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Pelotero cubano abandona al Team Asere en Miami tras derrota ante EE.UU. en el Clásico

A pesar de hacerlos madrugar para tomar el vuelo de regreso a la isla el lunes, apenas unas horas después de que la selección cubana perdiera 14-2 ante Estados Unidos en una semifinal del Clásico Mundial de Béisbol en el loanDepot Park de la Pequeña Habana, la delegación oficial cubana regresó con un nombre menos.

Iván Prieto González, receptor de bullpen del equipo cubano, no se presentó en el Aeropuerto Internacional de Miami para el vuelo del equipo a La Habana.

Prieto, quien fue receptor del equipo Alazanes de Granma en la Serie Nacional de Cuba, había sido elegido para esa función por la Federación Cubana de Béisbol. Jugó ocho temporadas en la isla con equipos de las provincias de Holguín y Granma.

Él no estuvo disponible de inmediato para hacer comentarios. Su decisión podría conllevar la prohibición de ingresar a Cuba por cinco años, ya que el gobierno cubano castiga a quienes abandonan las delegaciones oficiales.

Su deserción, sin embargo, no impidió una muestra de apoyo político a los beisbolistas cuidadosamente coreografiada a su regreso a la isla, otro ejemplo de cómo las autoridades cubanas han utilizado el equipo nacional, integrado por atletas que jugaban en Cuba y otras ligas extranjeras, incluida las Grandes Ligas, con fines propagandísticos.

Desde que Fidel Castro abolió el deporte profesional a principios de la década de 1960, el gobierno cubano ha utilizado el béisbol, en particular, como un reflejo de los llamados logros de la revolución. Más recientemente, el gobierno cubano convirtió a la selección nacional de Cuba — renombrada como “Team Asere” — en el pilar de una campaña de propaganda para apelar a la unidad nacional y alentar la participación de los votantes en las próximas elecciones a la Asamblea Nacional el domingo.

Los miembros del equipo fueron recibidos por primera vez en el aeropuerto internacional de La Habana por el gobernante Miguel Díaz-Canel. A la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto también asistieron el primer ministro Miguel Marrero y el presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo. A los trabajadores estatales, estudiantes y miembros de organizaciones políticas se les pidió que se pararan en las calles para saludar a la caravana de autobuses que llevaría a los jugadores del aeropuerto al estadio de béisbol Latinoamericano en La Habana para un evento de bienvenida con más público el lunes por la mañana.

Díaz-Canel los llamó “héroes… que enfrentaron un rival poderoso con dignidad, y en medio de una hostilidad tremenda, donde un sector de odiadores que de manera grotesca e indecente, quisieron opacar el espectáculo deportivo”.

Los “odiadores” parece ser una referencia a los exiliados cubanos y los cubanoamericanos que abarrotaron el estadio loanDepot en Miami y convirtieron el juego en algo más que solo deporte.

En una rara muestra de unidad, los activistas cubanos dejaron de lado las diferencias e instaron a los fanáticos a usar el juego para enviar un mensaje al gobierno cubano en apoyo de las libertades en la isla y la liberación de los presos políticos. Y la comunidad respondió.

Hubo protestas fuera del estadio, pero muchos más estuvieron en las gradas vistiendo camisetas y exhibiendo carteles con mensajes antigubernamentales a pesar de los intentos de los agentes de seguridad del equipo de los Marlins, que administra el estadio, por detenerlos. Después de que varios políticos locales preguntaran sobre esta política, incluido el alcalde de Miami Francis Suárez, el comisionado de la ciudad de Miami Manolo Reyes y el senador Marco Rubio, se permitió la entrada a los fanáticos, pero a algunos les dieron camisetas blancas para cubrir la ropa con mensajes políticos. Una vez dentro del estadio, videos publicados en las redes sociales muestran instancias en las que el personal de seguridad del estadio pidió a los exiliados cubanos que se deshicieran de los carteles políticos.

Los Marlins declinaron comentar.

“Es emocionante ver a jugadores y fanáticos de países de todo el mundo expresar su orgullo nacional durante el torneo del Clásico Mundial de Béisbol”, dijo Major League Baseball en un comunicado. “La política del CMB, establecida mucho antes de que comenzara este torneo, prohíbe la señalización política en todos los juegos en todas las sedes para mantener el enfoque en la competencia en el campo”.

Al final, los cubanos de Miami en el estadio lograron hacerse escuchar.

Gritos de “Libertad”, “Abajo el comunismo” y “Patria y Vida”, título de la canción vinculada a las protestas en la isla en 2021, estallaron en varias ocasiones durante el juego. Tres activistas— el artistas y ex preso político Danilo Maldonado, conocido como ‘El Sexto’, el escritor Carlos Manuel Álvarez y Antonio Fernández— evadieron la seguridad y corrieron al campo mostrando un cartel que pedía la liberación de los presos políticos en Cuba, mientras la multitud vitoreaba en señal de apoyo. Los tres fueron detenidos, acusados de traspasar una propiedad privada y luego fueron liberados.

El Team Asere (Cuba), Raisel Iglesias y la ruptura de un código

Pero los funcionarios del gobierno cubano no ocultaron su enojo con los exiliados cubanos en Miami, achacando la aplastante derrota a lo que consideraron un ambiente hostil para los jugadores y comparándolos con los nazis.

“EEUU jugó mejor y mereció la victoria. Pero hubo otro factor vergonzoso: la presión del núcleo fascista de Miami, con provocadores, con gente cuya única patria es el dinero,” escribió Abel Prieto, el exministro de Cultura y actual titular de Casa de las Américas en Twitter el domingo por la noche.

Pero muchos cubanos que vieron el partido, transmitido por la televisión estatal, quedaron extasiados al ver cuestionados tan abiertamente a los dirigentes cubanos, un acto que se castiga con prisión en la isla.

“Ni la dictadura se cae con esto ni los presos políticos serán liberados mañana,” escribió un activista cubano que publica anónimamente en Twitter por temor a represalias del gobierno. “Pero aún así, yo voy a ser uno de los tantos millones de cubanos que hoy vamos a dormir soñando con que la libertad no está tan lejos, y que si algo tenemos es el apoyo de nuestro exilio. “