Brecha en el feminismo: por qué la 'ley trans' tiene dividido al movimiento

La aprobación de la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI es uno de los proyecto clave, y también de los que más polémica está generando desde su anuncio, del Ministerio de Igualdad. Esta semana el Congreso rechazaba las enmiendas a la totalidad presentadas por PP y Vox. Mientras eso ocurría de puertas para dentro, en el exterior, frente a los leones que custodian la entrada, algunas asociaciones feministas se manifestaban contra un Proyecto de Ley con el que no están de acuerdo y que ha divido al feminismo. El porqué tiene que ver, principalmente, con dos puntos concretos del texto y en las consecuencias negativas que, argumentan, pueden llegar a tener.

Las enmiendas a la totalidad de la 'ley trans' presentadas por Vox y PP no salieron adelante esta semana. (Foto: Eduardo Parra/Europa Press via Getty Images)
Las enmiendas a la totalidad presentadas por Vox y PP no salieron adelante esta semana. (Foto: Eduardo Parra/Europa Press via Getty Images)

El apartado más conflictivo sobre el contenido del Proyecto de Ley, que aún puede sufrir modificaciones y que aborda medidas relativas a lo laboral, la salud, la educación y la administración, como resume El País, se encuentra en la autodeterminación de género que implica que una persona puede cambiar en su DNI nombre y sexo simplemente queriendo hacerlo. Se elimina el requerimiento del informe médico o del tratamiento hormonal. El otro punto que ha generado críticas por parte de algunos colectivos feministas tiene que ver con la edad a la que se puede registrar el cambio de sexo legal. El texto aún por aprobar establece que es a partir de los 12 años y hasta los 14, con autorización judicial; de los 14 a los 16, mediante consentimiento de quien ostente su representación legal; y a partir de los 16 desaparecen los requisitos.

Estos son los apartados clave del conflicto, pero ¿por qué hay feministas que están en contra de ellos? El mayor problema lo encuentran en la autodeterminación y lleva siendo así desde que se anunció. Como ya recogía en noviembre de 2020 RTVE, existen organizaciones feministas que consideran que esta ley supone un retroceso en la lucha por la igualdad y se “borra a las mujeres”. Su argumento es que la identidad de género “no es una identidad, sino el conjunto de normas, estereotipos y roles, impuestos socialmente a las personas en función de su sexo”. A esto han respondido desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más que las personas trans “lo único que se pretende es que este sexo biológico no determine la identidad de nadie”, no borrar el sexo biológico, que, además, no es posible.

Implicaciones de la autodeterminación

Uno de los supuestos más repetidos en el caso de la autodeterminación de género en el argumentario las feministas que se oponen a la ley es que, dicen, un hombre que ha delinquido puede aprovecharse de esta ley para cambiar el sexo e ingresar en una prisión de mujeres con el consiguiente riesgo para las internas. La presidenta de la Plataforma Trans, Mar Cambrollé, una de las voces más firmes y presentes en la defensa del texto, recuerda que para estos casos existe la figura del fraude de ley. Es decir, garantizar que se cumple la norma y no se hace un uso fraudulento de ella.

Otro de los ejemplos de lo que puede ocurrir, según algunas feministas, es que un maltratador solicite el cambio de sexo para evitar ser juzgado bajo la ley contra la violencia de género. Un argumento en contra de la ‘ley trans’ que desmonta el propio texto y que ya aclaró ante el Congreso la ministra de Igualdad y promotora de la norma, Irene Montero. El anteproyecto recoge que cambiar el nombre y en el sexo en el registro “no alterará las obligaciones jurídicas que pudieran corresponder a la persona con anterioridad a la inscripción del cambio registral”. Por otro lado, para que se haga efectivo el cambio en un sentido y en otro hay unos tiempos. Según explica El Periódico de Aragón, hay que ratificar el cambio ante el Registro Civil en dos ocasiones, con tres meses de diferencia entre la primera y la segunda. Para revertirlo el periodo es de seis meses.

