¿Cómo piensan los ministros de Economía de los gobiernos de izquierda de la región?

El presidente de Chile, Gabriel Boric, a la izquierda, y el presidente de Argentina, Alberto Fernández, durante un encuentro den Buenos Aires
El presidente de Chile, Gabriel Boric, a la izquierda, y el presidente de Argentina, Alberto Fernández, durante un encuentro den Buenos Aires

La sorpresiva renuncia del ahora exministro de Economía Martín Guzmán mantuvo en vilo a la Argentina en los últimos días. En especial, por la designación de su reemplazo, Silvina Batakis, la nueva titular del Palacio de Hacienda quien manejó el Ministerio de Economía bonaerense durante la gobernación de Daniel Scioli. Su visión de la economía se alinea con la del ala dura del oficialismo, sobre todo con la de Cristina Kirchner.

Este cambio no fue bien visto por los mercados, inmersos en un escenario de incertidumbre, y su repercusión ya impactó en el precio del dólar, un desplome de los bonos y un salto en el riesgo país. La elección de Alberto Fernández dista de las decisiones que estuvieron tomando los otros gobiernos de izquierda en la región, que optaron por figuras moderadas, ortodoxas o procedentes del sector privado para dar tranquilidad a los mercados.

Colombia

El presidente electo Gustavo Petro asumirá el próximo 7 de agosto para instaurar el primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia. La elección de los miembros del gabinete que lo acompañarán en los próximos cuatro años todavía no está completa, pero una de las primeras figuras elegida fue la cabeza de la cartera de Hacienda, el economista José Antonio Ocampo. Su elección fue vista como la carta contra la “Petrofobia”, un guiño a los mercados, y fue bien recibida por los opositores al petrismo, ya que se considera una figura moderada y “un acierto” para el nuevo gobierno.

Ocampo, que ocupó ese cargo en 1994 durante el gobierno de Ernesto Samper, coincide con el Pacto Histórico en sus ambiciosos programas que buscan acabar con las desigualdades, la pobreza y los profundos problemas sociales que aquejan al país cafetero.

El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, y su ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo
El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, y su ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo - Créditos: @Cortesía

Llegará al gobierno en un momento en el que el país enfrenta un 9,07% de inflación, es la segunda economía más desigual de América Latina, y más de la mitad de la población trabaja en el mercado informal y cobra menos que el salario mínimo, de acuerdo a cifras oficiales.

Para eso, lo primero que hará al asumir en el cargo será impulsar la reforma tributaria que tanto promulgó Petro “para tener recursos para esos programas sociales”, tales como otorgar pensiones a los adultos mayores y que el Estado emplee en una instancia a los desempleados, indicó Ocampo en una entrevista con El Tiempo. También propone un impuesto al patrimonio, que “no será a las empresas, sino a las personas”, y recalcó que las reformas tienen como fin “no gravar más a la clase media y obviamente a los sectores populares”.

Consultado al respecto de su posición frente a los aranceles a la exportación, indicó que “no sirve mucho la protección” y que a su criterio “hay que hacer políticas productivas más activas para el sector agropecuario [un sector que planea impulsar], industrial y de servicios”.

Respecto a la propuesta de Petro de suspender la exploración de petróleo, uno de los temas que más inquietaba a los mercados, señalo que “hay que ver los contratos ya firmados” —que Petro había prometido que no iba a cancelar—, pero que se trata de un “proceso que tiene que ser gradual” ya que “el petróleo sigue siendo no solamente un renglón importante en las exportaciones de Colombia, sino también una fuente de recursos fiscales”.

Chile

En enero, Gabriel Boric apostó por el expresidente del Banco Central Mario Marcel como ministro de Economía, una decisión celebrada por los mercados por ser “una señal económica potente” que generó confianza para reactivar la inversión y el empleo, opinó ante su nombramiento el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC) chilena, Ricardo Mewes.

Considerado un tecnócrata con orientación socialista, el ingeniero comercial apuesta al control del gasto y a llevar adelante reformas valorando “la importancia de la prudencia fiscal”, aseguró en una entrevista con El País, donde consideró que “la mejor política social es el control de la inflación”. Expertos calificaron como “brillante” su gestión en el Banco Central, puesto que ocupó desde 2016 e incluso fue ratificado por Sebastián Piñera y por el que logró el premio al Presidente del Banco Central del año 2020 en Latinoamérica por GlobalMarkets.

El ministro de Economía chileno Mario Marcel
El ministro de Economía chileno Mario Marcel - Créditos: @XIMENA NAVARRO

El viernes pasado, presentó junto a Boric una reforma tributaria destinada a financiar casi la mitad de un programa ambicioso por “equidad y justicia tributaria” que apunta a una recaudación de unos 12.000 millones de dólares, 4,1% del PBI, en cuatro años. El proyecto incorpora cambios al Impuesto a las ganancias, un impuesto a la riqueza, limita exenciones e introduce medidas contra la elusión y evasión fiscal.

En momentos en que la inflación anual alcanza el 11,5%, su mayor nivel desde julio de 1994, que el 58% de los chilenos considera la situación economía actual del país como mala o muy mala, y existe un riesgo de recesión para el próximo año, Marcel es el funcionario mejor evaluado por la población, con la gestión más destacada para un ministro de Hacienda desde 2009, según la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP).

