Perder para ganar: la estrategia de Scholz ante la moción de censura
Más de un mes después del colapso de su gobierno de coalición, el canciller alemán Olaf Scholz se enfrenta el lunes a un voto de confianza de sus diputados. El socialdemócrata sabe que perderá la moción de censura, algo que planeó, paso necesario entrar en la difícil carrera de las elecciones de febrero contra el favorito, el democristiano Friedrich Merz.
El voto de confianza que busca confirmar o destituir a un gobierno sin mayoría, no es en este caso una maniobra desesperada de Olaf Scholz para quedarse en el poder, sino una calculada operación para que el actual canciller socialdemócrata declare que, luego de muy previsiblemente perder, deba disolver el Parlamento y convoque a elecciones anticipadas para el 23 de febrero próximo, en espera que le vaya mejor.
Este naufragio programado por el dirigente de 66 años, en el poder hasta finales de 2021, se inscribe en la grave crisis que atraviesa la primera economía europea, antaño modelo de estabilidad política, en un momento en que su socio privilegiado en la UE, Francia, también se ha debilitado.
Muy pocos creen que en esas elecciones el canciller Scholtz tenga la posibilidad de retener su cargo, todos más bien dan por descontado que el próximo canciller será el conservador demócrata cristiano Friedrich Merz. Las encuestas hoy les dan a los democratacristianos de Merz un 30% de intenciones de voto, seguido con un 23% del partido de extrema derecha Alianza por Alemania (AfD) y, con un 17% de los socialdemócratas.
Aún faltan unos dos meses y el candidato conservador Merz no es en sí mismo mucho más popular que Scholz: es la carta que juega el actual canciller, perder para ganar.