Prepárate. Un lobo está en la casa. El Depredador humilla al Rey de los Gitanos y gana sin la victoria

El record dirá que Tyson Fury venció por decisión dividida a Francis Ngannou, pero el verdadero ganador fue el hombre que salió sin la mano levantada.

El camerunés estuvo a punto de lograr una de las mayores sorpresas del boxeo y se marchó de Arabia Saudita con la duda sembrada en la mente de muchos.

Todos los pronósticos, todos los esquemas y apuestas daban como seguro ganador a Fury, quien afortunadamente no puso en juego su faja del Consejo Mundial del Boxeo, pero Ngannou ofreció una batalla mucho más que digna, al punto que no pocos fanáticos le vieron como el verdadero ganador.

“Me siento genial’’, declaró Ngannou tras la pelea.

“Me siento fantástico. No fue a mi manera. Puede que hoy me quede corto. Puede que esté herido, pero volveré. Solo soy un luchador. Estoy listo para luchar en cualquier momento. Podemos volver a hacerlo y estoy seguro de que voy a mejorar’’.

Cuando Ngannou tiró a Fury con una derecha en el tercer asalto, los miles de asistentes a este combate en la completamente nueva Arena del Rey, en Ryad, se levantaron de sus asientos, porque percibían que estaban muy cerca de contemplar algo histórico.

Fury, que ostenta las coronas mundial y lineal de los pesos pesados, se vio obligado a pelear por fuera durante gran parte del combate, mientras Ngannou le presionaba en la cara y le hacía la vida imposible, aunque le faltó para el impulso final.

Ngannou, ex campeón de los pesos pesados de la UFC, fue capaz de presionar a Fury en el cuerpo a cuerpo, a veces asestando golpes interiores y a veces lanzando al ingles para poderle pegar mejor, y si alguna herramienta realmente le funcionó al llamado Rey de los Gitanos fue su jab.

“No, eso no estaba en el guion”, comentó Fury.

“Es un gran boxeador. Fuerte, buen pegador, mejor boxeador de lo que nunca pensamos que sería.. Es un hombre temible y un buen boxeador. Le respeto mucho. Antes de la pelea y después. Me ha dado uno de mis combates más duros de los últimos 10 años’’.

A pesar de la presión, Nganno pareció fatigarse hacia la mitad de la pelea, pero regresó con furiosas remontadas en ciertos momentos durante la segunda mitad, dejando a Fury más indeciso que nunca, aunque con lo mínimo para escapar con dos jueces a su favor (94-95, 96-93) y un tercero en contra (95-94).

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Ya se sabía de antemano que existía un choque firmado para el 23 de diciembre por Fury contra Oleksandr Usyk, campeón de la OMB, la FIB y la AMB, para coronar al primer monarca indiscutible de los pesos pesados de la era de los cuatro cinturones.

Pero después de lo sucedido, se duda de que la pelea ocurra en esa fecha.

“Me voy a casa’’, expresó Fury.

“Llevo 12 semanas en el campo de entrenamiento. Me voy a casa a tomarme un largo descanso y decidir qué es lo siguiente’’.

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Por otra parte, no sería descabellado pensar que Ngannou ha dado comienzo a un nuevo e intersante capítulo en su carrera, porque muchos se imaginan desde ya cómo sería un choque contra Deontay Wilder o Anthony Joshua, tras su tremenda faena ante Fury, quien es considerado el mejor de todos.

Ngannou tiene un contrato para realizar varias peleas de artes marciales mixtas con PFL, pero no cabe duda que sobrevivir 10 asaltos con el campeón lineal de peso pesado, propinarle un conteo y llevarse un veredicto de vencedor en una boleta de los jueces es lo más cercano a una victoria sin tenerla oficial.

“Este fue mi primer combate de boxeo, no voy a dar ninguna excusa’’, agregó el Depredador.

“Voy a trabajar más duro con un poco más de experiencia y volver mejor. Ahora sé que puedo hacer esta mierda. Prepárate. Un lobo está en la casa’’.