El poder terapéutico de las canciones de Serrat

Llegan las vacaciones familiares. Además de las maletas se preparan las casetes para que en el viaje suene Mediterráneo, Aquellas pequeñas cosas, La mujer que yo quieroEs el último disco de Serrat. Los kilómetros de paisaje se diluyen con el paso de las canciones; corre el año 1971.

Rituales como este se han repetido a lo largo de la vida de muchas personas, trenzado un extenso tejido de recuerdos alrededor de la obra del cantautor del Poble Sec. Ahora, tras más de cincuenta años dedicados a poner banda sonora a lo mío, a lo tuyo, a lo nuestro, decide bajarse de los escenarios.