Penélope Cruz es España, no la banderita que llevas en el coche.

Una bandera no hace país. Y menos, la que llevas en el coche o exhibes en la muñeca. Una bandera de tela sólo es eso, un trozo de tejido, por mucho amor que le prodigues y por mucho que tengas sueños húmedos con ella cada noche. La bandera, depende de cómo la uses, sirve sólo para exhibir tus carencias.

Una bandera no hace país.

Por mucho que te empeñes en colgarla en la puerta de tu restaurante o gritar a los cuatro vientos que eres español. Español. Español. Con la musiquilla correspondiente.

Una bandera no hace país.

El país lo hacen los que luchan por mejorarlo. Los que dan la cara por la sanidad pública, que ya me dirás cómo te va a pagar la bandera los 6.000 euros al mes que cuesta tu tratamiento de quimioterapia, Manolo. El país lo hacen los que defienden una escuela pública de calidad, que digo yo que muy liberal te crees pero que llevas al niño al colegio concertado, que pagamos entre todos, Manolo, que ya está bien de querer gratis un cole privado que chupa de los impuestos. El país lo hacen los que no aparcan en doble fila, los que no dejan las cacas de su perro en el suelo, los no creen que su modelo de vida, de familia, de creencias o de sexualidad no sólo es el mejor sino el único posible. El país lo hacen los que son conscientes del privilegio que han tenido naciendo en un estado del bienestar. El país lo hacen los que saben que si el otro es pobre no es porque no se lo ha currado lo suficiente, sino porque no ha tenido buenas oportunidades.

 REUTERS/Vincent West
REUTERS/Vincent West

El país lo hace alguien tan privilegiado como Penélope Cruz donando el importe del Premio Nacional de Cinematografía a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, a la fundación CRIS de lucha contra el cáncer y al fondo asistencial de AISGE. Eso es marca España. Construir un país mejor para todos.