Por qué la propuesta de Trump de una "tarjeta dorada" es más complicada de lo que parece

Por qué la propuesta de Trump de una "tarjeta dorada" es más complicada de lo que parece

El presidente Donald Trump, conocido por sus planes de deportación masiva, propuso la semana pasada una nueva forma de atraer a extranjeros ricos a EE.UU.: una “tarjeta dorada” que ofrece a los inversores una vía hacia la ciudadanía estadounidense por US$ 5 millones.

“Creo que va a ser muy apreciada. Creo que va a ir muy bien. Y vamos a empezar a vender, con suerte, en unas dos semanas”, dijo el presidente Donald Trump el miércoles.

El secretario de Comercio, Howard Lutnick, dijo que el plan podría recaudar un billón de dólares para pagar la deuda nacional, y que reemplazaría al actual visado para inversores EB-5.

El anuncio desde el Despacho Oval tomó por sorpresa a muchos expertos en inmigración, que dicen que la propuesta de la “tarjeta dorada” es mucho más complicada e incierta de lo que Trump y Lutnick hicieron parecer. He aquí varias razones:

El presidente no puede crear una visa nueva por sí mismo

La tarjeta dorada descrita por Trump sería un nuevo visado que concedería el estatus de residente permanente legal en EE.UU. y una vía hacia la ciudadanía. Pero un presidente por sí solo no puede crear una vía hacia la ciudadanía, un hecho que también ha frustrado los deseos de los predecesores de Trump de llevar a cabo importantes reformas en materia de inmigración.

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Tanto los presidentes Barack Obama como Joe Biden recurrieron a acciones ejecutivas para proteger a determinadas personas de la deportación, iniciativas frecuentemente criticadas por Trump y otros republicanos. Pero el programa de Obama de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, conocido como DACA, y el programa de Biden de parole humanitario para inmigrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, conocido como CHNV, no llegaron a conferir un estatus legal ni a proporcionar una vía hacia la ciudadanía.

Los expertos en leyes de inmigración dicen que un nuevo visado requeriría una nueva ley, algo que un presidente no puede crear por sí solo.

“El Congreso tendría que legislar un nuevo programa. Realmente no sé qué autoridad legal se tendría para crear este nuevo programa de la nada”, dice Sharvari Dalal-Dheini, director sénior de relaciones gubernamentales de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración.

En otras palabras, los legisladores tendrían que aprobar una ley para crear el programa que Trump ha descrito.

La administración Trump “no tiene literalmente ningún poder legal para crear una categoría de visado”, dice Charles Kuck, abogado de inmigración en Atlanta.

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No es la primera vez que Trump intenta vincular la riqueza a los privilegios de inmigración. Durante su primer mandato, la administración Trump intentó remodelar la inmigración legal a EE.UU. ampliando la definición de carga pública y penalizando a quienes dependen de la asistencia pública en las solicitudes de la green card.

Los críticos dijeron que esa medida, que finalmente fue revocada por la administración Biden, equivalía a una injusta “prueba de riqueza”, mientras que los funcionarios de la administración Trump defendieron la medida, argumentando que la autosuficiencia es un valor estadounidense fundamental.

Esta última iniciativa de Trump se ha ganado los elogios de sus partidarios, que han alabado el pensamiento innovador del presidente, y las críticas de los defensores de los derechos de los inmigrantes, que dicen que está enviando un mensaje equivocado.

“Lo único que dice es que queremos a los más ricos en Estados Unidos, en vez de a los mejores y más brillantes, o a los que realmente van a servir al interés nacional de Estados Unidos… mejorando nuestra economía en general”, afirma Dalal-Dheini.

El Congreso creó el programa EB-5. Eso significa que para acabar con él sería necesario que el Congreso actuara

Lutnick dijo el martes que la tarjeta dorada sustituiría al programa gubernamental de visados para inversores inmigrantes EB-5, que permite a los inversores extranjeros inyectar dinero en proyectos estadounidenses que crean puestos de trabajo y luego solicitar visados para inmigrar a Estados Unidos.

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Los expertos en leyes de inmigración afirman que poner fin al programa EB-5 o modificarlo significativamente también requeriría la actuación del Congreso.

El miércoles, Lutnick sugirió que el programa sería modificado en lugar de sustituido.

“Modificaremos el acuerdo EB-5”, dijo Lutnick. “(La secretaria de Seguridad Nacional) Kristi (Noem) y yo estamos trabajando en ello juntos. Por 5 millones de dólares, obtendrán una licencia del Departamento de Comercio. Entonces harán una inversión adecuada”.

