Se está postulando al Senado con una historia de migrante humilde. Te contamos el resto

Panfletos del candidato republicano al Senado, Bernie Moreno, en la cena y gala del Día de Lincoln en Vermilion, Ohio, el 7 de marzo de 2024. (Maddie McGarvey/The New York Times).
Panfletos del candidato republicano al Senado, Bernie Moreno, en la cena y gala del Día de Lincoln en Vermilion, Ohio, el 7 de marzo de 2024. (Maddie McGarvey/The New York Times).

Se está postulando para el Senado como un migrante exitoso. Está contactando a los votantes de Ohio con una historia conmovedora, de alguien que superó los obstáculos por sus propios medios, y que solo pudo haberlo hecho en un lugar como Estados Unidos: llegó siendo un niño desde Colombia, se arriesgó con un negocio que estaba en dificultades y luego logró convertirlo en un éxito rotundo, volviéndose multimillonario en el proceso.

Bajo la bandera del movimiento político populista de Donald Trump, Bernie Moreno, el republicano que está retando al senador Sherrod Brown, se autodenomina humildemente un “tipo que vende automóviles en Cleveland” y relata las modestas circunstancias de su infancia, cuando su familia migrante empezó de cero en Estados Unidos.



“Llegamos aquí sin absolutamente nada —llegamos aquí de manera legal– pero llegamos aquí, nueve de nosotros en un apartamento de dos habitaciones”, contó Moreno en 2023, en lo que se convirtió en su discurso característico. Su padre “tuvo que dejarlo todo atrás”, ha dicho, recordando lo que llamó el “estatus de clase media baja” de su familia.

Pero hay muchas más cosas que Moreno no dice sobre sus antecedentes, su educación y sus poderosos vínculos actuales con el país que lo vio nacer.

Moreno nació en una familia rica y con conexiones políticas en Bogotá, una ciudad que nunca abandonó por completo y donde algunos de sus familiares continúan disfrutando de gran riqueza y estatus.


Si bien sus padres abandonaron Colombia en 1971 para empezar de nuevo en Estados Unidos, donde Moreno se trasplantó por completo, con el tiempo, algunos de sus hermanos regresaron al país latinoamericano. Uno de ellos se desempeñó como embajador de Bogotá en Estados Unidos. Otro fundó un imperio constructor que se extiende a lo largo de los Andes desde el interior de Colombia hasta sus costas caribeñas.

Los candidatos políticos que buscan un cargo público por primera vez necesariamente se involucran en un proceso calculado de autocreación, en el que examinan y tamizan con cuidado su pasado y deciden qué enfatizar, qué minimizar, qué estar listos para explicar y, en muchos casos, qué esperan que nunca se descubra. No hace falta decir que ayuda un montón proporcionarles a los votantes tantos elementos como sean posibles para que puedan identificarse con el candidato y los menos posibles para que los encuentren alienantes o difíciles de entender.

En el caso de Moreno, la forma en que ha enmarcado su biografía —y el material que ha omitido— refleja una aguda percepción de la realidad política en el Partido Republicano de la era Trump, en Ohio, y en una contienda con el desaliñado Brown, un demócrata (e hijo de un médico, educado en la Universidad Yale) que ha sobrevivido en un estado cada vez más republicano presentándose como un defensor de la clase trabajadora.

En un estado como Ohio, duramente golpeado por la globalización económica y el declive de la industria pesada, un candidato de la élite sudamericana podría parecer tener pocas posibilidades de éxito. En cambio, Moreno describe cómo apostó los ahorros de toda su vida en 2005 en un pequeño concesionario de Mercedes-Benz de bajo rendimiento en el West Side de Cleveland, convirtiendo lo que podría haber sido un inconveniente al momento de cortejar a la clase trabajadora —enorme riqueza, con activos valorados en hasta 105,7 millones de dólares e ingresos anuales cercanos a los 6 millones de dólares— en evidencia de su propio arduo trabajo y su inteligencia empresarial callejera.

Como dicen esas autobiografías políticas, eso es algo poderoso en un estado donde los éxitos republicanos en los últimos tiempos han provenido de la inclinación que han tomado las antiguas ciudades siderúrgicas en el noreste de Ohio, el cinturón de carbón de los Apalaches y las industrias pesadas del norte de Ohio hacia Trump. Para el Partido Republicano en general, su trayectoria también refuerza el atractivo del partido para los votantes latinos y para los migrantes de primera generación que luchan por una vida mejor.

