Piloto cubanoamericano lucha para tomarse el desquite en la venidera campaña en NASCAR

Aric Almirola puso como condición para responder a las preguntas de los reporteros que cada uno de ellos le recomendara un buen restaurante en el área de Miami.

Así fueron saltando los nombres y el piloto cubanoamericano comentó que apenas baja por las escalinatas del avión siente los olores de la comida cubana y en su mente se despliega el picadillo, las empananadas, el quimbombó y las croquetas.

Almirola corrió en las semifinales de los playoffs de NASCAR, el domingo pasado en el autódromo de Homestead Miami y lo hizo con un sabor agridulce. No por la ubicación en el puesto 21 al final de la carrera sino porque no ha podido redondear la temporada como pretendía.

Por un lado, el domingo corrió en un lugar que siente como su propia casa -aunque nació en la base aérea de Eglin, en Fort Walton Beach, Florida, y se crió en Tampa- y en un autódromo que considera su favorito, pero por primera vez en los últimos cinco años no había podido meterse en los playoffs.

“En ese sentido ha sido muy decepcionante la campaña del 2022”, afirmó Almirola. “No tener la posibilidad de luchar por el título de pilotos pese al enorme esfuerzo desplegado por todo el equipo de Smithfield Stewart-Haas Racing es algo muy duro de asimilar”.

Pese a no estar en los playoffs, Almirola aseguró que la importancia de terminar fuerte la postemporada le sirve como motivación porque ello se reflejará en los preparativos para la próxima campaña.

“Hay que aprovechar el momento y eso va a ayudar a todo el equipo en los dos meses de preparativos entre temporadas”, explicó el piloto de 38 años. “No hay que olvidar que en el 2017 Joey Logano no se clasificó para los playoffs y al año siguiente se coronó campeón de la Cup Series”.

El 2022 fue una temporada muy complicada para Almirola. El 10 de enero pasado anunció que, después de 17 años en NASCAR, tomaba la decisión que esta sería su última campaña como piloto a tiempo completo en la principal serie del mundo de coches estándar.

Era por razones familiares. Ya habían hecho suficiente sacrificio sus padres y luego su esposa Janice y sus hijos Alex (10) y Abby (9).

“Luego del fin de la campaña del 2022 mi atención va estar centrada en mi familia”, había dicho Almirola cuando anunció su decisión de retirarse. “Me va a quedar una ventana corta para estar con mis hijos, pues tan pronto tengan las llaves del carro se irán con sus amigos”.

El 26 de agosto pasado, a lo Tom Brady, Almirola sorprendió a todos al informar que su auspiciador de 11 temporadas Smithfield Foods le ofreció, a partir del 2023, un contrato multianual y que lo había aceptado.

Antes de dar el sí a Smithfield Foots, el piloto cubanoamericano se reunió en “consejo de estado” con su esposa y sus hijos, quienes le dieron el consentimiento.

“Janice, Alex y Abby se muestran tan entusiasmados como yo de continuar corriendo con el coche # 10 de Smithfield Ford Mustang”, dijo entonces Almirola.

“A diferencia de otros años, en el 2022 mi esposa y mis hijos me acompañaron en los viajes, recorrimos el país juntos y nos sentimos cómodos y más unidos que nunca”.

Alex tiene en su cuarto un gran mapa de Estados Unidos en la pared y ahí señala con un pin todos los estados y autódromos que ha recorrido.

“Tiene 11 pins de los lugares visitados”, contó Aric con satisfacción. “Esto además le sirve como educación porque aprende y conoce otros lugares”.

Almirola se muestra muy optimista para el 2023. Siente que las estrellas se alinearán a su favor en la próxima campaña. Y puede inspirarse en la hazaña de Logano.

“Tengo la figura muy clara para el próximo año”, aseguró el piloto cuyos abuelos llegaron a Estados Unidos procedentes de Cuba en los Vuelos de la Libertad, con su padre de solo cuadro años de edad. “En el 2022 había quizás ese factor incierto de mi retiro tras la última carrera. Ahora eso esta resuelto. Hemos encontrado la fórmula para estar junto con mi familia en los lugares donde tenga que competir. En el 2023 correré con mi familia al lado”.