El as en la manga de los presupuestos de Hacienda: la subasta de fármacos

En 2011, Andalucía se convertía en la primera autoridad autonómica en poner en marcha las subastas de fármacos. Hoy, el Ministerio de Hacienda está elaborando los presupuestos de este año, y no descarta implantar este sistema a nivel nacional para financiar otras políticas sanitarias.

Para Hacienda la subasta de fármacos es una medida de ahorro de hasta 1.000 millones de euros anuales. Se basa en comprar a gran escala aquellos medicamentos que se prescriben con más frecuencia en la red sanitaria pública, con el objetivo de reducir el gasto farmacéutico. El laboratorio que ofrezca el precio más bajo, se lleva el ‘privilegio’ de convertirse en el único proveedor de cualquier medicamento genérico, y a su vez de ser el único al que las farmacias podrán comprárselos.

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Farmacia situada en el centro de Madrid. (Foto: Geography Photos/Universal Images Group via Getty Images)
Farmacia situada en el centro de Madrid. (Foto: Geography Photos/Universal Images Group via Getty Images)

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha sido una firme defensora de este modelo desde que ejercía de consejera de Salud en Andalucía en 2011. En 2019, presentó en la Unión Europea su intención de trasladarlo a nivel nacional, con un sistema ‘mejorado’. Hacienda señala que, por la complejidad y dimensión que tendrían las subastas de fármacos a nivel estatal, se permitiría a más de un laboratorio encargarse del suministro. De otra forma, la situación se volvería insostenible. El Ministerio apuesta por una reformulación del sistema, en la que se tenga en cuenta la aprobación de José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social y Migraciones.

Una medida muy criticada por los farmacéuticos

Farmaindustria y la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg) son los principales detractores de las subastas de fármacos, al considerar que invaden las competencias propias de la Administración Central y que son contrarias a la industria de la innovación. Sin diferencia de precios entre marcas y genéricos, solo queda un instrumento para competir, que es la aplicación de descuentos, por lo que este sistema podría ’romper la unidad de mercado’’ y poner el peligro el acceso a los medicamentos de forma equitativa por parte de todos los ciudadanos. Además, también han cuestionado la capacidad de los laboratorios para producir fármacos de calidad a un precio bajo, así como de garantizar el suministro de los mismos.

Según la patronal FEFE (Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles), este sistema perjudica enormemente a los pacientes, aludiendo también a la falta o el retraso en el suministro. Es más, casi ningún país europeo utiliza esta medida, y los que la implantaron se vieron obligados a retirarla más tarde por el enorme problema de desabastecimiento que provoca tener un único proveedor de medicamentos genéricos. De hecho, hay un total de 64 medicamentos que se enfrentan a problemas de suministro, y un 25% de los mismos están incluidos en las subastas de Andalucía.

El Ministerio de Sanidad, por su parte, ha declarado que ‘’el tema de las subastas no consta como tal en la agenda del gobierno de coalición’’, pero la fijación de precios sí, un asunto con el que va muy de la mano. El problema del desabastecimiento, según Sanidad, no tiene que ver con las subastas, sino con el precio que se fija, que debería tener el coste de fabricación del propio fármaco y no el del valor que este pueda tener para la salud de la población. Por tanto, que esta medida se ponga en marcha dependerá de las políticas que el nuevo gobierno pretenda adoptar, y de las posibles propuestas de su ‘creadora’, María Jesús Montero, para dar con una fórmula renovada.

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