La Policía finlandesa traslada a puerto el buque sospechoso de dañar un cable submarino
Las autoridades finlandesas han acercado a puerto un petrolero incautado, vinculado a Rusia, tras hacerse con el control del buque a principios de esta semana. Se sospecha que el Eagle S dañó el cable eléctrico Estlink-2, que discurre bajo el mar Báltico entre Finlandia y Estonia, al arrastrar su ancla por el lecho marino. El cable eléctrico Estlink-2, que lleva electricidad de Finlandia a Estonia por debajo del mar Báltico, se averió el miércoles, pero apenas afectó a los servicios.
Según el departamento de Policía de Helsinki, el buque, que fue abordado el jueves, fue trasladado a un fondeadero interior cerca de Porvoo como mejor lugar para llevar a cabo una investigación.
El Eagle S tiene bandera de las Islas Cook, pero las autoridades aduaneras finlandesas y de la UE lo han descrito como parte de la flota rusa de petroleros que transportan petróleo y gas desafiando las sanciones internacionales impuestas por la guerra de Ucrania.
Los viejos buques, a menudo de propiedad desconocida, operan habitualmente sin seguros regulados por Occidente. El uso de estos buques por parte de Rusia ha suscitado preocupación por los posibles accidentes, dada su antigüedad y la incertidumbre sobre la cobertura de los seguros.
El viernes, el jefe de la OTAN, Mark Rutte, dijo que había hablado con el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, y acordaron que "la OTAN reforzará su presencia militar en el Mar Báltico".
Finlandia, que comparte una frontera de 1.340 kilómetros con Rusia, abandonó su política de neutralidad militar de décadas y se unió a la OTAN en 2023 en respuesta a la invasión de Ucrania. En octubre de 2023, en respuesta a incidentes similares, la OTAN y sus aliados desplegaron más aviones de patrulla marítima, aviones radar de larga distancia y drones en vuelos de vigilancia y reconocimiento, al tiempo que también se enviaba una flota de cazaminas a la región.
Tras una reunión de alto nivel sobre el incidente, Stubb publicó en X que "la situación está bajo control. No tenemos motivos para preocuparnos", añadiendo que la investigación continúa. Añadió que Finlandia y Estonia habían solicitado ayuda adicional de la OTAN.
Sospechas de sabotaje
Los países de la región han estado en alerta tras una serie de incidentes con cables submarinos y gasoductos en el mar Báltico desde 2022. En noviembre se cortaron dos cables de datos, uno entre Finlandia y Alemania y otro entre Lituania y Suecia.
El ministro de Defensa alemán dijo que las autoridades tenían que asumir que el incidente había sido un "sabotaje", pero no aportó pruebas ni dijo quién podría haber sido el responsable.
Y los gasoductos Nord Stream, que antes llevaban gas natural de Rusia a Alemania, resultaron dañados por explosiones submarinas en septiembre de 2022. Las autoridades han dicho que la causa fue un sabotaje y han iniciado investigaciones penales. La OTAN ya había reforzado las patrullas cerca de las infraestructuras submarinas tras el impacto del gasoducto Nord Stream.