Presidente de Egipto emite decreto que amplía alcance de operación de seguridad

Por Michael Georgy y Mahmoud Mourad EL CAIRO (Reuters) - El presidente de Egipto, Abdel Fattah al-Sisi, firmó una ley antiterrorismo que da a las autoridades más poderes amplios para proscribir a grupos por cargos que van desde daño a la unidad nacional hasta perturbación del orden público. La medida, anunciada el martes en el diario oficial, probablemente aumente la preocupación entre grupos de derechos de que el Gobierno retire libertades obtenidas tras el levantamiento de 2011 que puso fin a la autocracia de tres décadas de Hosni Mubarak. Las autoridades han reprimido con igual fuerza a la oposición islámica, secular y liberal desde que Sisi, en su calidad de comandante en jefe del Ejército, derrocó al presidente islamista electo Mohamed Mursi en 2013 tras manifestaciones masivas contra su mandato. Según el diario oficial, la ley permite a las autoridades actuar contra cualquier individuo o grupo considerado una amenaza a la seguridad nacional, incluyendo a personas que perturben el transporte público, en una aparente referencia a manifestaciones. Definiciones vagas sobre amenazas a la unidad nacional podrían dar a la policía -acusada de abusos- luz verde para aplastar a la disidencia, afirman grupos de derechos humanos. El Ministerio del Interior afirma que investiga todas las acusaciones de irregularidades y que está comprometido con la transición democrática de Egipto. En virtud del mecanismo de la ley, los fiscales públicos piden a una corte criminal que registre a sospechosos como terroristas y comience un juicio. Cualquier grupo designado como terrorista sería disuelto, según estipula la ley. También permite el congelamiento de activos pertenecientes al grupo, a sus miembros y financistas. Desde que se hizo con el poder en 2014, Sisi ha identificado a los Hermanos Musulmanes de Mursi como una amenaza a la seguridad nacional. Sisi ha comparado a los Hermanos Musulmanes, el grupo islamista más antiguo de la región, con otros mucho más radicales, incluyendo a uno con sede en Sinaí que respalda a Estado Islámico. Cientos de partidarios de los Hermanos Musulmanes, que asegura ser un movimiento pacífico, han muerto y cientos han sido arrestados en una de las operaciones de seguridad más enérgicas en la historia de Egipto. Desde la caída de Mursi, militantes con sede en Sinaí han matado a cientos de policías y soldados, y la decapitación de 21 egipcios en la vecina Libia llevó a Sisi a ordenar ataques aéreos contra blancos militantes allí. Algunos egipcios han hecho vista gorda a las acusaciones generalizadas de abusos a los derechos humanos y respaldaron a Sisi por dar un grado de estabilidad tras años de agitación política desde 2011. (Editado en español por Patricio Abusleme)