Las preparaciones de la India para el G20 también deben considerar a los monos

Monos en Nueva Delhi. (Kuni Takahashi/The New York Times)
Monos en Nueva Delhi. (Kuni Takahashi/The New York Times)

Si alguna vez te encuentras en Nueva Delhi y crees oír un mono, no des por sentado que es un mono. Podría tratarse de un imitador profesional del ruido de los monos.

Eso se debe a que los humanos han sido entrenados para imitar los gruñidos y chillidos guturales de los langures grises, un tipo de mono grande que puede ahuyentar a los más pequeños, los cuales suelen invadir las residencias de los funcionarios de la ciudad o interrumpir las visitas de Estado.

Este fin de semana, los imitadores se enfrentarán a un nuevo reto: evitar que los monos, que a menudo eluden a los guardias columpiándose entre las copas de los árboles, irrumpan en las sedes de la cumbre de líderes mundiales del Grupo de los 20, la primera que se celebra en la India.

El evento es de importancia para la India en la escena mundial y el gobierno no quiere que los monos se conviertan en el centro de atención.

“Estamos intentando alejar a los monos por todos los medios”, declaró en una entrevista Satish Upadhyay, vicepresidente del Consejo Municipal de Nueva Delhi. La campaña incluye la capacitación de 40 personas para que imiten los sonidos que hacen los langures y colocar imágenes recortadas de tamaño natural de los animales, que pueden pesar más de 15 kilogramos, en las sedes del G20.

Cada lugar tiene sus propios retos a la hora de ser anfitrión de un evento grande y prestigioso. Reuniones como la del G20 de 2010 en Toronto y la de la Organización Mundial del Comercio de 1999 en Seattle se vieron perturbadas por protestas. Antes de albergar los Juegos Olímpicos, Pekín, París y Salt Lake City intentaron ocultar a los residentes pobres y sin hogar.

Un mono le roba un plátano a un vendedor callejero en Nueva Delhi. (Kuni Takahashi/The New York Times)
Un mono le roba un plátano a un vendedor callejero en Nueva Delhi. (Kuni Takahashi/The New York Times)

Nueva Delhi enfrenta además problemas como la contaminación del aire y su reputación de ciudad insegura para las mujeres. En medio del bombardeo promocional del G20 en la India, los defensores de los pobres dicen que se ha ocultado a los pobres de la ciudad.

Y luego están los monos salvajes, sobre todo los macacos Rhesus.

No son tímidos. Roban comida y persiguen a los transeúntes. A veces se suben a los autobuses y a los trenes subterráneos. Han atacado a pacientes al interior de hospitales, invadido el Ministerio de la Defensa y la oficina del primer ministro, además de retozar en el edificio del Parlamento indio.

En ocasiones, estas travesuras tienen consecuencias mortales. En un caso extremo, un vicealcalde murió en 2007 al caer desde su balcón cuando intentaba ahuyentar a los monos con un palo.

“Los monos son traviesos y pueden llegar a tu mesa, en cualquier casa de Delhi”, comentó Abdul Khan, imitador autónomo del ruido de los monos en Nueva Delhi cuyo tío utilizó una vez monos vivos para ahuyentar a los más pequeños. “No importa cuántos guardias de seguridad tengas en la puerta”, explicó.

La semana pasada, varios medios de comunicación indios y extranjeros iniciaron su cobertura del G20 con informes sobre los planes del gobierno para ahuyentar a los macacos. Manisha Pande, redactora jefe de Newslaundry, un organismo de control de los medios de comunicación indios, dijo que esa cobertura era “tan cliché como puede serlo” y que muchos indios estaban “bastante aburridos de que la prensa extranjera regurgitara la misma noticia sobre los monos”

El empleo de imitadores del sonido de los monos durante las visitas de Estado y otros actos importantes es una táctica más o menos nueva en Delhi y es mucho menos agresiva que las que utilizaron las autoridades municipales en el pasado: cazadores de monos humanos y langures grises reales, por no hablar de resorteras, piedras y pistolas tranquilizantes.

En 2012, el gobierno nacional prohibió el uso de langures reales, después de que activistas dijeron que la práctica equivalía a un acto de crueldad animal. La mayoría de esos langures eran silvestres y fueron capturados en violación de las leyes indias, explicó Valentina Sclafani, psicóloga de la Universidad de Lincoln en el Reino Unido que ha estudiado el comportamiento de los primates.

Otro desafío es que en el hinduismo, la religión dominante de la India, los monos se consideran representaciones de una deidad y a algunas personas les gusta alimentarlos como ofrenda tradicional.

Por ello, los funcionarios de Delhi comenzaron a buscar otras opciones. Por ejemplo, los imitadores de sonidos de langures eran parte de un esfuerzo mayor para mejorar la imagen de Nueva Delhi antes de que la visita de Estado del presidente de Barack Obama en 2015.

Pero, ¿de verdad funcionan los imitadores?

Emily Bethell, experta en comportamiento de primates y cognición social de la Universidad John Moores de Liverpool, Reino Unido, afirma que no ha encontrado estudios revisados por expertos que demuestren que la imitación de la voz de los langures sea una estrategia eficaz para contener a una población de macacos.

Sin embargo, la práctica parece basarse en un buen conocimiento del comportamiento de los macacos.

“No sabemos si pueden imitar esas llamadas tan fielmente como para que un macaco las interprete como procedentes de un langur sin realizar pruebas científicas rigurosas”, comentó Bethell en un correo electrónico. “Sin embargo, los macacos pueden estar familiarizados con los humanos que hacen esas llamadas y asociarlas con amenaza, lo que podría ser suficiente”, agregó.

Sclafani también manifestó un cauto optimismo sobre la práctica, pues dijo que hay algunas pruebas de que los macacos pueden reconocer y responder a las llamadas de alarma y territoriales de los langures en determinadas condiciones.

Según Sanjeev M.A., profesor de Mercadotecnia del Instituto Jaipuria de Gestión de Lucknow, India, quien ha estudiado la comunicación de crisis de los funcionarios indios durante la pandemia de coronavirus, una afectación hipotética ocasionada por los monos en el G20 es que podría amenazar la reputación de gestor de eventos que el gobierno se ha forjado de manera “tan meticulosa”, con lo que daría a la oposición política motivos para atacar al partido gobernante del primer ministro Narendra Modi antes de las elecciones estatales.

Añadió que, si se matara a algún mono, eso molestaría a los miembros de la mayoría hindú de la India y permitiría a la oposición cuestionar la sensibilidad religiosa del gobierno.

c.2023 The New York Times Company