Pero la historia de los Moreno no es la típica historia de inmigrantes estadounidenses.

Roberto Moreno, uno de los hermanos del candidato, es presidente y director ejecutivo de Amarilo Holdings, un importante conglomerado de desarrollo inmobiliario y construcción en Bogotá.

Otro hermano, Luis Alberto Moreno, tras fungir como embajador de Colombia en Estados Unidos, fue elegido presidente del Banco Interamericano de Desarrollo con el respaldo del gobierno de George W. Bush. Su amplio círculo de amigos exhibe una inclinación bipartidista e internacionalista que tiene poco en común con la cosmovisión trumpista: incluye al empresario musical Quincy Jones, la actriz Salma Hayek, Bill y Hillary Clinton, el exgobernador de Florida, Jeb Bush, y a Tom Daschle, un exlíder de la mayoría demócrata en el Senado.

La narrativa migratoria de los Moreno también es atípica en el sentido de que no eran extraños en el país cuando llegaron: el padre del candidato, Bernardo Moreno Sr., había estudiado gastroenterología, había obtenido una maestría en cirugía y había hecho su residencia médica en la Universidad de Pensilvania, donde nacieron los tres hermanos mayores de Bernie Moreno. Su madre, Marta, se había graduado de la Universidad Stanford.

En Colombia, Bernardo Moreno había sido el equivalente del país al secretario de salud, y él y su esposa disfrutaban de lo que Bernie Moreno describió como una considerable riqueza generacional en ambos lados: múltiples propiedades, fincas, sirvientes, personal y una casa en Bogotá tan eminente que luego se convirtió en la residencia del embajador de Alemania.

Roberto Moreno afirmó que su padre fue médico del presidente colombiano Misael Pastrana Borrero de 1970 a 1974. También fue médico de Dorita Salive, esposa del empresario industrial Rómulo Lara Borrero, lo que fomentó una relación entre la rica y poderosa familia Lara y los Moreno.

Los Moreno no eran la familia más rica de Colombia, pero estaban entre las mejor conectadas. Y su historia de inmigración a Estados Unidos es conocida para la élite sudamericana.

“Los millonarios colombianos no salen de Colombia para vivir el sueño americano o para impedir que sus hijos crezcan con privilegios”, afirmó Federico Gómez Lara, editor en jefe de Cambio Colombia, una revista de actualidad y política, y nieto de Dorita Salive. “Se van de Colombia porque tienen suficiente dinero para despilfarrar. Colombia les parece un pueblo y quieren que sus hijos reciban educación y se mezclen con los verdaderos ricos”.

En una entrevista amistosa en Colombia este año con la periodista Patricia Lara Salive, madre de Gómez y heredera de una de las mayores fortunas del país, el hermano de Bernie Moreno, Roberto, dijo que sus padres habían tenido la intención de quedarse en Florida solo por un tiempo mientras los niños aprendían inglés, pero el rápido ascenso de Bernardo Moreno en el Hospital Holy Cross de Fort Lauderdale, sumado al matrimonio de su hija con un estadounidense, cambiaron sus planes.

“Quiero que mis hijos aprendan inglés y conozcan otra cultura”, citó Roberto Moreno a su madre. “Vámonos a Florida un tiempo”.

Se suponía que ‘un tiempo’ sería uno o dos años”, añadió Roberto Moreno, quien estudió ingeniería en la Universidad de Florida. Pero su padre se les unió después de cuatro meses y tomó los exámenes de la junta médica para poder ejercer medicina en Florida. “Y entonces nos quedamos allí”.

El senador Sherrod Brown (demócrata por Ohio) conversa con los medios de comunicación en Dayton, Ohio, el 18 de marzo de 2024. (Maddie McGarvey/The New York Times).
El senador Sherrod Brown (demócrata por Ohio) conversa con los medios de comunicación en Dayton, Ohio, el 18 de marzo de 2024. (Maddie McGarvey/The New York Times).

En entrevistas anteriores, Bernie Moreno ha captado las contradicciones de su infancia. En un pódcast antes del despegue de su carrera política, aludió a lo rica que había sido su familia en Colombia y por qué su madre había decidido renunciar a ese privilegio.

“Nos criaron de manera presuntuosa y ella no quería que nos criáramos de esa manera”, dijo en el pódcast. “Así que empacó 23 maletas, siete niños y voló a Fort Lauderdale”.

c.2024 The New York Times Company