El misterio de las monedas españolas de la era precolombina halladas en un desierto de Utah

Por Fari Rafa-. ¿Descubrimiento sin precedentes o una elaborada estafa? Esto se preguntan los especialistas al frente del hallazgo de dos monedas españolas, una de ellas 200 años más antigua que Cristóbal Colón, en una zona desértica de Utah.

Lake Powell, en el Glen Canyon National Recreational Area, Utah, donde se hallaron las monedas. (NPS Photo/Gary Ladd/Wikimedia Commons/Public Domain)
Lake Powell, en el Glen Canyon National Recreational Area, Utah, donde se hallaron las monedas. (NPS Photo/Gary Ladd/Wikimedia Commons/Public Domain)

Acuñadas en Madrid en 1660 y finales de 1200, respectivamente, las monedas fueron encontradas en septiembre pasado por un excursionista que paseaba dentro del Área de Recreación Nacional del Glen Canyon, al sur del estado.

Esta forma parte del circuito de Parques Nacionales de Estados Unidos e incluye atractivos naturales como el Lago Powell y el Cataract Canyon, compartido entre Utah y Arizona.

Aunque se sabe que los colonizadores españoles arribaron a México en la década de 1500, no existe registro de que estuvieran más al norte cuando se hicieron las monedas. Según expertos, esa zona no fue visitada por los exploradores europeos hasta 1776.

Si el descubrimiento es, en efecto, legítimo, quedará entonces por resolver un gran misterio: ¿cómo fueron a parar allí?

En declaraciones a la cadena local KSL, el arqueólogo del Servicio de Parques Nacionales Brian Harmon relató que el excursionista se llevó a casa las monedas pensando que se trataba de “basura”.

“Pensó que (las monedas) eran tal vez medallones de una botella de vino o algo así. Los recogió, los llevó a casa. Cuando comenzó a mirarlos, dijo: ‘Oye, esto podría ser algo muy viejo y muy importante’. Hizo un poco de investigación en Internet y descubrió que eran monedas antiguas españolas”, contó Harmon.

Una vez se enteró de su alto valor arqueológico, el turista decidió devolverlas a la dirección del parque. Ni siquiera tenía un detector de metales, aclaró Harmon, pues su uso es ilegal en áreas de recreación nacional y otras tierras administradas por el Servicio de Parques.

Lo curioso es que las monedas se encontraban en una zona turística muy popular y que pudieron haber pasado desapercibida en un primer momento porque el área en cuestión solía inundarse, especialmente después de la construcción de la presa de Glen Canyon en la década de 1960.

“Estamos tratando de no tocarlas y que no se queden con grasa de las manos o cualquier otra suciedad. Para haber estado en la intemperie, se ven muy bien conservadas”, dijo la técnica de museo Lisa Riedel, de los archivos del Área de Glen Canyon.

Hasta el momento, los arqueólogos están trabajando en cuatro teorías principales.

Es posible que hayan sido abandonadas por los primeros colonos o exploradores españoles; usadas en el intercambio con tribus nativas posiblemente en México y luego perdidos en el cañón; o traídas al continente por algún coleccionista, aficionado o turista.

Citado por el diario DailyMail, el profesor de historia medieval británica en el King’s College de Londres, Dr. Rory Naismith, apuesta porque las monedas puedan haber sido propiedad de un coleccionista moderno.

“Sería muy extraño, en un depósito moderno y genuino, tener monedas de períodos tan separados”, dijo.

Según el experto, las monedas no habrían estado en circulación al mismo tiempo en España por lo que, sin más contexto, es más probable que se trate de una pérdida moderna: “Básicamente, que se les cayeron a un coleccionista de monedas”, afirmó.

El hallazgo, a su consideración, no es necesariamente tan improbable como parece. “Un buque que naufragó en el siglo XIX en la costa sur de Inglaterra se encontró lleno de monedas antiguas y medievales del Mediterráneo”.

Las monedas antiguas también eran un recuerdo favorito para los soldados que regresaban de Medio Oriente y en las dos guerras mundiales, añadió el académico.

Lo cierto es que Colón zarpó hacia las Américas en agosto de 1492 y los primeros europeos de los que se tiene conocimiento en Utah formaron parte de una expedición española de 1765 dirigida por el explorador Juan Antonio de Rivera.

Rivera reclamó el área para España y descubrió el río Colorado.

Diez años más tarde, sacerdotes franciscanos encabezados por Francisco Atanasio Domínguez y Silvestre Vélez de Escalante arribaron al lugar cuando intentaban encontrar una ruta desde Santa Fe a California, y luego regresaron después de que su viaje no tuvo éxito.

Otra presencia significativa tuvo lugar a principios del siglo XIX, periodo en el que los cazadores de pieles que buscan nuevos terrenos de caza aparecen en la zona, y Salt Lake City es fundada por Jim Bridger.

También se maneja que estas monedas provengan de una expedición nunca antes registrada, pues se sabe que existían motivos: los depósitos de oro a lo largo del río Colorado y la necesidad de encontrar una ruta hacia California.