En contra de la autodeterminación están organizaciones como la Confluencia Movimiento Feminista, la Asociación Española de Feministas Socialistas (FeMeS), la Alianza contra el Borrado de las Mujeres y el Movimiento Feminista de Madrid, entre otras. En la manifestación ante el Congreso, convocada bajo consignas como “ser mujer no es un sentimiento” y “mi opresión no es tu identidad” por el Movimiento Feminista de Madrid, Ana de Blas, su portavoz, tachaba de “profundamente misógina, reaccionaria y sexista” la Ley. A la protesta acudieron también la exdiputada del PSOE Ángeles Álvarez y la escritora Lucía Etxebarría, muy activa en Twitter contra la ‘ley trans’.

La autodeterminación de género que critican viene dada por el hecho de que desaparece el mencionado informe médico o tratamiento que ahora se exige para el cambio. Una eliminación que para Cambrollé dejará de estigmatizar a las personas trans como “enfermas mentales” Además, para quienes desconocen la realidad trans, puntualiza, en declaraciones recogidas por RTVE, que no todas las personas trans quieren cambiar su cuerpo. En este sentido, la Sociedad Española de Psiquiatría ya se pronunció hace tiempo avalando la despatologización de las personas trans y la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la transexualidad como un trastorno en 2018. Desde el Consejo de Europa se pidió hace años que se agilizasen los procesos de cambio en el registro basándose, precisamente, en la autodeterminación de género.

Sin embargo, todo esto no es compartido por las feministas que se oponen a la ley. Lola Venegas, portavoz de la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres, considera que poder cambiar el nombre y el sexo en el DNI solo por voluntad “no es un derecho” y niega la “identidad de género”. En declaraciones recogidas por RTVE, también ha considerado que las mujeres trans “no pueden ser víctimas de las violencias machistas”.

La edad, otro punto caliente

En cuanto a lo que afecta al cambio de sexo en menores, otro de los puntos que también se ha encontrado en frente a sectores feministas es la edad y el permiso de los padres. De nuevo, Cambrollé tacha de “bulo” la afirmación de que los niños puedan cambiar de sexos sin el consentimiento paterno. “Cuando los padres no están de acuerdo, el menor no va solo a un juzgado a pedir el cambio de sexo o al médico a pedir bloqueadores hormonales, sino que son los servicios sociales quienes lo hacen cuando se enteran de que es trans y será el juez el que lo determine, prevaleciendo siempre el derecho al libre desarrollo del menor”, sentencia.

En este sentido, El Español recogía el anuncio oficial de presentación de la agrupación Amanda (madres de adolescentes y niñas con disforia de género de inicio rápido), que se declara como un grupo “apartidista y laico”. Su objetivo, han declarado al citado medio, es hacer “ruido” y parar la ley. Su presentación será este sábado y cuenta con el respaldo de algunas asociaciones y agrupaciones feministas contrarias a la norma. Lo que piden, y por lo que se oponen, es “prudencia y cautela” cuando se trata de menores. Consideran que antes de iniciar el cambio cuando implica intervenciones médicas o el paso por quirófano se deben conocer y abordar “las causas que llevan a nuestros hijos e hijas hasta esta afirmación”.

A día de hoy, y tras ser tumbadas este jueves las enmiendas a la totalidad presentadas por PP y Vox, el siguiente paso a dar con este Proyecto de Ley es abrir el proceso de discusión de los artículos que contiene. En este periodo los grupos políticos tienen la posibilidad de enviar enmiendas concretas y proponer modificaciones que tendrán que ser debatidas. No hay una fecha exacta para que la aprobación definitiva, con más o menos cambios o sin ellos, se lleve a cabo. Pero lo cierto es que Irene Montero querría que estuviese aprobada antes de que acabe el año.

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