Portugal vuelve a cantar a la libertad desde las calles en su 25 de Abril

Lisboa, 25 abr (EFE).- Después de que el año pasado tuvieran que quedarse en casa por la pandemia, los portugueses volvieron hoy a cantar a la libertad desde las calles este 25 de Abril en unas conmemoraciones de la Revolución de los Claveles que, con todo, sufrieron restricciones.

La Avenida da Liberdade, la arteria más emblemática de Lisboa, volvió a ser recorrida por miles de personas que, clavel en mano o en la solapa, quisieron recordar unidos el día que se puso fin a la dictadura de António de Oliveira Salazar y trajo la democracia al país.

Hace un año, Portugal vivía su primer confinamiento por el coronavirus y cantó la célebre "Grândola Vila Morena" --utilizada por los militares como contraseña para iniciar el levantamiento en 1974-- desde la ventana, sin marchas ni multitudes.

Esta vez, con el país en una fase ya avanzada de la desescalada después del segundo confinamiento, las autoridades sanitarias dieron su visto bueno al desfile y muchos portugueses trasladaron las reivindicaciones a las calles.

Es el caso de Manuel, que acudió a la marcha después de quedarse en casa el año pasado. "Puse banderas en la ventana y música alusiva al 25 de Abril", recuerda en declaraciones a EFE, en las que subraya que conmemorar este día "es fundamental hoy más que nunca", a pesar de la situación sanitaria.

Manuel recuerda que el 25 de abril de 1974 fue uno de los pocos que acudió a trabajar en su empresa, en plena revolución. "Fue un día de conversaciones y de comenzar a aprender lo que es vivir en libertad", señala.

En la marcha también pudieron verse caras más jóvenes, que no habían nacido cuando estalló el levantamiento, como es el caso de Inês, que en 2020 celebró el día con llamamientos por internet.

Este año ha podido salir de casa para "luchar por la democracia" y cree que el 25 de Abril está muy presente en las nuevas generaciones. "Cada vez luchan más por sus valores, para mantener esos valores", asegura a EFE.

RESTRICCIONES Y POLÉMICA

La marcha se desarrolló con restricciones y los organizadores limitaron el número de personas que podían participar, que debían guardar distancia física, y usar mascarilla.

La celebración del desfile no estuvo este año exenta de polémica, después de que en un primer momento la comisión promotora limitase la participación sólo a las entidades que formaban parte de ella.

Esta norma dejó fuera al partido Iniciativa Liberal, con un diputado en el Parlamento, y al recién legalizado Volt, lo que fue motivo de protestas.

Al final la comisión decidió extender la participación a todas las entidades interesadas, pero Iniciativa Liberal quiso organizar su propio desfile, que descendió la Avenida da Liberdade después de la marcha principal.

"ASUMIR" EL PASADO

La fecha también se recordó, como es habitual, en la Asamblea de la República, con una ceremonia que, como el año pasado, tuvo un formato más reducido del habitual y estuvo marcada por un discurso del presidente, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, en el que pidió analizar y "asumir" el pasado del país.

Y ese "repensar el pasado" debe hacerse sin "autojustificaciones" ni "autoflagelos", porque "no hay, ni nunca hubo, un Portugal perfecto; no hay un Portugal condenado", afirmó.

Con las guerras coloniales con especial protagonismo dentro de su intervención, el presidente defendió que no se puede pasar "del culto acrítico triunfalista exclusivamente glorioso de la historia a una demolición acrítica", lo que fue aplaudido de forma unánime por todos los grupos parlamentarios, algo que no suele ser frecuente.

El primer ministro, el socialista António Costa, elogió el discurso de Rebelo de Sousa, cuyo padre fue ministro durante la dictadura.

"Al oírlo no pude dejar de pensar que el país tiene en este momento un presidente con este recorrido y un primer ministro que es hijo de una mujer y un hombre que lucharon contra la dictadura y contra el colonialismo", señaló Costa, que considera que esa "diversidad" da fuerza a la democracia.

El primer ministro abrió al público los jardines de su residencia oficial, el Palacio de São Bento, para conmemorar la fecha con un programa cultural, en su mayoría en formato virtual.

Por Paula Fernández

(c) Agencia EFE