Prevén un dinamismo acotado en las ventas externas

La política del nuevo gobierno en materia de comercio exterior se sitúa, "al menos en su diseño inicial, en un punto intermedio entre lo que puede considerarse una cerrazón absoluta y un esquema de apertura irrestricta", según un informe difundido ayer por la consultora Ecolatina, que advirtió que "en un marco de pérdida de competitividad por un dólar que se atrasa y una presión impositiva que aumenta, las exportaciones mostrarán un dinamismo acotado".

"Por lo tanto, la posibilidad de ahorrar divisas a través de un freno a las importaciones para honrar los pagos de deuda si los mercados de crédito siguen cerrados estará latente, aunque volver a un sistema de restricciones generalizado tendría un importante costo en materia de actividad y productividad", agregó la consultora.

La gestión de la política comercial externa -a criterio de Ecolatina- es una de las principales áreas donde se observan modificaciones respecto del anterior gobierno.

"Pasamos de un esquema de apertura casi irrestricta a otro en donde se intentará proteger a ciertas industrias consideradas sensibles, sea por el empleo que generan o por la cantidad de divisas que demandan", se describió en el trabajo mencionado.

En lo que respecta a las medidas tomadas, la nueva administración agregó alrededor de 300 posiciones arancelarias (PA) al esquema de licencias no automáticas (LNA) para importaciones de bienes, llegando de esta manera a 1500 partidas, con un incremento cercano al 25% respecto de las 1200 posiciones observadas anteriormente.

"Este cambio es mucho mayor cuando se analiza en dólares: mientras que el set anterior comprendía posiciones por las que se importó poco menos de US$8000 millones en los primeros once meses de 2019, el nuevo esquema abarca a más de US$14.000 millones, representando una suba del 80%", graficó.