Más problemas para Boeing: un empleado denuncia fallas de fabricación en el fuselaje de los aviones 787 Dreamliner

Aviones Boeing 787 Dreamliner se encuentran en producción en las instalaciones de fabricación de Boeing en North Charleston, Carolina del Sur, el 13 de diciembre de 2022.
Aviones Boeing 787 Dreamliner se encuentran en producción en las instalaciones de fabricación de Boeing en North Charleston, Carolina del Sur, el 13 de diciembre de 2022. - Créditos: @LOGAN CYRUS

WASHINGTON.- La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos está investigando nuevas denuncias de un ingeniero de Boeing de larga trayectoria, que alega que secciones de los fuselajes de los aviones 787 Dreamliner de la compañía están unidas de manera incorrecta y podrían debilitarse con el tiempo, lo que plantea preocupaciones de que, después de años en funcionamiento, esas aeronaves podrían romperse en pleno vuelo.

Sam Salehpour, un ingeniero de calidad de Boeing, afirmó el martes que, en el afán por cumplir con los objetivos de producción, la compañía tomó atajos como no seguir sus propios procedimientos para garantizar que las piezas de los fuselajes del avión estuvieran correctamente ajustadas y unidas. También describió casos en los que los trabajadores ejercieron “fuerza excesiva” en las principales uniones del avión para hacer que pareciera que no existían brechas. Según Salehpour, esto permitió a la empresa acelerar el proceso de fabricación, pero con el riesgo de reducir la vida útil de los aviones comerciales.

Sin embargo, después de plantear sus inquietudes, Salehpour afirmó que fue ignorado y enfrentó represalias, incluyendo amenazas de violencia física por parte de un supervisor. En enero, varias semanas después del accidente de Alaska Airlines, llevó sus preocupaciones a la FAA.

“Amo mi trabajo en Boeing y las oportunidades que se me han brindado”, dijo Salehpour durante una sesión informativa con periodistas. Al preguntarle por qué estaba dando un paso adelante, respondió: “Quiero que Boeing tenga éxito y evitar que ocurran accidentes”.

“La presentación voluntaria de informes sin temor a represalias es un componente crítico en la seguridad de la aviación”, afirmó la FAA en su declaración. “Instamos firmemente a todos en la industria de la aviación a compartir información. Investigamos a fondo todos los informes”.

Boeing refutó las afirmaciones de Salehpour y aseguró que tiene plena confianza en el 787 Dreamliner. También garantizó que la represalia está estrictamente prohibida en la compañía.

El nuevo Boeing 787-10 Dreamliner después de realizar su primer vuelo de prueba en el Aeropuerto Internacional de Charleston, el viernes 31 de marzo de 2017, en North Charleston, Carolina del Sur.
El nuevo Boeing 787-10 Dreamliner después de realizar su primer vuelo de prueba en el Aeropuerto Internacional de Charleston, el viernes 31 de marzo de 2017, en North Charleston, Carolina del Sur. - Créditos: @Mic Smith

“Estas afirmaciones sobre la integridad estructural del 787 son inexactas y no representan el trabajo integral que Boeing ha realizado para garantizar la calidad y la seguridad a largo plazo de la aeronave”, insistió la empresa en un comunicado. “Los problemas planteados han sido objeto de un riguroso examen de ingeniería bajo la supervisión de la FAA”.

Boeing también dijo que identificó potenciales problemas sobre el ajuste y la unión adecuados de los fuselajes en 2020 y detuvo temporalmente la entrega de la mayoría de los aviones durante casi dos años. En agosto de 2022, la FAA aprobó la solución que Boeing desarrolló y permitió que la compañía reanudara las entregas del 787 y continuara la producción.

Salehpour testificará la próxima semana en una audiencia ante el Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado. En una carta enviada a Boeing el mes pasado, los senadores Richard Blumenthal y Ron Johnson solicitaron la cooperación de la empresa en su revisión de las acusaciones de Salehpour, así como el testimonio del director ejecutivo, David Calhoun.

Boeing aseguró que está “cooperando con esta investigación” e indicó que ha ofrecido proporcionar documentos, testimonios y sesiones informativas técnicas, y está en discusiones con el comité sobre los próximos pasos.

Las acusaciones de Salehpour son otro golpe para una empresa que lucha por salvar su reputación tras el accidente de enero en el que una parte de un avión 737 Max explotó en pleno vuelo. Ese incidente generó múltiples investigaciones, con resultados iniciales que pintan un panorama de una empresa que no ha cumplido con las promesas que hizo de priorizar la seguridad después de los accidentes fatales involucrando aviones 737 Max en 2018 y 2019, que cobraron la vida de 346 personas.

Restos del Boeing 737-Max 8 que se estrelló en Etiopía
Restos del Boeing 737-Max 8 que se estrelló en Etiopía

Boeing ha reorganizado su cúpula directiva en un esfuerzo por abordar las críticas. Calhoun anunció recientemente que renunciaría a finales de año, mientras que Stan Deal, el ejecutivo que dirigía la división de aviones comerciales de la empresa, anunció su jubilación después de décadas. El presidente de la junta directiva de la empresa, Larry Kellner, también anunció que no buscaría la reelección.

Por separado, la empresa enfrenta un plazo impuesto por la FAA en mayo para elaborar un plan para abordar problemas de control de calidad y garantía en sus operaciones de fabricación.

Salehpour comenzó su carrera en Boeing en 2007 como contratista antes de ser empleado a tiempo completo. Como ingeniero de calidad, su trabajo implicaba monitorear las actividades de producción de Boeing, investigar y analizar defectos, y desarrollar estrategias para evitar que se repitieran, según su abogada Debra Katz.

Pero después de expresar sus preocupaciones, Salehpour dijo que lo excluyeron de reuniones clave y eventualmente fue reasignado involuntariamente para trabajar en el programa de aviones 777 de la compañía. Allí también encontró problemas, incluyendo casos donde los trabajadores forzaban piezas desalineadas para que encajaran juntas.

Boeing dijo una vez más que las afirmaciones de Salehpour eran inexactas y afirmó su “plena confianza en la seguridad y durabilidad de la familia 777″.

Por otro lado, agregó que ha seguido refinando y mejorando el programa 787 desde su lanzamiento hace 20 años, lo que ha resultado en una mayor calidad sin impactar en la durabilidad.

Lisa Banks, otra de las abogadas de Salehpour, reconoció que Boeing ha realizado algunos cambios en el proceso de fabricación del 787, pero agregó que no son suficientes.

Por Lori Aratani