El presidente de Ucrania le pide al mundo defender a su país

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en las oficinas presidenciales de Kiev tras una entrevista con The New York Times el lunes. (Daniel Berehulak/The New York Times)
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en las oficinas presidenciales de Kiev tras una entrevista con The New York Times el lunes. (Daniel Berehulak/The New York Times)

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, instó a Estados Unidos y a Europa a hacer más para defender a su país mientras el ejército ucraniano lucha en el campo de batalla para rechazar los feroces avances rusos en todo el frente. Zelenski desestimó los temores de una escalada nuclear y propuso que los aviones de la OTAN derriben los misiles rusos en el espacio aéreo ucraniano.

Zelenski afirmó que también había apelado a altos funcionarios de EE. UU. para que permitieran a Ucrania disparar misiles estadounidenses y otro tipo de armamento contra objetivos militares dentro de Rusia, una táctica a la que Estados Unidos sigue oponiéndose. La incapacidad de hacerlo, insistió, le dio a Rusia una “enorme ventaja” en la guerra transfronteriza donde abundan asaltos en el noreste de Ucrania.

Sus declaraciones, realizadas en una entrevista concedida a The New York Times el lunes en el centro de Kiev, son una de sus peticiones más enérgicas a Estados Unidos y a sus aliados de la OTAN para que brinden más ayuda. Por 50 minutos, en las oficinas presidenciales en la ornamentada Casa con Quimeras, habló con una mezcla de frustración y desconcierto ante la reticencia de Occidente a tomar medidas más audaces para garantizar la victoria de Ucrania.

Zelenski lleva mucho tiempo presionando a Occidente, en particular para que le proporcione más armas. Pero lo que dijo esta semana llega en un momento crucial para el esfuerzo bélico de Ucrania: su ejército está en retirada y hay un nuevo paquete de armas estadounidenses que aún no ha llegado en cantidades suficientes. Según los analistas, Ucrania no se había enfrentado a un desafío militar tan grave desde los primeros días de la guerra.

También es un momento clave en la política ucraniana. Zelenski habló el último día de su mandato presidencial, que dura cinco años. Las elecciones previstas para marzo fueron suspendidas a causa de la guerra, y él seguirá siendo presidente bajo los poderes de la ley marcial, con lo que su mandato podría prolongarse tanto como la guerra misma.

En la entrevista, que abarcó varios temas, Zelenski, de 46 años, habló de la tristeza desgarradora de visitar fosas comunes y brindar consuelo a las familias de los soldados fallecidos, pero también de su trayectoria personal y de la “recarga” que obtiene del poco tiempo que tiene para pasar con sus hijos. Dijo que le gustaría leer más, pero que por la noche se duerme demasiado rápido como para avanzar mucho en la lectura.

“Estos son los momentos que te recargan, te dan energía”, dijo Zelenski sobre pasar tiempo con su hijo. (Daniel Berehulak/The New York Times)
“Estos son los momentos que te recargan, te dan energía”, dijo Zelenski sobre pasar tiempo con su hijo. (Daniel Berehulak/The New York Times)

Se mostró muy animado cuando enumeró una lista de medidas que, en su opinión, sus aliados deberían tomar para apoyar a Ucrania. Argumentó que la OTAN debería derribar los misiles rusos que vuelan sobre Ucrania —sin aviones cruzando el espacio aéreo ucraniano—, lo que, aseguró, sería una táctica meramente defensiva y no plantearía ningún riesgo de combate directo con las fuerzas rusas.

“Así que mi pregunta es, ¿cuál es el problema? ¿Por qué no podemos derribarlos? ¿Es defensa? Sí. ¿Es un ataque a Rusia? No. ¿Se derribarían aviones rusos y se matarían pilotos rusos? No. ¿Entonces cuál es el problema de involucrar a los países de la OTAN en la guerra? No existe tal problema”.

“Derriben lo que esté en el cielo sobre Ucrania”, añadió. “Y dennos las armas para usarlas contra las fuerzas rusas en las fronteras”.

Ese tipo de participación directa de la OTAN, que según los analistas podría provocar que Rusia tome represalias, ha sido eludida en las capitales occidentales. Pero Zelenski hizo una comparación con la forma en que Estados Unidos y el Reino Unido ayudaron a Israel a derribar un torrente de aviones no tripulados y misiles de Irán el mes pasado.

“Esto es lo que vimos en Israel”, dijo Zelenski. “Ni siquiera a tan gran escala”. En ese momento, la respuesta de la Casa Blanca a la comparación fue: “Diferentes conflictos, diferente espacio aéreo, diferente panorama de amenazas”.

Zelenski también instó a la alianza a aportar más aviones de combate F-16, así como sistemas de defensa antiaérea Patriot.

“¿Podemos tener siete?”, dijo, y afirmó que Ucrania necesitaba más sistemas Patriot pero que se conformaría con ese número para proteger regiones cruciales para la economía y el sector energético del país. Sugirió que se podría tomar una decisión cuando los líderes de la OTAN se reúnan en una cumbre en Washington en julio.

“¿Creen que es demasiado pedir para la cumbre del aniversario de la OTAN en Washington?”, preguntó. “¿Para un país que hoy lucha por la libertad y la democracia en todo el mundo?”.

Cuando se le preguntó sobre posibles negociaciones de alto al fuego, abogó por una diplomacia que evite las conversaciones directas con Rusia, pero que reúna a las naciones que respaldan las posturas de Ucrania para un posible acuerdo de paz. Se empezaría con planes para garantizar las exportaciones de alimentos ucranianos a los países en desarrollo, el intercambio de prisioneros, medidas para proteger una central nuclear ocupada por Rusia en el sur de Ucrania y la devolución de los niños ucranianos que, afirmó, fueron secuestrados y llevados a Rusia.

