tardar cuatro años en dar un paso hacia el desbloqueo. Como si no pasara nada por dejar caer que, hasta ahora, no se ha intentado de verdad por ninguna de las partes. Como si incumplir la legalidad vigente no fuera tan grave.

Ahora unos y otros hablan de la salida del túnel está más cerca porque algo ha cambiado. Pero no es la primera vez que cambian algunas de las piezas y apenas ha significado avance alguno. Para empezar, de la ecuación han salido, además de Lesmes, el exlíder del PP, Pablo Casado, el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias. Y ha entrado el nuevo líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.

  • También ha cambiado la actitud de Europa que al principio miraba a otro lado y hace más de un año tuvo que darle un toque de atención a populares y socialistas que la semana pasada se agravó con un contundente: “Se observan problemas "de eficiencia" en la resolución de casos en el Tribunal Supremo.

  • De la misma manera ha ganado peso, y aun ganará más, el Gobierno español en Europa. No solo fruto de su localización en el tablero de juego de las energías como puerta hacia el gas subsahariano y africano, sino porque España asumirá la presidencia rotatoria de la UE en el segundo semestre de 2023 y, aunque a Sánchez no le venga bien en este asunto concreto, hay que predicar con el ejemplo.

  • Sin olvidar todo lo que se dijo en verano cuando el Gobierno impulsó una reforma legal para renovar el Constitucional. Fue cuando dio marcha atrás y planteó rectificar su propia norma para que el Poder Judicial, a pesar de tener el mandato caducado hace tres años, pudiera nombrar con el Gobierno a cuatro magistrados.

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Y a pesar de todo, aquí seguimos, en el mismo punto que hace cuatro años. Por eso cuesta tanto creerse la palabrería cuando los dos partidos que se han repartido todo en España durante décadas nos hablan de que ahora se abre una “oportunidad”.

  • ¿Acaso no se habló de oportunidad cuando Casado varió parcialmente su postura inmovilista el pasado otoño al intuir una recuperación del PP en las encuestas -las elecciones de Castilla y León lo confirmaron- que le obligaba a adoptar un perfil de hombre de Estado? Y luego no sirvió de nada salvo cuando firmó un preacuerdo a la desesperada con el PSOE.

  • ¿Y cuando Iglesias abandonó la política? Se dijo que su salida del Consejo de Ministros templaría las exigencias del partido morado facilitando que PSOE y PP acercaran. Y luego no sirvió de nada como se ha podido comprobar.

  • ¿Qué se aseguraba en las tertulias cuando Feijóo llegó a la presidencia del PP con un supuesto talante negociador que parece haber olvidado en Galicia?

En realidad, muchas cosas han cambiado dentro de la negociación para desbloquear la renovación de los máximos órganos judiciales en España. Pero, en el fondo, no ha cambiado nada. Los partidos políticos quieren controlar a los jueces. Quien lo logra tiene algo tan valioso en sus manos que no está dispuesto a perderlo.

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