‘Pequeña gripe’ no afecta a Bolsonaro que aún evita cuarentenas

(Bloomberg) -- Durante la crisis del coronavirus que ya ha cobrado la vida de 35.000 personas en todo el mundo, Jair Bolsonaro ha mantenido reuniones cara a cara y ha presionado a los brasileños para que vuelvan a trabajar.

No es un cálculo político. En su instinto, el presidente cree que la mayor amenaza para Brasil son las consecuencias económicas en lugar del virus en sí mismo, según dos funcionarios con conocimiento de sus opiniones. El domingo, visitó Brasilia, donde conversó con numerosos grupos mientras visitaba tiendas, restaurantes y mercados callejeros.

"Bolsonaro es un hombre muy intuitivo y esa intuición lo llevó a ganar las elecciones", dijo Sérgio Olímpio Gomes, un oficial de policía de alto nivel convertido en senador de São Paulo cercano a Bolsonaro durante años. "No le preocupa ser atípico porque así es como siempre ha vivido".

Una razón que sustenta la convicción de Bolsonaro es que ha estado en medio de un grupo con COVID-19 durante tres semanas y aún se siente bien.

"Después de ser apuñalado, no va a ser una pequeña gripe la que me derribe", dijo Bolsonaro, quien fue acuchillado en la campaña hace un año y medio. El domingo, después de su salida a Brasilia, dijo a los periodistas: “El virus está aquí. Vamos a tener que enfrentarlo, pero enfrentarlo como un hombre, carajo".

"Todos moriremos algún día", agregó.

Aumento de casos

Si bien el coronavirus tardó en arraigarse en la economía más grande de América Latina, los casos ahora se disparan y los expertos en salud advierten que el presidente brasileño habría perdido un tiempo precioso para prepararse. Muchos profesionales médicos –incluso el mismo ministro de Salud– están de acuerdo en que el sistema de salud pública se vería obligado a colapsar si las infecciones siguen la explosión de otras partes del mundo. Los casos oficiales en Brasil casi se duplicaron en cuatro días a 4.256 a partir del domingo, con muertes que se triplicaron a 136.

"Debatir para poner en marcha las escuelas en una nación donde los niños y los ancianos a menudo viven juntos es un gran riesgo", dijo Vivian Avelino-Silva, infectóloga e investigadora del Hospital Albert Einstein en São Paulo, calificado como el mejor hospital en América Latina. "El hecho de que Bolsonaro no entienda esto, después de semanas de crisis, es preocupante".

Tanto Bolsonaro como el ministro de Economía, Paulo Guedes, piensan que Brasil estaría mejor si se permitiera que el virus circulara entre la población sana, según una persona con conocimiento directo del asunto. En cambio, ambos funcionarios abogan por cuarentenas específicas para aislar a los grupos de alto riesgo. No hubo respuesta a una solicitud de comentarios de la oficina de prensa de Bolsonaro.

Guedes, de 70 años, se ha mantenido cerca de su apartamento en Río de Janeiro en las últimas semanas, antes de regresar a Brasilia para trabajar desde una de las propiedades de Bolsonaro esta semana.

“Si las empresas no producen, no pagan ningún salario”, tuiteó Bolsonaro la semana pasada. “Si la economía colapsa, los trabajadores de las industrias de servicios tampoco recibirán un pago. Necesitamos reabrir negocios y hacer todo lo posible para salvaguardar la salud de los ancianos y los enfermos”.

Goldman Sachs Group Inc. advirtió el viernes que las economías latinoamericanas se están deteriorando más rápido que en cualquier otro momento de la historia. Brasil podría tener una contracción de 3,4%, dijo la firma, por debajo de un pronóstico anterior de crecimiento de 2,2%.

Nota Original:‘Little Flu’ Can’t Hurt Him: Why Bolsonaro Still Shuns Lockdowns

For more articles like this, please visit us at bloomberg.com

Subscribe now to stay ahead with the most trusted business news source.

©2020 Bloomberg L.P.