Afirmó que esperaba que decenas de países apoyaran esta iniciativa cuando se reunieran en una “cumbre de paz” a mediados de junio en Suiza. Y volvió a insistir en un plan para que Ucrania se incorpore a la OTAN.

También celebró las sugerencias recientes de algunos aliados de que la OTAN envíe soldados para entrenar o apoyar a las fuerzas ucranianas en Ucrania, aunque añadió: “No lo veo, salvo de palabra”.

De manera más inmediata, aseguró que la capacidad de utilizar armas proporcionadas por Occidente para atacar objetivos militares dentro de Rusia era esencial para el éxito de Ucrania.

Ucrania solo podría defenderse eficazmente del ataque reciente en el noreste que amenaza Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, si se utilizan estas armas para destruir sitios logísticos en Rusia y aviones rusos en territorio ruso, afirmó.

“¿Cómo respondemos cuando atacan nuestras ciudades?”, dijo, y señaló que Ucrania podía ver a las fuerzas rusas concentrarse al otro lado de la frontera antes de que atacaran, pero que no podían hacer nada.

“Proceden con calma”, añadió, “entendiendo que nuestros socios no nos dan permiso” para usar sus armas para responder.

La razón principal de Occidente para dudar —el temor a una escalada nuclear— era exagerada, dijo Zelenski, porque el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se abstendría de utilizar armas nucleares por un sentido de autoconservación.

“Puede que sea irracional, pero ama su propia vida”, dijo Zelenski.

También sugirió que había otra razón para la vacilación de Occidente: algunos países intentan conservar relaciones comerciales y diplomáticas con Rusia. “Todo el mundo mantiene la puerta ligeramente entreabierta”, dijo.

La de Zelenski ha sido una trayectoria vertiginosa. En 2019, fue elegido a la presidencia con una agenda de negociación de paz con Rusia, que sus críticos aseguraron que era ingenua. También prometió tomar medidas enérgicas contra la corrupción y prometió servir solo un mandato de cinco años.

Zelenski, quien fue una personalidad de la televisión antes de convertirse en presidente, alterna entre la diplomacia para obtener apoyo para Ucrania y las exhortaciones a sus soldados y civiles ante el deterioro de las expectativas militares. Dijo que tiene poco tiempo para ver a su hijo y a su hija, de 11 y 19 años, pero calificó el tiempo que pasa con ellos como sus “momentos más felices”.

“Por ejemplo, le pregunto a mi hijo por lo que está haciendo”, dijo. “Me dice que están empezando a aprender español. Eso me interesa. No sé español, pero sinceramente, solo me interesa el tiempo que puedo pasar con él, independientemente de lo que esté haciendo”.

“Estos son los momentos que te recargan, te dan energía. Son los momentos más felices. Es cuando puedo relajarme”.

Señaló que también se recarga haciendo ejercicio por las mañanas, y que por las noches intenta leer. “Seré sincero, cualquier tipo de ficción, la leo por la noche, dos, tres, cuatro, 10 páginas como máximo, y luego me quedo dormido”, dijo.

Cuando se le preguntó qué haría después de la guerra, reflexionó un momento y pareció contemplar la posibilidad de que Rusia se impusiera. “Tras la guerra, tras la victoria, son cosas diferentes”, dijo. “Podría ser diferente. Creo que mis planes dependen de eso”.

“Así que me gustaría creer que habrá una victoria para Ucrania. No será fácil, será muy difícil. Está absolutamente claro que será muy difícil. Y me gustaría tener un poco de tiempo con mi familia y con mis perros”.

Zelenski superó un momento crítico de su presidencia a principios de la guerra cuando fracasó un intento de ataque de Rusia contra los dirigentes ucranianos en Kiev, que, según ha dicho, incluía un plan para capturarlo o asesinarlo.

Ahora, casi 27 meses después, no está claro cómo ni cuándo terminará su presidencia. La ley marcial ucraniana, que se renueva periódicamente con votaciones en el Parlamento, impide la celebración de elecciones presidenciales. Aunque su partido, Servidor del Pueblo, tiene la mayoría de los escaños, el control del partido se ha roto en los últimos meses, y Zelenski ha tenido dificultades para aprobar proyectos de ley.

Tras la conmoción de la invasión inicial, el 90 por ciento de los ucranianos declararon que confiaban en Zelenski; esa cifra había caído al 60 por ciento en febrero, según una encuesta del Instituto Internacional de Sociología de Kiev.

Las elecciones nacionales competitivas han sido un logro de la política ucraniana desde su independencia en 1991, cumpliendo la promesa de una transición democrática que fracasó en Rusia, Bielorrusia y algunos países de Asia Central y el Cáucaso.

Expertos internacionales en elecciones han apoyado la decisión de Ucrania de suspender la votación durante la guerra, dado que millones de ucranianos no podrían votar en zonas ocupadas, así como refugiados en Europa o mientras sirven como soldados en el frente de batalla.

Cuando se le pidió que evaluara la salud de la democracia ucraniana, dijo: “Ucrania no necesita demostrar nada sobre democracia a nadie”.

“Porque Ucrania y su pueblo lo están demostrando con su guerra”, prosiguió. “Sin palabras, sin discursos innecesarios, sin mensajes retóricos abstractos. Lo demuestran con sus vidas”.

Bill Brink y Philip P. Pan colaboraron con reportería desde Kiev.


Andrew E. Kramer
es el jefe de la oficina de Kiev para el Times, que ha estado cubriendo la guerra en Ucrania desde 2014. Más de Andrew E. Kramer


Daniel Berehulak
es fotógrafo del Times radicado en Ciudad de México. Más de Daniel Berehulak

Bill Brink y Philip P. Pan colaboraron con reportería desde Kiev.

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