El Congreso creó el visado EB-5 en 1990. Los estatutos definen cuántos visados pueden concederse cada año en el marco del programa y cuánto dinero deben aportar los inversores para participar. La ley permite la admisión de unos 10.000 inversores y familiares cualificados al año, según el Servicio de Investigación del Congreso.

Los solicitantes que hayan presentado su solicitud antes del 15 de marzo de 2022 deben haber invertido al menos un millón de dólares, o 500.000 dólares en zonas económicamente desfavorecidas conocidas como áreas de empleo específicas, según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. Los solicitantes posteriores a esa fecha deben invertir al menos 1.050.000 dólares, u 800.000 dólares en zonas económicamente desfavorecidas.

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Kuck, que afirma haber ayudado a cientos de clientes a navegar por el proceso de la EB-5, dice que ve “cero posibilidades” de que el Congreso elimine el programa y lo sustituya por la propuesta de la tarjeta dorada.

“La cantidad de dinero que el programa EB-5 ha aportado en el transcurso de los últimos 30 años empequeñecería el número de personas que realmente podrían permitirse y querer utilizar un visado dorado de 5 millones de dólares”, dice. “La gente con esa cantidad de dinero no quiere necesariamente estar sujeta a la fiscalidad estadounidense”.

¿Podrían los legisladores aprobar cambios al programa en el proceso de reconciliación presupuestaria?

Nicolette Glazer, abogada de inmigración en California, dice que no sería posible poner fin o cambiar significativamente el programa EB-5 de esa manera. Pero es posible que se añada una disposición de “tarjeta dorada”, dice, si se presenta como una simple tarifa de inmigración.

“Podría verles intentando introducir algo así solo para demostrar que están haciendo algo”, afirma.

En el pasado, los demócratas intentaron cambiar la política de inmigración durante el proceso de conciliación, pero el parlamentario del Senado lo rechazó, explica Kuck.

“No pueden cambiar la ley de inmigración en la conciliación”, afirma.

Los funcionarios no han dicho qué pasaría con los inversores que ya esperan una green card

¿Qué pasa con los miles de personas que ya han solicitado visados EB-5 y están esperando decisiones del Gobierno?

Las autoridades no han dicho lo que les sucedería bajo el plan de la tarjeta dorada.

Según Dalal-Dheini, de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración, muchas de estas personas se han puesto en contacto con abogados ante la incertidumbre de lo que la nueva medida podría significar para sus solicitudes.

“Ya han invertido su dinero en esto mientras esperan que se apruebe su green card… Es un proceso de varios pasos y pueden pasar años, si no décadas, hasta que se apruebe”, dice Dalal-Dheini. “Así que quitar el apoyo a esos inversores sin previo aviso o sin ninguna oportunidad de salvar su inversión o de poder finalizar su proceso sería realmente injusto y perjudicaría realmente a nuestra economía”.

También quedan sin respuesta otras preguntas sobre la propuesta de la tarjeta dorada, como si ayudaría o no a los licenciados extranjeros de las universidades estadounidenses. Eso es algo que Trump sugirió la semana pasada, aunque ofreciendo pocos detalles, diciendo que las empresas podrían comprar tarjetas doradas y dárselas a los extranjeros como herramienta de contratación.

Tampoco está claro cómo se investigará a los solicitantes, aunque Lutnick insistió en que sería una prioridad. Los críticos ya advierten que la tarjeta dorada podría atraer a delincuentes deseosos conseguir un acceso a Estados Unidos pagando.

“Vender la ciudadanía estadounidense al mejor postor atraerá a actores corruptos que buscan un refugio seguro para ellos y su dinero sucio”, dijo la directora ejecutiva de Transparencia Internacional, Maíra Martini.

Por su parte, Trump mantuvo que la creación de las tarjetas doradas sería “totalmente legal”. A la pregunta de si consideraría vender las tarjetas a oligarcas rusos, Trump respondió: “Sí, posiblemente. Conozco a algunos oligarcas rusos que son muy buena gente”.

A pesar de la confusión que causó el anuncio de Trump, Dalal-Dheini dice que ve una oportunidad en los recientes comentarios del presidente.

“Necesitamos aumentar el número de tarjetas de residencia que tenemos a disposición de la gente. No hay suficientes”, dice. “Y creo que lo que el presidente está subrayando es que los inmigrantes contribuyen realmente a nuestra economía… Varios de nuestros grandes empresarios que han tenido mucho éxito vinieron aquí como inmigrantes”.

Y eso, dice, es algo en lo que mucha gente de todos los sectores puede estar de acuerdo, se haga realidad o no la propuesta de la tarjeta dorada de Trump.

Michael Williams y Piper Hudspeth Blackburn contribuyeron a este reporte.

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