Pequeño cocodrilo causa gran revuelo cuando patrulleros lo atrapan en un cantero de flores

Cualquier extraño sonido proveniente de un cantero de flores puede resultar algo peligroso en la Florida, pero una dueña de casa se llevó lo que para algunos podría ser una adorable sorpresa cuando se descubrió que el ruido que escuchaba era de un cocodrilo del tamaño de un perrito dachshund.

El hallazgo se hizo poco antes de la 1 p.m. el sábado, 13 de mayo, en una casa en Seminole, a unas 25 millas al oeste de Tampa, según la policía del Condado Pinellas.

“Durante el fin de semana, una residente del área se percató de que había un ruido raro en las flores de su jardín, pero ¡nunca pensó que pudiera ser un cocodrilo!”, escribió la policía el 15 de mayo en Facebook.

“Aunque era pequeño, provocó una feroz alteración. El animalito estaba ‘muy enojado’, pero después pudimos reubicarlo en un estanque cercano donde pudiera calmarse un poco”, agregó la policía.

El cocodrilo tenía unos tres pies de largo y se había escondido en el jardín del frente de la casa. En un video que dio a conocer la agencia pueden verse a dos patrulleros riendo buscando entre los arbustos, uno de ellos con una escoba.

El cocodrilo pudo ser finalmente atrapado con una vara para atrapar y sacado del jardín como si fuera un perro con una correa. Los agentes tuvieron que pensar cómo meter al cocodrilo en su auto patrullero sin ser mordidos.

Hasta el 16 de mayo, el video había sido visto más de 5,000 veces, y recibido cientos de comentarios y reacciones, entre ellas las de muchos usuarios que dijeron que no meterían en su auto ni siquiera al cocodrilo más pequeño del mundo.

Otros usuarios dijeron que tener a un pequeño cocodrilo en un cantero de flores es un momento absolutamente único de la Florida.

“La mayoría de los lugares tienen gatos en los árboles. Pero en la Florida hay cocodrilos. ¡Me encanta”, escribió Krystal Rae en Facebook.

“En mi carro no entra, esté enojado o no”, dijo Montel Paige.

“¡Es demasiado chiquito para enojarse tanto!”, colgó Jennifer Ledbetter.

Traducción de Jorge Posada