Perro no ladra y sí muerde. Pitbull Cruz estremece a Las Vegas con un feroz ataque que destrona a Rolly Romero

El Pitbull había prometido morder con sus manos y vaya sí lo hizo.

Isaac Cruz disfrutó el sábado en la noche de la mejor victoria de su carrera profesional al convertirse en campeón de las 140 libras en la versión de la Asociación Mundial del Boxeo.

Con un ataque implacable y brutal, Isaac Cruz vapuleó y venció por nocaut técnico en ocho rounds a un Rolando “Rolly’’ Romero que había hablado hasta por los codos y que había prometido convertir al mexicano en un chihuahua, aunque al final terminó devorado por un perro de presa.

De esta manera, Cruz se convierte en uno de los coronados en una división que tiene, entre otros campeones, a figuras de primera línea como Teófimo López, Subriel Matías y Devin Haney, quien pelea a fines de abril contra el popular Ryan García.

No queda claro si Cruz hará un nuevo capítulo en esta división o si regresará a su terreno conocido en las 135 libras, donde siempre ha anhelado una revancha contra el estelar Gervonta “Tank’’ Davis, a quien le dio la pelea más dura de su carrera.

Cruz salió muy agresivo desde el sonido de la campana y su ritmo incesante abrumó a Romero al punto de hacerle tambalear las piernas a la mitad del primer asalto, obligándolo a refugiarse en el retroceso y en agarres ocasionales para poder sobrevivir la tormenta que se le venía encima.

Para el segundo y bajo la insistencia del profesor Ismael Salas, Romero tomaba más precauciones, pero al final ambos no podían evitar los intercambios, donde el mexicano parecía llevar la mejor parte con sus volados de derecha que obligaban al cubanoamericano a buscar distancia.

La presión de Pitbull continuaba en el tercero, pero ya para esta instancia Romero se movía por cada centímetro del cuadrilátero y se cuidaba de entrar en zona de impacto, tratando de conectar desde la periferia, pero Cruz aumentaba el ritmo en el cuarto y conectaba con más potencia.

Desde ese punto en adelante, Cruz siguió su labor de acoso teniendo como arma principal los impactos al cuerpo y llegaba un momento complicado para Romero en el quinto, cuando el árbitro le penalizaba con un punto por agarrar de manera excesiva.

Desde ese momento en adelante y ya condicionado por el réferi, Romero se dedicaba a evitar los golpes de Cruz, que volvía a tener otro asalto memorable en el séptimo round con un rally que nuevamente le robaba las piernas al peleador del maestro Salas.

Para el octavo llegaba la ofensiva definitiva que ponía fuera de combate a Romero y hacía que la esquina de Cruz estallase en alegría al confirmarle como nuevo campeón del peso superligero.