Bolivia

En 2020, Luis Arce ingresó al Palacio de Gobierno con un país en llamas tras un año de turbulencias políticas para devolverle el poder al socialismo luego de que el líder Evo Morales dejara el gobierno en medio de una profunda crisis política y violentas protestas.

Para llevar adelante la reactivación económica del país eligió al economista Marcelo Alejandro Montenegro Gómez García, una figura que sigue las bases del histórico Modelo Económico Social Comunitario Productivo con la redistribución de los ingresos como pilar. Se aplica en el país desde 2006 y fue impulsado por el mismo Arce cuando ocupaba la cartera de Economía, el arquitecto del rápido crecimiento de Bolivia a una de las tasas más altas de América Latina.

Bolivia, un país que reporta un nivel de pobreza extrema de 11,1% y de pobreza moderada de 36,6%, sigue la política económica conocida en Estados Unidos como Evonomics, un modelo con crecimientos económicos anuales superiores al 4% y los niveles de inflación más bajos de la región, que sorprende a los analistas. Se basa en una gestión pragmática y ortodoxa basada en la nacionalización de sectores como los de hidrocarburos y energía — que busca inversiones privadas extranjeras—, el impulso de la producción y el comercio con inversión públicas, subsidios y bonos, y la bancarización y el ahorro “de los pobres”.

Tras la contracción sufrida en 2020 por la pandemia de coronavirus, el gobierno de Arce confirmó que la economía boliviana creció en un 6,11% en 2021 y volvió “a la senda del crecimiento económico”, según dijo la ministra de Planificación del Desarrollo, Gabriela Mendoza, y se proyecta para este año un crecimiento del PIB de 5,1%.

México

El gobierno de México desdobla en dos instituciones sus funciones para promover el crecimiento y la estabilidad económica: la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, que se encarga de la política macroeconómica del país, y la Secretaría de Economía, que diseña políticas públicas en materia de desarrollo económico y medidas para la protección del comercio y el consumidor.

Al frente de la Secretaría de Hacienda está el doctor en Economía por la Universidad de Cambridge Rogelio Ramírez de la O, elegido por saber hacer “un gobierno eficiente, austero, sobrio y que el presupuesto le llegue de manera directa a la gente”, dijo López Obrador.

Fue uno de los principales asesores económicos de AMLO que logró convencer a la comunidad financiera internacional de que el presidente no era un peligro gracias a su estrecha relación con el sector privado y su experiencia en grandes fondos de inversión extranjera. Apoya los acuerdos del libre comercio y la globalización, propone una Reforma Fiscal para este año — que incluye medidas tales como reducir el pago de impuestos de pequeños y medianos negocios—, y prometió llevar adelante megaproyectos como el de la Refinería de Dos Bocas para dejar de comprar petróleo en el extranjero.

Tatiana Clouthier Carrillo es la segunda mujer en ingresar al cargo de secretaria de Economía de México, después del nombramiento de Graciela Márquez Colín, la primera figura elegida por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que dejó el puesto en 2020.

La diputada, licenciada en lengua inglesa y con un posgrado en Administración Pública, es una figura fuerte y pragmática que estuvo detrás del triunfo de AMLO en 2018 al haber sido la encargada de coordinar su campaña presidencial.

Llegó en un tenso momento entre el gobierno y los empresarios luego de que el ejecutivo se negara a tomar medidas de estímulo fiscal. Y es que su designación no fue casual: es cercana al empresariado por ser la hija del empresario Manuel Clouthier “Maquío”, quien durante los 80 luchó por la democratización de México desde el Partido Acción Nacional (PAN), un bloque conservador que integró Tatiana hasta 2005 durante el Gobierno de Fox, cuando rompió para acercarse a la izquierda. “El encargo es muy claro: más y mejores empresas para generar mejores empleos para todos en este querido México”, zanjó Clouthier tras su nombramiento.

Honduras

Para Pedro Barquero, el secretario de Desarrollo Económico de la presidenta Xiomara Castro, los tres principales problemas que tiene hoy el mundo son la inflación, la seguridad alimentaria y el cambio climático. El último reporte del Banco Central de Honduras registró un 9.09% de inflación anual, una cifra superior al 4,84% en 2021, que responde a la guerra de Rusia y Ucrania, según dijo Barquero.

Para controlarla, el ingeniero industrial y administrador de negociosos, que es uno de los mayores representantes del sector privado al ser parte de la comisión directiva del Régimen de Aportaciones Privadas (RAP), apostó por decreto al subsidio a los combustibles y a operaciones de mercado abierto a través de letras para poder captar el exceso de liquidez del sistema financiero. De no llevarse a cabo estas políticas, el país tendría “inflación mucho más alta”, asegura.

Al llegar a la secretaria impulsó “políticas necesarias para el pueblo” como subsidios a la energía eléctrica, aumentó el presupuesto para créditos para vivienda social y a pequeños agricultores con una tasa sumamente baja, “totalmente subsidiada, que va a hacer que se reactive la economía del campo y que la gente pueda volver a cultivar en sus parcelas”, explicó a periodistas. “Le ponemos una escalera a los pobres para que poco a poco suban económicamente”.